Análisis: Nacer Bouhanni, bajo presión en 2018
Por @pmpalermo
Cedric Vasseur, nuevo mánager del Cofidis, había anticipado que su escuadra ya no centraría todos los esfuerzos en defender las opciones de Nacer Bouhanni, diversificando la búsqueda de victorias entre varios miembros de la plantilla.
Pero en las últimas horas fue un poco más allá y, sin dejar de reconocer el talento de su pupilo, advirtió al mismo que su falta de triunfos al máximo nivel puede tener consecuencias. “Cuando está en forma puede enfrentarse de igual a igual con los mejores”, dijo Vasseur.
“Los próximos dos años serán cruciales para él. Si no gana Milán-San Remo o una etapa en el Tour de France, será considerado de otro modo”, siguió ante los micrófonos de La Voix du Nord. “Hasta hoy, está en un grupo de grandes corredores, por su talento, pero en dos años tendrá 29 y, de no ganar al máximo nivel, ya no será parte del mismo”, completó.
“Haremos todo lo posible por acompañarlo y creemos que tiene opciones”, aclaró Vasseur, aunque resaltó que no pondrán todos los recursos de la escuadra al servicio del ex boxeador.
“Si no puede triunfar entre los mejores del mundo, ya no tendrá el mismo atractivo en el ambiente del ciclismo y eso influirá a nivel salarial, porque no contará con los mismos beneficios”, afirmó el directivo, sin pelos en la lengua.
Aunque no lo declaró, trascendió que Vasseur quiere al Cofidis celebrando en la máxima categoría y no a nivel continental. Vale la pena aclarar, que la estructura gala se llevó el Ranking UCI Europa de la mano de Bouhanni.
Una inversión sin rédito
Fue a fines de 2014 que Marc Madiot eligió a Arnaud Démare como velocista de la FDJ. Hasta ese momento, tanto él como Nacer Bouhanni habían compartido equipo, pero su mala relación era evidente y ninguno de los dos dejaba pasar la oportunidad de demostrarlo.
Con el favoritismo del técnico inclinado hacia Démare, no le costó mucho a Bouhanni aceptar la oferta de Cofidis, que además de ponerle una millonada (literal) sobre la mesa, fichó algunos gregarios de confianza del ex boxeador, tal el caso de Geoffrey Soupé.
Las expectativas eran enormes, porque el polémico sprinter venía de levantar los brazos en Giro de Italia (3) y Vuelta a España (2), más dianas en París-Niza o Eneco Tour. ¡Todo eso, sin estar completamente a gusto!
Pero el camino de Bouhanni con Cofidis ha estado repleto de altibajos y, más preocupante aún, de polémicas. Con razón en la mayoría de los casos, el francés se ganó una mala fama que aún lo acompaña, y que se traduce en más exigencia de todas las partes cuando no levanta los brazos.
¡Bingo! El atleta en cuestión ha obtenido 9, 11 y 7 dianas en cada uno de los respectivos últimos cursos, algunas de ellas de prestigio, como las del Dauphiné, Catalunya o París -Niza. Pero ninguna en el Tour o en pruebas de un día a su alcance, como Milán-San Remo.
Y ese es el problema, puesto que uno de los argumentos que Nacer utilizó durante todo 2014 para mostrar su enfado, fue que él quería correr la Grande Boucle. Desde entonces, ya sea por mala fortuna o errores (ambos traducidos en caídas), duró menos de una semana en la edición de 2015, no pudo participar en 2016 (pelea a golpes mediante) y pasó sin pena ni gloria por la de 2017.
Un salario elevadísimo, todos los gustos que requirió y ningún éxito en el Tour, evento máximo del ciclismo, que se disputa en el único país donde Cofidis tiene intereses reales como para promocionarse. Todo eso confluyó en este invierno europeo de 2017, para que Vasseur apretara el torniquete.
Bouhanni estará realmente bajo presión, porque dejará de ser la carta absoluta de éxito de la formación Pro Continental y, en consecuencia, dispondrá de menos recursos a su alcance. Otra historia será lo que obtengan sus compañeros, porque la plantilla no es de las más brillantes del pelotón.
Le sobra talento para vencer a los máximos exponentes de la velocidad, porque de hecho, él es uno de ellos. Pero a diferencia de casi todos sus adversarios, es el único (junto a Nizzolo y Kristoff) de los sprinters considerados importantes, que no dio en el blanco en Grandes Vueltas en las tres últimas campañas. Y en el caso del noruego, además de que fue 2° en múltiples parciales, se dedicó a forjar un palmarés soñado en las clásicas.
Kittel, Greipel, Gaviria, Viviani, Modolo, Sagan, Matthews, Arndt, Degenkolb, Ewan, Cavendish, Sbaragli, Danny Van Poppel, Van Genechten, Cort Nielsen, Trentin y, por supuesto, Démare. Todos estos se bañaron en champagne en alguna de las rondas de tres semanas comprendidas en el periodo aquí en cuestión.
Misión posible
Llegó la hora para Bouhanni. O concreta el salto de calidad con el que amenza desde hace años, o se le acabará el crédito y empezará un nuevo tramo de su vida profesional en el que las cosas se le harán más cuesta arriba.
Tiene la potencia, la habilidad y un tren sólido que ha ofrecido buenas prestaciones. Sólo resta afinar la puntería, ayudar a la suerte arriesgando menos donde no valga la pena y evitando peleas. Lo demás llegará, porque si algo ha enseñado el galo, es garra cuando las papas quemaban.
Fuera de su zona de confort, habiendo probado un poco de humildad trabajando como gregario en el cierre de 2017, el renovado y presionado Nacer Bouhanni, forja su forma para dar la cara y completar su camino al estrellato.
Pablo Martín Palermo
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Muy buen análisis