Por @amatiz12
Primoz Roglic y Jonas Vingegaard trabajaron conjuntamente para asestar el primer golpe serio a Remco Evenepoel, quien venía siendo el mejor de los favoritos en estos compases iniciales de la Vuelta a España. Los dos coinciden en que el balance es más que positivo, tanto por el resultado, como por las sensaciones.
“Es el inicio de la alta montaña, me sentí muy bien, queda mucho por delante, pero ha sido un gran día”, dijo el esloveno al término de la batalla en Javalambre, donde los suyos imperaron en ambos frentes, el del parcial y el de los gallos. “Este era el plan, ganamos la etapa y tiempo en la general. Nada mal”, acotó en su jocoso estilo.
Fue una etapa favorable, aunque lejos de dictar sentencia. “No nos quejamos”, apostillaron ambos. “Estuvimos muy bien en el inicio, metimos presión a Quick-Step y resultó perfecto”, describió el danés sobre la fase de la carrera que hizo las cosas difíciles a Remco y su séquito a lo largo de la jornada.
“Me sentí mejor que en otros días, he estado sufriendo en este arranque y por suerte volví a encontrar las piernas”, se sinceró ‘Vinge’, que para no estar en su forma Tour, está haciendo las cosas muy bien.
También se alegró por el éxito de Sepp Kuss, su más fiel gregario. “Se lo merece, es un gran chico. Se merecía también el rojo, pero la etapa no deja de ser magnífica”, añadió Vingegaard, quien junto a Roglic, empiezan a demostrar el poderío de Jumbo en la última grande del año.
Alejandro Matiz
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