Análisis: El mejor ciclista latinoamericano de 2016 - Ciclismo Internacional

Análisis: El mejor ciclista latinoamericano de 2016

Por @pmpalermo

Uno de los temas que levantan cierta polémica en el cierre de la temporada 2016, pasa por la elección del ciclista más destacado entre los nacidos en Latinoamérica. Y es que, sin desmerecer a ninguno de los pedalistas que tan bien representaron a la región, hay dos que sobresalieron por encima del resto.

Foto: José Jordan
Foto: José Jordan

Se trata de Nairo Quintana y Esteban Chaves, las joyas colombianas que hicieron méritos más que suficientes para disputarse el trono aquí en cuestión, por más que para muchos, no haya duda alguna de la superioridad del tunjano.

Para ser más precisos, y antes de profundizar en el análisis, el disenso pasa por las excepcionales estadísticas de Quintana contra los “modos” de Chaves, quien cosechó menos lauros que su compatriota pero entregó mejores sensaciones y demostró progresión. Con eso en perspectiva, es conveniente repasar lo realizado por ambos atletas en el curso que dijo adiós, para luego determinar un ‘vencedor’.

Un año brillante… menos en el objetivo

La campaña de Nairo Quintana fue sensacional, casi perfecta, con victorias de renombre en Volta a Catalunya y Tour de Romandía o exhibiciones como la de Route du Sud, prácticamente sin transpirar, pese a no tratarse de objetivos en si mismos.

Además, fue podio en San Luis y Vuelta al País Vasco y, principalmente, se impuso con autoridad en la Vuelta a España, con una agresividad que se echaba en falta desde el Tour de France 2013, cuando explotó definitivamente como una estrella.

Sin embargo, lamentablemente para él y su escuadra, el tunjano falló en el reto máximo, justamente el Tour, donde lució apagado y “sólo” pudo ser 3° gracias a su inigualable clase y la mala fortuna o temor de gente como Porte o Yates que, por un motivo u otro, no ocuparon el podio que merecían.

Alegando cansancio y enfermedad, y dejando una desdibujada imagen pese a su loable posición, Nairo cerró el año con una “mancha” en su currículum, que opacó el resto de su palmarés y abrió la ventana a Esteban Chaves para discutirle el título como latinoamericano de 2016.

Progresión y valentía

Y ya que lo mencionamos, lo del bogotano fue fantástico en muchos sentidos. Lo primero que no puede soslayarse es su parón obligado en 2013, cuando sufrió un accidente que puso en riesgo su carrera deportiva y frenó su crecimiento.

De más está decir que, mientras el “Chavito” se rehabilitaba lejos de las competencias, Quintana corría al más alto nivel y le sacaba una enorme ventaja, que es la que hoy beneficia al de Orica en esta comparativa, puesto que así y todo, estuvo muy próximo al de Boyacá. Para quien no lo sabe, un año afuera del circuito es excesivo y, normalmente, se necesita otro tanto para recuperarse al 100%.

Superado el brutal percance y los miedos posteriores, el de Bogotá no dejó de avanzar, convirtiéndose en una estrella durante la Vuelta a España de 2015, cuando su 5° puesto en la tabla principal y dos victorias parciales, cerraron una etapa en su vida y lo colocaron donde se esperaba que estuviera cuando apenas despuntaba con el Team Colombia.

Increíblemente, lo más relevante estaba por venir y fue en la temporada que aquí se pondera, porque Chaves estuvo próximo a imponerse en el Giro de Italia (también ganó una dura jornada de montaña), donde sólo una estrella como Vincenzo Nibali y su potente Astana lo privaron de la hazaña.

No conforme con ello, el pequeño escarabajo acudió a la ronda española, en la que si bien no estuvo a la altura de Quintana y Froome, brilló con luz propia atacando incansablemente por un podio que fue suyo agónicamente, nada menos que contra todo un Alberto Contador.

Por último, afrontó tres competencias más y primó en dos de ellas. Fue en el Giro dell´Emilia y, más relevante aún, en Il Lombardía, que hizo suyo con una sangre fría notable frente a rivales más experimentados y, en los papeles, más veloces al sprint. Convertido en el primer no europeo en alzarse con un Monumento, Chaves cerró un 2016 que jamás olvidará y que, difícilmente, podrá superar en el futuro.

Conclusiones

En lo que a números refiere, Quintana ganó más, mano a mano con Chaves en grandes vueltas fue superior (1° y 3° contra 2° y 3°) y en el ranking World Tour lo relegó ampliamente, puesto que fue 2° y el de Orica 9°.

Si lo que se evaluara fueran las formas, Chaves enseñó un perfil un tanto más agresivo en su objetivo que Nairo (cansado o enfermo, según él), quien dejó mucho que desear en Francia. Luego, en España, el boyacense se redimió pero su compatriota no se quedó atrás, aunque es cierto -con todo respeto- que gozó de menos vigilancia y nunca estuvo en la pelea real por el título, siendo un 3° escalón y a 2:01 la posición más próxima al maillot rojo.

Los apartados que fueron netamente para el “Chavito” son dos, a saber:

  • la obtención de un Monumento
  • la progresión

El primero es un logro reservado para pocos, a tal punto, que el cafetero es el primer vencedor no europeo en 110 años de historia de Il Lombardía y, obviamente, el pionero entre los latinoamericanos. Mientras que en el segundo punto, podría decirse que Chaves pasó de ser 5° en una grande a subir al cajón en dos cuando pocos o nadie lo esperaban, distinto a lo de Quintana, señalado para llevarse el Tour tras haber puesto a Froome contra las cuerdas en el pasado.

Nairo se impuso en la Vuelta y eso pesa, es cierto, aunque hasta sus propios compañeros reconocieron que la fatiga jugó en contra del “keniata”, quien debió cruzar el Atlántico para competir en los Juegos Olímpicos, mientras su adversario descansaba. La aclaración vale como atenuante, pero no es una excusa y Froome perdió, o mejor dicho, Quintana triunfó.

En definitiva, no dio tanto espectáculo como él puede por reservarse para un Tour donde falló, empero Nairo Quintana sumó lauros de calidad y en cantidad, especialmente su segunda ronda de tres semanas y con menos descanso que Chaves, quien preparó Giro y Vuelta tranquilamente y sin la presión que pesa sobre los hombros de su afamado colega.

Por eso, el latinoamericano del 2016 es Quintana que, cuestión de gustos aparte, hizo los deberes a lo largo y ancho del calendario excepto por la Grande Boucle. Y allí fue 3°, resultado que el 95% del lote no logrará en su vida y sólo un fenómeno como él pudo alcanzar pese a no tener piernas más que para aguantar.

Pablo Martín Palermo

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