El ciclismo en los últimos años tuvo altos y bajos en lo que se refiere en su sustentabilidad. El presupuesto promedio se duplicó, las audiencias (al menos hasta la llegada del domino previsible de Tadej Pogacar) crecen y hay grandes empresas como Red Bull, Lidl y Decathlon que desembarcaron con fuertes inversiones. Todo indica que el deporte debería estar floreciendo en lo financiero, pero se trata de una verdad a medias: tres equipos, incapaces de encontrar sponsors para ser competitivos, cerraron las puertas este año y el modelo sigue con los cimientos frágiles de ser absolutamente dependiente en sponsors, al no haber reparto de derechos televisivos ni una mayor monetización de los organizadores de carreras, conservadores en sus prácticas en su mayoría.
“El sistema no funciona”
Emmanuel Hubert, CEO de Arkéa, equipo que cierra puertas al no encontrar sponsors, pidió por la implementación de limites presupuestarios. Una regla del estilo, complicada de aplicar en el ciclismo pero que ya existe en múltiples deportes, permitiría ayudar a estas pequeñas escuadras, además de permitir minimizar situaciones de dominio deportivo como la de UAE, cuyo presupuesto está varios escalones por encima, incluso de equipos top como Visma o Lidl-Trek, pese a que su director deportivo, Matxin, lo desmiente de forma irónica en su Instagram.
“El ciclismo está sufriendo actualmente un formato exponencial, con equipos muy grandes que nos están llevando a nuevas alturas. Quizás, en algún momento, la UCI también tenga que legislar sobre los topes salariales”, declaró a RMC según cita Domestique. “No sé qué formato adoptará esto, pero, en cualquier caso, hay que hacer algo; de lo contrario, desapareceremos”. “Se da visibilidad a las empresas, y eso es positivo”, afirmó. “Pero lo cierto es que algunos equipos pueden invertir cuatro veces más que otros, y eso inevitablemente crea desigualdad deportiva”.
El problema de la brecha
Tras lo cual, citó el caso de UAE: “Pueden permitirse fichar a cinco o seis corredores para apoyar a una superestrella como Pogacar en la final de carreras como Il Lombardia. Eso ilustra a la perfección el poder de equipos como la escuadra emiratí y la brecha que existe entre las diferentes estructuras. Cuando se observa la situación actual de los equipos ciclistas franceses, es evidente que nos estamos peleando por las migajas”, agregó al respecto.
Además del límite presupuestario o salarial, Hubert también tiene otras ideas como, por ejemplo, normas para los traspasos. “Cuando Kevin Vauquelin cambia de equipo, mi equipo no recibe ni un solo euro de ese traspaso, nada”, indicó. Otra idea es cambiar el modelo de negocios del deporte, con un producto que sigue subvalorado. “El ciclismo necesita un nuevo formato, un nuevo modelo de negocio. Deberíamos buscar maneras de monetizar el merchandising y el mundo digital. Y luego está el tema de los derechos televisivos: no lo cambiarán todo, pero son importantes. Los equipos podrían abrir sus puertas a las cámaras, dar más acceso a los aficionados y crear nuevas fuentes de ingresos, igual que hacen los clubes de fútbol”.
El cierre de Arkéa
El equipo bretón, fundado en 2005 con el nombre de Bretagne-Jean Floc’h, logró 118 victorias profesionales y consiguió su primera victoria de etapa en una gran vuelta en 2024, cuando Kévin Vauquelin ganó la segunda etapa del Tour de France. Este año Vauquelin fue séptimo en La Grande Boucle, pero no fue suficiente para salvar a Arkéa, equipo que cometió también varios errores en lo deportivo: ya desde inicios de este 2025 estaban virtualmente descendidos. Se puede decir que, en cierto modo, el WorldTour y sus implicancias –como, por ejemplo, estar obligados a participar de todas las carreras top- les quedó grande.
“Cuando lleva veinte años ocurriendo, siempre es desgarrador”, dijo Hubert. “A mí personalmente me duele, pero no puedo evitar pensar en mis 150 empleados. Somos una familia. Pasamos más tiempo juntos que con nuestras propias familias”. El directivo señaló que se hizo todo lo que pudo para encontrar sponsors. “En un momento dado, había dos o tres promesas de sponsors en las etapas finales, e incluso una docena a lo largo del año, pero la suerte nunca cayó del lado correcto”.
