Terminó el Tour de France y los principales favoritos no decepcionaron. Aún con el accidente que tuvo, Jonas Vingegaard estuvo a la altura de las circunstancias y luchó por la general casi hasta el final, dejando una imagen heroica que perdurará por años.
Considerando el alcance de las lesiones sufridas, Jonas tiene derecho a sentirse orgulloso, pero aparentemente no lo ha razonado del todo. “En otras circunstancias estaría desilusionado, pero con todo lo que pasé este año no tengo derecho a eso”, comentó.
“Mi preparación no fue óptima pero alcancé un nivel alto, así que Pogacar realmente se ganó el Tour”, evaluó. “Si me hubieran dicho hace cuatro meses que sería segundo no lo habría creído”, añadió el de Visma, emocionado.
“Fue una carrera especial y esperaba ganar, pero considerando la preparación que tuve, este resultado es normal”, le dijo a TV2. “Dí todo durante dos semanas pero esta última me hundí un par de veces. Nunca estuve tan cansado como ahora”, narró.
“No tuve un minuto de descanso desde noviembre. Mentalmente estoy exhausto. Hace cuatro meses no sabía siquiera si iba a volver a ser ciclista”, expresó Vingegaard. “Se siente como una victoria y debo reconocer que a mi máximo nivel habría sido difícil batir a Tadej”, finalizó.
No le falta razón a sus expresiones, porque si alguien cree que Pogi sólo se coronó por el accidente de su adversario, no entendió nada. Los números desarrollados por el esloveno a lo largo de toda la carrera -y con el Giro en las piernas- hablan por si solos.
Vingegaard echó en falta un punto de forma, pero está claro que los cambios introducidos esta campaña en UAE han surtido efecto, principalmente la salida de San Millán como entrenador del campeón, ahora orientado por Javier Sola.
Tadej trabajó durante meses para mejorar en trepadas largas -esfuerzos de 40 minutos- así como también en hacerlo con calor. A eso se le añadieron más sesiones de intensidad, eliminando un constante rodar en zona dos.
Las mejoras en el material y la profesionalización en general de UAE completaron el combo. Vingegaard hace muy bien en destacar a su rival, el primer gran paso para estar en la pelea dentro de un año. Porque ese Tour, ya empezó.
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