Staff del pelotón “presiona” y “normaliza” desorden alimenticio
Un ciclista envió una carta anónima a un medio, señalando la cruda realidad pese al avance de la nutrición: “se compite para perder peso”

En las últimas semanas, las críticas a Pauline Ferrand-Prévot, ganadora del Tour de France femenino por haber bajado de peso para la competencia y la respuestas a esos cuestionamientos generaron un debate sobre un tema que poco se discute, especialmente en el pelotón masculino: la lucha por tener el “peso ideal” en las competencias y si esto es saludable o no, pese a los avances en nutrición de los últimos años donde la regla ya no es pasar hambre sino, más bien, consumir la mayor cantidad posible de carbohidratos.
La carta anónima
Tras las declaraciones de Wout Poels al respecto, criticando los comentarios sobre el cuerpo de Ferrand-Prévot https://ciclismointernacional.com/cuestiona-los-comentarios-sobre-cuerpos-en-sky-me-decian-que-tenia-anorexia/, un ciclista del pelotón masculino publicó una carta anónima en el medio Domestique en donde cuestiona los desórdenes alimenticios en el pelotón y cómo el staff y sus compañeros normalizan esta situación, hasta tal punto que habló de la existencia de algo similar a competencias sobre quién puede perder más peso.
Esta es la carta integra del corredor, cuya identidad eligió preservar: “Crecí con el ciclismo en la sangre. Mi familia veía el Tour de Francia juntos cada verano, y cuando tenía siete años, me paraba al borde de la carretera y veía pasar el pelotón a toda velocidad. Desde ese momento, supe que esto era lo que quería hacer con mi vida: convertirme en ciclista profesional.
A medida que progresaba en el deporte, aprendí rápidamente que en el ciclismo masculino había que ser lo más ligero posible. Muchos de los ciclistas que me rodeaban eran extremadamente delgados, y acepté desde el principio que eso era parte del trabajo. Una vez que me uní al pelotón del WorldTour, esa mentalidad se arraigó aún más. Empecé a registrar y pesar toda mi comida, eliminando todo lo que no se considerara “combustible puro”. Una hamburguesa, por ejemplo, no era solo comida, era un fracaso, y no algo que pudiera comer a menos que hubiera una buena razón o fuera temporada baja.
“Los compañeros bromeaban sobre la grasa corporal
“No se trataba solo de nutrición. En los campamentos de altura y dentro de los equipos, parecía casi una competición: ¿quién perdía más peso? Los compañeros bromeaban sobre la grasa corporal, el personal reforzaba la presión y la cultura normalizaba los trastornos alimentarios como disciplina. Lo que empezó como algo que el personal y los nutricionistas llamaban dedicación, se convirtió en obsesión. No podía vivir sin mi báscula, y salir a cenar me parecía imposible porque arruinaría todo mi progreso.
Llegué a un punto en el que llevaba tanto tiempo sin energía que no podía entrenar adecuadamente. Mi cuerpo se sentía destrozado. No podía entrenar ni recuperarme, estaba constantemente enfermo o lesionado, y mentalmente me estaba desmoronando. En el ciclismo masculino, no tenemos las mismas señales de alerta visibles que las mujeres, como la pérdida de la menstruación, por lo que a menudo se ignora o se descarta.
“El pelotón lo ve como una debilidad”
“Para los hombres, la baja testosterona, la depresión y una especie de fragilidad constante se convierten en la silenciosa realidad. Pero en el pelotón, eso se ve simplemente como debilidad, no como un problema médico. Finalmente, tuve que afrontar la realidad de que no podía seguir así. Durante varios años, trabajé, a menudo en secreto, para reconstruir mi relación con la comida y con mi cuerpo. No fue fácil. Subir de peso en un entorno que celebra la delgadez es increíblemente difícil, y tuve que aprender a ignorar los comentarios y las dudas.
Pero el resultado fue que, por primera vez en mi carrera, completé una temporada sin perderme carreras por enfermedad, lesión o agotamiento. Alimentarme adecuadamente no me ha debilitado, sino que me ha hecho fiable, resiliente y más feliz, tanto en la bici como fuera de ella.
“Es necesario hablar más abiertamente”
“Creo que es necesario hablar más abiertamente los trastornos alimentarios en el ciclismo masculino. Actualmente, a menudo se esconden bajo la alfombra, como si fueran simplemente “parte del deporte”. Pero estamos perdiendo ciclistas con talento, acortando carreras y dañando la salud mental debido a una cultura que glorifica la falta de alimentación. Si queremos que el ciclismo sea sostenible para la próxima generación, debemos desafiar este principio. Espero que, al hablar de ello, más ciclistas masculinos se sientan capaces de reconocer estas dificultades no como una debilidad, sino como parte de la construcción de un deporte más fuerte”.
Descubre más desde Ciclismo Internacional
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.