El ‘8’ ideal del Tour de France 2023

Por @amatiz12

Una espectacular edición del Tour de Francia llega a su fin y con ello, da paso al análisis de lo acontecido a lo largo de 21 días de competición que se puede sintetizar de diversas formas. Una de ellas es elaborando un ‘Dream Team’, conforme al desempeño de los corredores destacados en diferentes áreas, la clasificación general, victorias de etapa, embalajes, escaladas, crono, trabajo de gregarios, etc. Por ello, en ‘Ciclismointernacional.com‘, liderados por quien redacta estas líneas entregamos el ‘8’ ideal de esta 110° edición.

Tadej Pogačar 🇸🇮 (UAD)

La preparación que la fractura lo forzó a emprender mermó su nivel, pero a juicio personal, ni la más perfecta aproximación le habría permitido derrotar a este intratable Vingegaard, un adversario que lo obligará a buscar otras fórmulas para volver al trono. Dicho esto, ese mismo condicionante da valor a su subcampeonato, porque sólo estuvo por detrás de un extraterrestre y sí por delante de aspirantes que no tuvieron ni de cerca, esos obstáculos físicos. Es más, fue el único además de Philipsen que pudo ganar más de una etapa, que no es un dato menor. Prueba irrefutable de que por puro talento es superior al 99% del pelotón profesional. Esa obsesión de superar al danés nos brindará en el corto plazo épicas batallas para el recuerdo y ayudará a exprimir su mejor versión, porque desde 2022, quedó en claro que debe mejorarse aún más para ser el portador del amarillo.

Jasper Philipsen 🇧🇪 (ACD)

Arrasó en los embalajes para confirmarse como el mejor velocista de la actualidad, labor facilitada no sólo por su esplendorosa condición, sino también por los lanzamientos de manual que ejecutó su tren. Su única mancha fue la innecesaria altanería e irrespeto contra Eenkhorn hace unos días. Por más fuerte que sea, no está en el derecho de matonear a sus rivales y obligarlos a las malas a comportarse como él quiera, ya ha demostrado que con sus piernas puede abatirlos, pero ese gesto tan bochornoso sí que sobró. De resto, se debe resaltar que a pesar de ser el más rápido no es un sprinter puro, fue 2do en Roubaix esta temporada y su historial en clásicas certifica esa versatilidad que es tan compleja encontrar en un dominador de las volatas. Su desafío ahora es mantenerse en una época de irregularidad de sus colegas, pues ese registro de virtudes, lo puede aupar a nutrir un valioso palmarés.

Felix Gall 🇦🇹 (ACT)

La gran revelación. De su existencia apenas nos enteramos un mes atrás en Suiza, que de todos modos, no era un escenario cercano a la atmósfera que se vive en Francia. Eclosionar en un Tour está al alcance de pocos y su presentación es virtuosa por dónde se le mire. Ganó la etapa reina, fue de los últimos en ceder ante los favoritos en algunas de las más temibles jornadas de alta montaña, accionar que junto a su presencia en fugas, le permitió ganarse una plaza en el top-10 para estar en su debut. Nada mal. Fuera de eso, está el carácter, ese que se refleja con una tercera semana tan sólida -fortaleza de grandes vueltómanos- y con la determinación para llevar a rueda a los dos mejores de la cita por más que ellos no quieran dar un mísero relevo. En AG2R pueden estar tranquilos de que tienen una joya para pulir.

Sepp Kuss 🇺🇸 (TJV)

No es sorpresa que por enésima ocasión haya sido el gregario escalador más valioso de una ronda de tres semanas. Sin embargo, lo de este Tour tiene un agregado especial: estuvo a la altura de la batalla entre los dos mejores de la actualidad con un Giro en las piernas, en una era donde doblar es una tarea apoteósica. Tan descarado que hasta incluso está en la preselección para La Vuelta. Y ojo, que si no es por la caída de ayer, de paso habría culminado en el top-10, como si fuera poco. Al final se comprende que la victoria es principalmente motivo de la propia fuerza de su campeón, pero contar con alguien como el estadounidense es un lujo, pues es el único en el mundo que te echa un cable en los momentos decisivos, ese que puede romper pelotones y resistir con los demás jefes de filas, ese, que en el hipotético caso de que Vingegaard flaquee, va a estar ahí como salvavidas. Un tipo fiable que en este rol ha certificado toda su calidad y valor dentro de la élite.

