Análisis: ¿Se viene el renacimiento del ciclismo español?
Por @amatiz12
De los últimos años, el 2022 es el que más esperanzas ha sembrado en torno al ciclismo español, pues con la eclosión de jóvenes prospectos y consolidación de otros corredores, sería válido dilucidar ver a sus corredores de nuevo siendo protagonistas y entregando resultados del más alto calibre. Sin embargo, contextualizando lo que ha sido España y lo que es su actualidad: ¿Es esto suficiente como para denominarlo un “renacimiento”?
Nadie niega el fuerte año de los ibéricos, que firmaron podios en Giro y Vuelta -además de otras seis competencias World Tour- aparte de seis victorias al más alto nivel. No obstante, esos números y nivel no son comparables a otras épocas de auge donde incluso los españoles eran dominadores de la práctica. Y tampoco hay que retroceder muy lejos, el final de la década de los 2000 y principios de los 2010 es un buen punto en la línea del tiempo para dimensionar que el país en cuestión ha dado mucho más y por eso resultaría desatinado hablar de que “renació”.
En el periodo de tiempo trazado, relucieron personajes como Alberto Contador, ‘Purito’ Rodríguez, Alejandro Valverde, Samuel Sánchez, Óscar Pereiro, Carlos Sastre u Óscar Freire, que atesoraron 4 Tours, 2 Giros, 4 Vueltas, un oro olímpico, 2 Lombardía, 3 Milán-San Remo y un sin fin de victorias parciales en grandes vueltas. Pero salvaguardando el apartado estadístico -que es admirable- existen otros detalles que constituían a España como una referencia en el ciclismo.
Lo primero, el cómo sus corredores más destacados imponían respeto. En su época, Contador siempre fue de temer y en cierto momento, imbatible en carreras de tres semanas; Purito y Valverde -sin dejar de lado la Operación Puerto- eran estrictamente vigilados en los finales explosivos, además de siempre garantes de resultados en Ardenas y grandes vueltas; Freire, un tipo veloz y audaz marcado en las contiendas de velocistas.
Lo segundo, esa diversidad de lucimiento, porque una cosa es limitarse a dominar las pruebas de fondo o clásicas, otra muy diferente, tener una gran gama de pedalistas capaces de ser competitivos en todo tipo de citas. Es que incluso Juan Antonio Flecha logró colarse en el podio de la Paris-Roubaix hasta en tres ocasiones. Hoy están muy lejos de hacer cosquillas a esa diversificación.
Y lo tercero, que tampoco era una cuestión de unos pocos. La clase media era de alto calibre, pues además de los anotados, otros como Igor Antón, Mikel Nieve o Luis León Sánchez, sacaban la cara en las disputas secundarias y expandían esa presencia de los españoles, haciendo casi total su protagonismo al cubrir la gran mayoría de áreas que componen al ciclismo.
Adicionalmente existe un detalle que no debe pasarse por alto y que de hecho, además de ser otra de las fortalezas, fue el punto de partida de la decadencia: los equipos locales compitiendo al más alto nivel. En otros tiempos, cuando no estaba estructurado el modelo World Tour, España logró contabilizar hasta 12 elencos que participaban en las mejores carreras del mundo y algunos de ellos, como el recordado Euskaltel-Euskadi, servían de cantera para los nuevos prospectos y exposición una vez habían madurado lo suficiente para dar el salto a profesionales.
Sin embargo, la creación de ese modelo, sumado a dilemas con el dopaje y sobre todo, la crisis económica que azotó al país, echaron para abajo esa base tan sólida que se había cimentado con tanto esfuerzo. Las grandes compañías no fueron ajenas a la recesión y eso afectó directamente al ciclismo, que por ser un deporte tan dependiente de los patrocinadores -que representan el 80% de su financiación, según las últimas estadísticas- vio como esos aportes se esfumaron y por ende, la ilusión de dar continuidad al proyecto.
El cuadro vasco acotado terminó de cavar esa tumba en 2013 por su desaparición, justamente propiciada por las dificultades de dinero de la firma telefónica y la imposibilidad de hallar un segundo patrocinador. “Euskaltel dobló su aportación de 3,5 millones de euros anuales a siete millones para 2013, de un presupuesto total de nueve millones, pero que la crisis ha impedido la continuidad del proyecto”, se explicó en aquel entonces.
No sólo quedó a la deriva la ‘marea naranja’, también los procesos formativos, pues el talento que todavía podía escarbarse en las bases, quedaba desecho totalmente al no poseer los recursos para fortalecer el trabajo de base y menos poder entregar esa vitrina necesaria para llamar la atención de las mejores estructuras. “Contamos con ciclistas jóvenes que merecen una oportunidad de llegar a profesionales, pero los problemas económicos han sido decisivos para que no den ese paso”, mencionó en aquel fatídico 2013 el presidente de la Federación, José Luis López Ceron.
Es que fue tal el bache, que hubo unos cuantos años donde España sólo contaba con un equipo en World Tour, con participación garantizada en las competencias más importantes (Movistar) y un sólo cuadro en segunda división, con presencia fija en la Vuelta a España (Caja Rural).
Súmenle a todo lo anterior, que encima, la modernización fue tardía en el territorio y pasos atrás se quedaron cuando los ingleses revolucionaron la práctica. La desactualización en los métodos de entrenamiento, la preferencia por técnicas más tradicionales, pero de menos utilidad por los desarrollos de científicos, biológicos y de rendimiento, estancó a toda esa materia prima de talento y provocó un letargo del que apenas se están despertando. Sin contar que Movistar también ha estado por esa línea y hasta hace poco está empezando a modificar las cosas.
