Por @pmpalermo
Las clásicas de pavé quedaron atrás, pero no del todo. Es que, horas después del final de la París-Roubaix, se reactivó la “novela” en torno a la etapa adoquinada del Tour de France. En este caso, fue de la mano del Movistar, que reconoció el terreno con sus tres líderes. 
Así, cumplieron con los deberes, como lo hicieron Bardet en enero, y Froome y Dumoulin hace unas semanas. Pero a diferencia de todos ellos, desde el bloque telefónico levantaron la voz. Fue el propio Eusebio Unzué, su mánager, quien se quejó por la inclusión de las centenarias piedras en el trazado de la Grande Boucle.
“Si llueve en esta etapa en el Tour, habrá que considerarlo un castigo divino, un acto de crueldad. Así podrá el mundo contemplar la miserable grandeza de nuestra miseria. ¿Qué pinta una etapa así en el Tour?”, dijo a El País de España.
“Hay que hacer un recuento de las bajas que producen las clásicas del norte y hacerlo valer”, siguió el experimentado navarro. “Soy el más interesado en generar espectáculo, pero también quiero evitar lo máximo posible el riesgo para los corredores. Y el pavés lo multiplica”, continuó.
“¡Ojalá nos dieran permiso para no ir a las clásicas!”, se quejó abiertamente. Vale la pena recordar que el director de Movistar es afecto a este tipo de expresiones. Por ejemplo, en el Tour 2016, bramó en contra de la nerviosa etapa 11 debido a que no lograron alimentarse correctamente, parte por el viento, parte por el trazado. Ese día, Froome metió unos segundos a Quintana en el llano.
“Esas carreras son otra cultura, no la nuestra, son la cultura centroeuropea y alemana”, espetó. “Y los nuestros son ciclistas sobrepasados por la leyenda del pavés. Se ha dado tal dimensión a la París-Roubaix, por ejemplo, al morbo del a ver qué pasa, que hay ciclistas que se lo juegan todo por ella”, concluyó.
Pablo Martín Palermo
¿Te gusta lo que hacemos? Seguínos en @CiclismoInter
Sumate en facebook: Ciclismo Internacional
Copyright © 2012-2018 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved