Sube como los dioses, baja “como su abuela”.

Sarah Gigante

Sube como los dioses, baja “como su abuela”. Así se puede definir -y ella misma lo hace- a Sarah Gigante, una de las mejores corredoras del pelotón World Tour femenino, protagonista en las principales competencias del calendario. La australiana, que lejos está de hacer honor a su apellido puesto que apenas pesa 53 kilos, siempre destaca en las montañas, pero arrastre un enorme lastre a la hora de los descensos, donde ella misma acepta que -a modo figurado- es tan lenta como la madre de sus padres pero resalta que no le gusta que le escriban para burlarse de eso.

Sube como los dioses, baja “como su abuela”

Sarah Gigante, escaladora del AG Insurance, acabó 2025 lesionada por una fractura de femur mientras entrenaba. Pero hasta entonces, había sido de las más destacadas del pelotón, especialmente por sus resultados, sexta en el Tour y tercera en el Giro, donde encima ganó dos parciales. No solo eso, sino que tuvo algunas de las más impresionantes actuaciones escaladoras del curso, que luego quedaban notablemente contrapuestas con sus horrendos descensos.

Gigante habló al respecto con Domestique. “Creo que gran parte de mejorar eso es experiencia, porque realmente no tengo muchas oportunidades de hacer bajadas en pelotón, he tenido días de competición limitados”, señaló. “Levo varios como profesional, pero si paso seis meses fuera tan seguido entonces te oxidas”, añadió. Adicionalmente se refirió a cuestiones relacionadas a los materiales. “Realmente subestimé la diferencia, pero las ruedas de carrera…y no quiero que suene a excusas, pero las ruedas de carrera son muy diferentes a las que uso entrenando”, expresó.

Sarah explicó cómo algunos cambios antes del Giro le permitieron mejorar. “No podía alcanzar los frenos apropiadamente. Creo que eso lo ajustamos antes del Giro y noté una enorme diferencia. Los frenos estaban lejos y tengo las manos pequeñas, entonces me costaba más alcanzar las palancas”, aclaró la ciclista de 25 años, de quien se habla a menudo justamente por la disparidad entre dos especialidades claves en este deporte.

Le hacen bullying: “Si el ciclismo femenino crece entonces vale la pena aguantarlo”

“Creo que el revuelo mediático se debe a que mi escalada es excelente. Pero hay mucha diferencia entre mi escalada y mis descensos, y no es necesariamente porque sea la peor del mundo bajando o, como a la gente le gusta decirme, porque desciedan como mi abuela”, comentó, y luego aclaró lo que sucedió puntualmente durante el Tour. “Hubo gente que sintió la necesidad de escribirme, en privado pero también en comentarios en mis propias publicaciones”, reveló.

“Seguramente que si busco haters los voy a encontrar pero, ¿realmente es necesario escribirme personalmente por algo así?, continuó. “Claramente no tienen nada mejor que hacer”, soltó, para luego buscar el lado positivo al asunto. “La cobertura al ciclismo femenino crece y es sensacional, pero claro que eso singnifica que habrá cosas negativas como esto. Así que lo aceptaré por el equipo, si el ciclismo femenino crece entonces vale la pena aguantarlo”, finalizó, justificando el bullying.

Lamentablemente, la ignorancia predominca. Por caso, el problema o dificultad que Gigante padece para bajar no es exclusivo de las damas y sobran ejemplos entre los hombres. Thibaut Pinot logró trepar al cajón del Tour de France una vez que logró quitarse el miedo gracias a una medida extrema. Chris Froome, que aún sigue a los tumbos, se alzó con varias ediciones de la prueba sin ser bueno en ese apartado. David Moncoutie fue uno de los escaladores más destacados y rodaba a cola de pelotón o escapado por su miedo a ir en grupo. Ojalá Gigante supere su “problema” y que los ignorantes aprendan.


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