Steven Kruijswijk: la hora de despertar
Por @pmpalermo
Alguna vez señalado como una de las grandes esperanzas del ciclismo holandés, Steven Kruijswijk se estancó y casi que desapareció de los primeros planos en 2013, opacado en parte por sus compañeros de equipo en Belkin y aquejado por diversas dolencias físicas que mermaron su rendimiento.
La situación pasó algo inadvertida gracias a la gris temporada de Robert Gesink, acreedor de todas las críticas, y a que Bauke Mollema y Laurens Ten Dam dieron la cara con un magnífico Tour de Francia que tapó las irregulares prestaciones del resto.
En ese contexto, el peor parado fue el atleta que hoy llama la atención de Ciclismo Internacional puesto que tras haber alcanzado el top ten del Giro en 2011 con tan sólo un año de experiencia en la élite, su flama se extinguió poco a poco hasta llegar a la pobre versión actual.
Vale la pena recordar que en esa temporada mágica para él, llegó al podio en el Tour de Suiza en el que además ganó por primera y única vez en el profesionalismo al hacerse con el sexto parcial e incluso luego, en 2012, dejó pinceladas de su clase al acabar 8° en la misma competencia.
Lejos de esos días de gloria y en el año final de su contrato, es válido mencionar que durante su mediocre 2013 completó 77 días de actividad entre los que sólo se puede resaltar el 10º escalón en el modesto Tour de Alberta.
Poco para un ciclista que terminó las cinco grandes que disputó, una en el top ten y la más dura, el Tour de Francia 2012, en el podio de la clasificación de los jóvenes y 33º en la general, apenas por detrás de su compañero mejor ubicado.
Dueño de una planta envidiable merced a sus 178 centímetros de altura y 66 kilogramos de peso, Kruijswijk es un contra relojista excelente y pasa la montaña con los mejores si está en forma, siendo la regularidad su punto fuerte y el principal motivo de las enormes expectativas depositadas en él.
Pero claramente necesita un cambio de actitud que lo lleve de regreso a estar entre los elegidos de cara a las grandes vueltas para refrendar todo lo bueno que enseñó en sus primeras pedaladas en el World Tour y así igualar el nivel exhibido, cada uno en su momento, por Gesink y Mollema, miembros de la misma camada.
Es evidente que el pedalista de Nuenen tiene con qué y que indudablemente necesita que la suerte y la salud lo acompañen ya que no es un dato menor que enfermó durante la última edición de la gran ronda italiana y como si eso fuera poco, se descubrió antes de la Vuelta a España que tenía un problema en la arteria femoral, afección de la que se operó hace cinco años y que según el atleta es el motivo de su baja en el rendimiento.
Por lo que sea, el deporte profesional no espera por nadie y si no despierta, ya tiene al prometedor Wilco Kelderman listo para hacerse cargo de lo que sobre en la repartija entre los jefes de fila, hecho que dejaría relegado a nuestro protagonista.
A su favor tiene la juventud, ya que apenas cuenta con 26 años, y un talento superior a la media que le permitió consagrarse campeón nacional sub23, destacar en la mencionada Corsa Rosa e incluso, finalizar 18° en el Giro de 2010, en la que fue su primera prueba de tres semanas gracias a la baja imprevista de Oscar Freire.
Con todo esto en perspectiva no es descabellado afirmar que el corredor en cuestión todavía es un diamante en bruto que no conoce su techo y tiene posibilidades de convertirse en figura del ciclismo holandés, pero para ello en 2014 tiene la dura tarea de reencontrar las sensaciones de antaño y confirmarse como líder dentro de una estructura plagada de prospectos dotados con características similares.
Así las cosas, Kruijswijk ya se prepara a conciencia de cara a un curso clave dentro de su vida deportiva, que lo encuentra ingresando a la madurez física al tiempo que pugna por descubrir el derrotero a seguir para encontrar su lugar definitivo en el mundo pedal.
Pablo Martín Palermo¿Te gusta lo que hacemos?seguínos en
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