Ciclismo Internacional

Un valiente Pidcock obtiene su mejor triunfo en Strade Bianche

Por @amatiz12

Thomas Pidcock (INEOS Grenadiers) se adueñó de la 17º Strade Bianche 2023, diseñada sobre 186 kilómetros alrededor de Siena con sus tradicionales 11 sectores de tierra. El británico se lanzó a 50 km de meta y aunque no fue inmensamente superior a los demás, ganó por su astucia, agilidad y la mala colaboración entre sus persecutores que lo tenían a tiro.

Tres hombres resistieron en fuga, Sven Erik Bystrom (ICW), Iván Romeo (MOV) y Alessandro De Marchi (JAY) quienes rodaban con 4’20” sobre el pelotón tras atravesar 6 tramos de polvo. La carrera se desarrollaba con una tensa calma, sin ofensivas importantes pero con el nerviosismo propio de lo que implica correr en sterrato ante el riesgo de pinchazo o caída.

Bien era sabido que la carrera se rompería en Monte Santa Marie (sector 8) pues allí usualmente es donde se dan los movimientos definitivos. Allí recién empezó el tramo, Alberto Bettiol (EFE) dio inicio a las hostilidades. Prontamente a su rueda llegarían Andrea Bagioli (SOQ) y Tom Pidcock (IGD), y este último no aguardaría mucho para empezar su exhibición.

En el primer segmento de descenso, el británico no se lo pensó dos veces para hacer gala de su gran agilidad sobre la bicicleta y distanciar con evidente facilidad a los otros dos italianos y tomar el mando entre los favoritos, pues en cabeza todavía resistían Brystom y De Marchi, a quienes daría alcance una vez culminaba el sector.

Attila Valter (TJV) y Mathieu van der Poel (ADC) protagonizaban ataques sin éxito en un grupo principal al que el polifacético Tom tenía contra las cuerdas. Allí ya no se hallaban algunos favoritos como Alaphilippe o los BORA con Higuita, Vlasov o Kamna.

Ya en carretera pavimentada, el desespero de los perseguidores llevó a una seguidilla de cambios de ritmo que hicieron merma en Van der Poel, que quedaría descolgado en un grupo junto a Zana (JAY), Tulett (IGD), Van Gils (LTD) y Bagioli (SOQ). Mientras tanto a 25″ perseguía un trío con Grégoire (GFC), Kron (LTD) y Bilbao (TBV), a quienes luego se les sumarían Mohoric (TBV), Madouas (GFC), Costa (ICW), Benoot (TJV), Valter (TJV), Simmons (TFS) y Formolo (UAD).

En Monteaperti (sector 9) Pidcock se deshacía de De Marchi -ya Brystom se había descolgado-y era cabeza de carrera en solitario. Detrás, Benoot cambiaba el ritmo por su cuenta y se arrastraba a Madouas y Costa para atrapar al hombre del INEOS.

No obstante, más adelante el propio compañero de Tiejs, el húngaro Valter también saltaba y crecía al grupo de persecución que ahora contaba con su persona, Mohoric y Simmons. Eso empezó a destapar la crisis interna de Jumbo, pues Benoot hizo un claro gesto de disgusto ante la acción de su coequipero.

Y para reforzar ese concepto está lo sucedido en el último tramo de sterrato, donde Valter se mostró como el más fuerte y pese a tener nuevamente el grupo unificado, Benoot no se ponía el overol y no entregaba ningún relevo, queriendo hacer su propia carrera aunque Attila estuviera mejor.

Además, esa fisura de cooperación alargaba la vida a un Pidcock que a esas alturas ya rodaba con lo justo y que aunque a ratos lo tuvieran a vista, no lo cazaban porque ninguno se decidía a ir a fondo para cerrar el hueco.

Por eso, de forma insólita, los perseguidores acabaron perdiendo la carrera, pues su pésima cooperación permitió que Pidcock llegará con 30″ al muro final de Piazza del Campo donde con la ventaja cómoda, no sufrió para asegurar el que hasta ahora es el mejor triunfo de su trayectoria deportiva, por la fuerza y superioridad estratégica exhibidas en una prueba que le encaja. Madouas y Benoot cerraron el podio.

Clasificaciones:

Alejandro Matiz

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