La buena noticia es que la mentalidad ya se está actualizando y también existe una reestructuración desde las bases para volver a sembrar una semilla que pueda florecer en el éxito. Nuevos equipos incluidos en segunda división, que han retomado esa labor formativa y de exposición (Euskaltel, Burgos, Kern-Pharma) y que son el primer paso para visualizar la posibilidad de retornar a esos tiempos de gloria.
Y justamente por factores como ese es que es prematuro hablar de un renacimiento del ciclismo español. Recién que empieza esa reestructuración, un proceso que toma mucho tiempo para dar sus frutos, que entrega una visión a largo plazo, no en el corto o mediano tiempo. Pero ojo, que estas líneas no se malinterpreten como una sentencia negativa. Más bien lo que queremos es replantear ese concepto de “renacimiento” como un “potencial de renacimiento”, pues se tienen materiales que no habían antes para trabajar en pro de ese propósito.
Juan Ayuso y Carlos Rodríguez cuentan con un futuro prometedor y de hecho, su presente es muy sobresaliente. Si uno con 19 años ya fue podio de una gran vuelta y el otro de 21 años se ató a ese top-10 siendo valiente y magullado por una caída, sobra explicar el enorme margen de mejora que ambos poseen y el potencial para estar en la disputa por quedar en lo más alto de las citas del género. Veremos dónde está su techo y si este es suficiente como para dar guerra a la camada dominante de los Pogacar, Vingegaard o Evenepoel. En esa misma bolsa se puede meter a Enric Mas, ya obviamente mucho más hecho y derecho, pero que ha demostrado piernas para estar a la par -y superar- a los citados, y más aun cuando sale de ese molde defensivo que lo maniata de conseguir más.
El balear por demás está rodeado de gente que puede contribuir a la diversificación expresada en los primeros párrafos. Álex Aranburu e Iván García han dado un paso adelante en este 2022 y se han visto impulsados por un Movistar que, con más énfasis en clásicas, ha visto avances significativos en su forma de correr y resultados en el área, teniendo todavía el margen para conseguir más -aunque no al nivel de quienes rigen en este apartado, los Van der Poel, Van Baarle, Van Aert-. Tampoco sin olvidar que contienen a Carlos Verona, quien está para elevar esa clase media junto a otros como Marc Soler o Pello Bilbao.
No hay que obviar que hace nada se hablaba de una crisis, por lo que es ilógico saltar bruscamente a afirmar un resurgimiento. Ha habido épocas doradas, que son incomparables a lo que se tiene hoy por hoy en cuanto a resultados y procesos. No obstante, es válido reconocer que existe un potencial, que si se guía y trabaja de la manera adecuada, puede tener alguna chance de resucitar lo que fue alguna vez el ciclismo español.
Alejandro Matiz¿Te gusta lo que hacemos? Seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional
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Carlos es muy bueno, va a estar ya muy cerca de todo…, pero Ayuso..Ayuso es otra cosa.. qué si va a dar guerra a Evenepoel? La duda ofende. Pero como en este tipo de cosas entran juego muchos factores a la hora de valorar si ver el vaso medio lleno o medio vacío…pues especulemos: llevo muchos años viendo ciclismo y nunca he visto nadie con la determinación y el talento de Juan Ayuso. A nadie es a nadie, si, así como suena. Pogacar? Ni a Pogacar,..pero esto que suena a balandronada ..es solo mi parecer.
Hombre y el Pogacar de Morzine? o el Pogacar de La planche des belles filles?..vale, vale.. ésta bien ..me callo y me quito el cráneo ante Pogi. vale, el tiempo lo dirá….pero no digáis que no os lo advertimos.
Lo demás..el “Renacimiento”… vendrá por añadidura. Una vez me hizo una comparación muy bizarra, por llamativa, una persona que sabe mucho de ciclismo. Me dijo que el ciclismo español es como el Vietcong. Pasan crisis profundas, sufren derrotas y se lamen sus heridas..pero si no los ves, si te confías..ojo..que es que están preparando un pepino gordo. Y ese pepino ya tiene nombre y apellidos. Enhorabuena a los que nos aprecian porque.. si Dios quiere.. disfrutarán con nosotros de sus victorias. Si, habemus Buanorroti y estamos ilusionados y felices :)
La época de Contador, Purito, Samuel, Sastre, Freire, Alejandro y compañía fue maravillosa, épica, poderosa en su tiempo, hizo que me enganchara al mundo del ciclismo. Y como todo lo bueno tuvo que terminar -al menos parcialmente-. Luego vinieron grandes exponentes que de alguna manera no tuvieron tanta relevancia pero mantuvieron a España en el top del panorama ciclístico.
Ahora, con la generación que esta empezado, el panorama es alentador y creo que seguramente se lograran cosas importantes, pero hay que darles tiempo y no exigirles resultados tempraneros.
En Il Lombardía, 4 españoles entre los 6 primeros….vaya crisis.
Por el bien de la rica e ilustre historia de española en ciclismo se espera que así sea.
Tenemos motivos para estar ilusion ados tras la confirmación de Rodríguez.. Ayuso etc, però deberíamos también sentirnos privilegiados por ser espectadores de està època dorada del ciclismo global, hablo de corredores con unas cualidades portentosas y muy precoces en muchos casos, por su puesto què deseo qué tengamos pronto a nuestros corredores disputando las grandes vueltas y alguna de las grandes clasicas però lo dicho a disfrutar del ciclismo venga de dónde venga.