El inmenso corazón de Tom Boonen
Por Oscar Trujillo Marín
“Paris Roubaix es una carrera muy fácil de ganar, sólo tienes que asegurarte de no morir para lograrlo”, dijo una vez Tom Boonen, y él sabía de qué estaba hablando. En gran medida, forjó su leyenda con cuatro ediciones ganadas en esa misma prueba, más tres Tour de Flandes. Un brillante palmarés como clasicómano de época.
Hay muchas cosas que distinguen a los atletas de élite -en deportes de fondo o mucha resistencia- de un precario ser humano común, del montón como nosotros, para no ir más lejos. Aparte de cuentas corrientes a años luz de nuestros ahora mismo confinados números rojos, la principal diferencia, por unanimidad de tantas investigaciones científicas al respecto, es un corazón mucho más grande de lo normal.
Keith Tolfrey, experto en medicina deportiva de la Universidad de Loughborough, Inglaterra, lo explica de manera muy concisa para BBC News. Tolfrey dice que la clave de la ventaja de los deportistas de élite con respecto a los demás atletas que también se matan entrenando, (ya no digamos el resto de mortales) es que estos privilegiados de la naturaleza tienen un corazón grande, capaz de bombear mucho más oxígeno a los músculos. Por supuesto, estos músculos se convierten en extraordinarios también, su capacidad de resistencia y rendimiento aumenta al recibir mayores niveles de oxigenación.
Pocas dudas pueden haber de que el carismático y genial ex corredor belga Tom Boonen tiene un corazón muy grande. Su espectacular palmarés mítico, al alcance de pocos como clasicómano y caza etapas lo corrobora. Pero quizás no lo sea tan sólo en sentido literal, también lo es en sentido metafórico.
Esta semana, Boonen se presentó de manera espontánea en el Hospital de su pueblo natal, Mol. Iba con una bolsa de una tienda de productos informáticos en la mano. Lo recibió uno de los funcionarios y dentro de la bolsa iban media docena de tablets.
En si misma, sería una donación cuando menos innecesaria para un centro sanitario, extraña e incomprensible. Pero si pensamos que dentro del hospital hay muchos pacientes que están siendo tratados por coronavirus, aislados completamente de sus familiares por tiempo indefinido, la mayoría de avanzada edad, que su único contacto posible con sus seres queridos es un instante cada día con los limitados equipos del hospital, la cosa toma un oportuno y noble sentido, hasta conmover.
“El hospital está muy agradecido con Tom y nosotros también”, se puede ver en un vídeo en la página de Facebook del municipio de Mol. Boonen mismo les compartió a sus paisanos una sentida voz de aliento e invitación a la solidaridad con un mensaje de video: “Todo el mundo lo está haciendo muy bien, también lo noto por las calles”, dijo Boonen.
“La gente pasa y mantiene su distancia. Sale, pero en la calle hay mucho silencio y prudencia. Creo que la mayoría de la población se apega bien a las medidas. Es muy importante que persistamos” sentenció el excepcional mito belga. No hay mejor regalo que el que más se necesita y menos se espera.
Oscar Trujillo Marín
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Me gustaría saber en que idioma habla, me esperaba escucharlo en Francés.
Hola jairo, Tom habla en Neerlandés (en su versión flamenca) que es la lengua hablada por el 60 por ciento de los belgas. Contrario a lo que se piensa el francés no es el idioma más hablado en territorio belga, solo se utiliza de forma masiva en el sur, Valonia. Aunque ambas lenguas son oficiales, incluso es oficial también (aunque infinitamente minoritario) el Alemán que se habla en algunas comunidades fronterizas con la nación germana. En términos de ciclismo, si uno va como turista a las clásicas del norte le hablará la mayoría de la gente en neerlandés-flamenco y si va a las Ardenas hacía el sur, escuchará más francés. Un saludo.
Tom Boonen es un filósofo del pedal como Bardet , Tom de corazón generoso y mediático en esta guerra que llevamos contra un enemigo invisible. Brillante Boonen por estas acciones.
Hola Oscar, te felicito por traer a la memoria esos momentos inolvidables del ciclismo Colombiano en la década de los 80. Me gustaría que ustedes pudieran recordar a partes de la etapa del Tour Malet del año 1983, dónde el viejo Pstroo hizo una magnífica demostración de coraje y fortaleza física. Quiero aprovechar para hacer una crítica a la parrilla deportiva en estos días de pandemia, se las pasan repitiendo goles y goles de las ligas Española, taliana e Inglesa, desaprovechando ésta oportunidad para revivir momentos épicos del deporte mundial y ni qué decir del canal Win, da Grima ver su pobreza de contenido.
De acuerdo Luis la omnipresencia del fútbol es desesperante. Si, estos días sin competencia se prestan para hacer crónicas de etapas clásicas, pronto las verás. Un saludo.
Gracias Oscar