Cobo, un talento contra las cuerdas

Por @pmpalermo

Finalmente se terminó uno de los grandes culebrones del mercado de pases y Juanjo Cobo encontró acomodo para 2014, temporada en la que correrá en las filas del Torku Sekerspor, equipo turco en el que milita su compatriota y amigo, David De la Fuente.

Pero es inevitable pensar, y con respeto por su nueva escuadra, que el cántabro cayó muy bajo, una vez más, ya que su talento y condiciones físicas exceden la categoría y el país en el que correrá el año entrante.

Sin embargo Cobo, ganador de la Vuelta a España 2011, necesita estos golpes para reaccionar y un poco de afecto y libertad para rendir, tal y como demostró cuando estuvo a las ordenes de Matxin y se impuso en la Vuelta al País Vasco, una etapa del Tour o la mencionada gran ronda ibérica.

El Bisonte de la Pesa tiene una trayectoria que asemeja al perfil de una jornada de montaña, ya que los altibajos han sido una constante y cada vez que brilló se hundió para tiempo después volver a la cima y en eso estamos…

Actualmente en uno de sus pozos, y tras dos temporadas aciagas en el Movistar, casi que obligó a Unzué a soltarle la mano puesto que apenas fue 30º en el Tour de Francia 2012 y tuvo un horrible 2013; poco para un ganador de la Vuelta como él.

Pero a diferencia de antaño, el pedalista cántabro aspiraba a seguir activo y ante la imposibilidad de elegir emigrará a Turquía, donde encontrará una cultura diferente y otro ciclismo en una movida que asemeja a un castigo auto impuesto para encontrar la motivación que lo lleve a volver por sus fueros, ya que el hecho de tener todo a mano en Movistar no fue suficiente.

Cobo es así, talentoso como el que más pero débil mentalmente en igual proporción, y a los 32 años y en medio de la crisis económica actual quedó contra las cuerdas, como cuando a punto estuvo de dejar la bici en 2010, preámbulo de sus mejores momentos como corredor.

Buena persona, muy apegado a su tierra y afectos pero sensible a la presión, el virtuoso atleta evitó un final abrupto a su vida deportiva y tendrá otra oportunidad, la última tal vez, de mostrar las cualidades que lo llevaron a lo más alto hace dos años.

Por eso, pese a su próximo exilio, su historia deja abierta una ventana esperanzadora y no seria extraño dentro de 365 días anunciar el regreso del Bisonte a la máxima categoría o incluso, un poco mas allá en el tiempo, narrar una nueva gesta de nuestro particular protagonista.

Pablo Martín Palermo