Jay Vine (Australia) e Ilan van Wilder (Bélgica) finalmente fueron los dos ciclistas que acompañaron a Remco Evenepoel en la prueba de contrarreloj de Ruanda. El de UAE, que consiguió dos etapas y la malla de montaña en La Vuelta hace pocas semanas atrás, llegó a 1:15, mientras que Van Wilder lo hizo a 2:36 apenas un segundo por delante de Tadej Pogacar.
Revancha tras un cambio en su preparación
“Esta fue mi oportunidad de realmente hacer una buena carrera”, dijo Vine a Cyclingpro.net tras finalizar la prueba, quién admitió que sintió esto como una “revancha” tras lo sucedido el año pasado. El australiano estaba encaminado al podio en Zúrich, pero una caída en los últimos 10 kilómetros lo relegó al quinto lugar, llegando ensangrentado a meta. Ahora se tomó revancha, pero no sin sus contratiempos. Vine, por ejemplo, no tenia pensado ir a La Vuelta a España y no pudo completar un campo de entrenamiento de tres semanas específico para esta prueba en Andorra como pensaba hacer.
La clave: no ir de más a menos
“Cuando el trabajo te obliga a ir a la Vuelta, no dices que no”, explicó. “No fue la preparación ideal, pero terminé la Vuelta en mejor forma que el año pasado”. Tras lo cual, señaló que tras revisar el reconocimiento el día anterior, modificó por completo su plan de ritmo. “Originalmente habíamos planeado salir con más fuerza al principio, pero rápidamente cambiamos a conservar energía desde el principio. “Necesitábamos vaciarnos en los adoquines y en la última subida”.
Su análisis demostró que los ciclistas podían perder hasta 20 segundos solo en la última sección adoquinada si no les quedaba suficiente potencia. “No hago caso a los controles. Simplemente intento ejecutar mi plan en mis contrarrelojes. Logré una carrera realmente buena. Estoy muy orgulloso de ello”. ¿Podrá ser campeón de la especialidad a futuro? “Espero tener un maillot arcoíris en el futuro. Es mi disciplina favorita. Subir a ese podio con arcoíris y el himno nacional sonando sería un sueño, un sueño absoluto”, concluyó el australiano.
Van Wilder llegó sin preparación
Que Vine era un favorito para meterse en posiciones de punta es un hecho, pero que Ilan Van Wilder se lleve una medalla fue una sorpresa. El ciclista, compañero de Evenepoel en la selección belga y en Soudal Quick-Step, señaló que “nunca consideró” la posibilidad de llegar a esta posición de privilegio. “Fue una sorpresa para el mundo exterior, pero para mi también”.
“Había mencionado el top 10 como una ambición cautelosa, secretamente esperaba un top 8, pero una vez que llegué a ese puesto, empecé a aspirar a un top 5″, dijo a Sporza. Van Wilder fue uno de los que había liderado virtualmente la crono por una buena parte del día. “Vi a muchos ciclistas explotar en la segunda mitad, y sabía que había controlado mi ritmo a la perfección”, señaló, compartiendo la misma estrategia de ritmo que Vine. “Nunca me estanqué. Por eso quedé tercero”.
“Debió ser un duro golpe para Pogacar”
El belga admitió que, cuando vio desde la silla caliente a su compatriota superar a Pogacar (VER CRÓNICA Y VIDEO), fue “un poco emocionante”. “Debió ser un duro golpe para él. Al final, salió bien. Y fue increíble lo que hizo Remco; lo vi volar como un cometa”. “La federación y Serge Pauwels me han dado una gran oportunidad de participar por fin en un Campeonato Mundial. Era la oportunidad perfecta para mí, dadas las circunstancias: el recorrido, la altitud, el calor… Me gusta todo eso, y lo aproveché al máximo”, afirmó y dijo que no tuvo ninguna “preparación especial” antes de llegar a Ruanda.
Finalmente, Van Wilder apreció la oportunidad de compartir el podio con Evenepoel. “Inmediatamente recordé 2018, cuando quedamos primero y segundo en el Campeonato Europeo en la República Checa como júnior. Tuve algunos recuerdos tantos años después”. “Ahora, no a hacer locuras, simplemente a disfrutar y descansar un poco, y luego todo irá bien también para la carrera en ruta”, concluyó.
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