Adam Yates 🇬🇧 (UAD)

Su mejor gran vuelta no sólo por haber obtenido un primer triunfo de etapa o un primer podio, también por su nivel. Accedió a esa plaza de honor porque fue el más regular del resto de aspirantes y el de más fuerzas entre ellos, con el atenuante de que en ocasiones estuvo supeditado a las órdenes de Pogi -aunque sin vaciarse del todo-. Un buen ejemplo de cómo un cambio de aires puede ser un paso adelante. Quién sabe si en una cita de menor envergadura como el Giro o La Vuelta pueda replicar lo hecho aquí ya cargando con todos los galones y la presión que ello implica, pero parece por fin haber encontrado esas piernas que tanto prometía en juveniles y que su talentoso hermano opacó cuando compartían equipo.

Carlos Rodríguez 🇪🇸 (IGD)

Confirmado que España tiene futuro más allá de Ayuso. No aparenta poseer el mismo talento de Juan, pero este andaluz es cosa seria. Fue 5to en su primer Tour y ganó una etapa cara a cara contra Tadej y Jonas. La experiencia le permitirá ser más regular, caerse menos -en La Vuelta también le sucedió- y quizás, tener más arrojo. De todos modos, su punto de partida es más que excelente y tiene una base de gran calidad para mejorar, elevar su nivel y estar en el llavero para el título de una cita del género. Habrá que ver cómo se resuelve su dilema contractual, pues viendo su crecimiento, INEOS lo va a necesitar para un futuro huérfano de jefes de filas respetables.

Giulio Ciccone 🇮🇹 (LTK)

Uno de los más combativos que ganó una clasificación que en los últimos años, se ha convertido supremamente jodida de conquistar para los que no son Pogacar o Vingegaard. Implica el desgaste diario de entrar en fugas -cuya conformación es bestial- y a lo largo de la jornada, derrochar energía para pasar primero en cada cima, siempre con la latente posibilidad de que esos jefes de filas se echen a la bolsa los puertos más puntuables, sin ni siquiera buscarlo. El italiano, en el mejor momento de su carrera, tuvo que sobreponerse a todo eso y por esa complejidad estratégica y física que representa este desafío, no podía quedarse de este octeto. Reconocimiento especial para su equipo, que se volcó en pleno para tal objetivo, con Pedersen vaciándose para ayudarle a colarse en escapadas en el llano y con un Skjelmose que tiró y tiró en los ascensos para facilitarle la recolección de unidades. Se merece disfrutar de ese podio en París, porque le ha costado mucho sudor llegar a todo lo alto.

Jonas Vingegaard 🇩🇰 (TJV)

Nadie puede discutir que ha sido el justo vencedor. Su eclosión se agradece porque representó un polo de oposición para alguien que parecía indestructible y así brindar el lujo a los aficionados de ser testigos de uno de los duelos generacionales más espectaculares del último tiempo. Mérito absoluto de haber puesto la vara todavía más alta, cuando se creía que no podía elevarse más. Si el esloveno era catalogado como un corredor de otro mundo, el danés es de otra galaxia definitivamente. La clave de su conquista estuvo en no perder la cabeza cuando daba la sensación de estar contra las cuerdas y ejecutar una perfecta planificación para jactarse una histórica contrarreloj y luego aprovechar el hundimiento de su adversario 24 horas después. El mejor escalador del mundo y el mejor vueltómano de la actualidad, que además de estar respaldado por el mejor equipo de la élite, siembra una enorme incógnita sobre cómo puede ser desbancado. Al menos, con ese nivel y frialdad, hoy por hoy se ve imposible, la próxima Vuelta terminará de confirmar esa realidad. Ciclista digno de admiración y respeto.

Alejandro Matiz

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