Hubert expresó su frustración por el actual modelo económico del ciclismo profesional, donde los equipos más pequeños tienen dificultades para competir con el poder financiero de los equipos más grandes del deporte. “Es una pena, porque hoy en día tenemos un deporte que todavía es bastante visible. Solo hay dos deportes que llevan el nombre de sus patrocinadores durante todo el año deportivo: la vela y el ciclismo”, añadió. Por fortuna, algunos corredores como Vauquelin (INEOS), Ewen Costiou (Groupama), Embret Svestad-Bårdseng (INEOS), Jenthe Biermans (Cofidis), Raúl García Pierna (Movistar , Amaury Capiot (Jayco AlUla), Luca Mozzato (Tudor), Cristian Rodriguez (XDS Astana), Louis Rouland (Cofidis) y Martin Tjøtta (Uno-X) ya consiguieron nuevo hogar para el año próximo.
Los motivos de las dificultades
Arkéa no es el único afectado por esta situación: Lotto e Intermarché se vieron obligados a fusionarse –con el despido de ciclistas y corredores de por medio- al no poder seguir existiendo por cuenta propia. Wagner Bazin WB, un proteam belga, también desaparecerá, en este caso, tras una amarga pelea entre el gerente general del equipo, Christophe Brandt y el propietario del patrocinador principal del equipo, Philippe Wagner.
Según un informe del medio francés Veloflute, es cada vez más complicado encontrar sponsors por el simple motivo que se necesita más dinero que antes. El prespuesto promedio del WorldTour promediaba 18 millones de euros en 2027 y este año es de 32 millones. Y el 90% de los ingresos de los equipos vienen justamente de un patrocinio. Solo grandes multinacionales con ingresos millonarios pueden permitirse el gusto de invertir tanto en el ciclismo: TotalEnergies tiene ingresos de 205.000 millones de euros anuales, INEOS de 65.000 millones, Decathlon de 16.200 millones, Lidl de 132.100 millones y Visma de 2.800 millones, según los últimos balances.
Ya no existen los equipos a hombro de fundadores
Antes una simple inversión en el ciclismo era una acción más del departamento de Marketing de una empresa, como si fuera una campaña publicitaria más que a veces ni siquiera requería la aprobación de la alta dirección; ahora es un compromiso más importante y costoso. Es por eso que quienes se comprometen, lo hacen a cambio de un control de la propiedad del equipo para tener más control sobre las decisiones como fue el caso de Lidl, Red Bull y, más recientemente, Decathlon. No solo son sponsors sino también dueños. Las escuadras controladas por un director fundador están en peligro de extinción: Jean-René Bernaudeau (TotalEnergies) y los hermanos Roodhooft (Alpecin) son excepciones. Los demás equipos, o tienen una multinacional por detrás, o un multimillonario (Sylvan Adams para Israel Premier Tech, Zdenek Bakala para Soudal) o todo un Estado en plena campaña de sportwashing (UAE, Astana, Jayco).
“Podría estallar la burbuja. Los mejores equipos tienen un presupuesto 100% o 200% superior”
Brent Copeland, manager de Jayco AlUla, coincide con las ideas de Hubert. Y su voz no es menor: se trata del presidente de la AIGCP, la asociación de equipos profesionales. Podría estallarse la burbuja si, por ejemplo, no se establece un límite presupuestario para cada equipo. Si no se hace nada, la brecha se ampliará aún más, habrá menos incertidumbre y el riesgo es que la espectacularidad de nuestro deporte se vea afectada”, señala. Razón no le falta: en gran parte del año UAE dictó las carreras como quiso hasta tal punto que se compara su tren con el de Sky.
“Actualmente, los mejores equipos tienen un presupuesto un 100 o 200 % superior al de los equipos intermedios. Y estos, a su vez, disponen de mucho más que los más pequeños. Este sistema no funciona y solo empeorará si no lo regulamos de alguna manera. Topes salariales, límites al presupuesto general de los equipos, otras medidas: hay que hacer algo. Si nuestro deporte pierde competitividad, perderemos televisión, patrocinadores y espectadores. La Fórmula 1 y MotoGP han cambiado mucho en los últimos diez años para mantenerse al día”, señaló en una entrevista a Bici.Pro sobre un hecho: el ciclismo, en términos de marketing y venta, se quedó muy atrás con los cambios globales.
La necesidad de cambios
Casualmente tanto la Fórmula 1 como MotoGP tienen límites presupuestarios y, también, otras medidas que ayudan a la comercialización como la venta unificada de derechos de televisión que evita una situación que se da en regiones como Latinoamérica: carreras disgregadas en múltiples canales de TV y plataformas, y algunas que directamente no son televisadas. Todo un inconveniente para los espectadores. “Debemos evitar quedarnos atrás, tanto en el ciclismo masculino como en el femenino. En este último, por ejemplo, se tomó la sabia decisión de evitar solapamientos de calendario entre las carreras principales. Algo que, sin embargo, ocurre en la categoría masculina con carreras simultáneas como la París-Niza y la Tirreno-Adriático”, agregó.
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