Vinculan sanciones por dopaje a salud mental: “El riesgo de suicidio es considerable”

Si bien los casos que hacían titulares quedaron relativamente en el pasado, las suspensiones y sanciones por dopaje continúan existiendo en el ciclismo. En algunos casos incluso implicando a ciclistas jóvenes. Las suspensiones son el castigo adecuado y necesario frente a ello, pero diversos especialistas señalaron recientemente la necesidad de contención a los corredores que cometieron esos errores, lo cual no necesariamente se trata de una victimización de los culpables.

Las consecuencias de las suspensiones

Es el caso, por ejemplo, de Marion Sicot. La ciclista francesa fue descubierta consumiendo EPO en 2019. Fue suspendida por ello e incluso tuvo que cumplir una pena de prisión condicional. “Estaba encerrada en mi burbuja, el ciclismo era mi vida”, había dicho la corredora en declaraciones citadas por IDL ProCycling. “Quería intentar estar a la altura de los mejores. Me dije a mí misma que quizá los demás lo hacían, así que yo también lo intenté”. Marc Bracke, director del equipo femenino Doltcini-Van Eyck fue acusado por Sicot. “Me obligaba a enviarle fotos mías en ropa interior todos los lunes, con el pretexto de que tenía que controlar mi peso”. Tras ser suspendido, el belga se quitó la vida en 2022.

“De un día para otro, no me quedaba nada”

Sicot también tuvo que luchar contra estos pensamientos. “Fue como si me hubieran caído encima una bomba y tuviera que afrontarlo sola. Solo existía como Marion, la ciclista. De un día para otro, no me quedaba nada. No podía imaginarme vivir sin el ciclismo. Sin mis seres queridos, ya no estaría aquí”, indicó a L´Equipe. “Algún día, un atleta suspendido se suicidará, como casi lo hice yo”, declaró Sicot, quien no ha regresado al pelotón.

El periódico francés pidió que se preste atención a la salud mental de los atletas, incluyendo a aquellos que fueron suspendidos por consumir sustancias prohibidas. Más considerando que hay casos grises donde la responsabilidad no necesariamente está probada como el de Michael Hessmann. “Es urgente considerar este problema como un problema de salud física y mental”, señaló el psicólogo deportivo Mattia Piffaretti. “Los riesgos de suicidio son considerables”.