Por @amatiz12
Si hay algo a lo que el ciclismo se ha tenido que adaptar en este curso, al menos en vueltas por etapas, es la presencia de una nómina llena de grandes nombres por parte del INEOS, que en cada carrera presume de su chequera con múltiples pedalistas que pueden apuntar a distintas metas. En la Vuelta al País Vasco, no es la excepción.
Al comando aparece Adam Yates. El británico, reciente vencedor de la Volta a Catalunya, se encuentra en gracia y con un estado pletórico que lo instala como el teórico jefe de filas de su elenco, aparte de ser alguien que en su historial tiene muy buen registro con las cuestas empinadas, que son el plato fuerte de la competencia.
Sin embargo, en el caso de que Yates no esté en condiciones de disputar la general el plan B recaerá en Richard Carapaz o Tao Geoghegan Hart. El ecuatoriano puede hallar mejores sensaciones al haber adquirido ritmo competitivo reciente en suelo catalán, caso contrario de su colega de Londres que viene tras un retiro en París-Niza y por tanto, con un poco menos de kilómetros en las piernas. De todos modos, el estatus de ambos los catapulta a ese rol en la situación mencionada, que si no se da, los pondrá en la labor de gregarios.
Completan el bloque Eddie Dunbar, Ben Swift, Andrey Amador y Laurens de Plus, lugartenientes de máxima garantía y que estarán al servicio de sus líderes para llevarse la primera casilla de general, honor que nunca le ha correspondido a un ciclista portando la casaca de la poderosa estructura inglesa.
Alejandro Matiz
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