El ciclismo recupera un talento

Por @pmpalermo

Si bien hace un tiempo se rumoreaba sobre el retorno de Linus Gerdemann al ciclismo, ayer se confirmó la noticia cuando el MTN Qhubeka africano anunció su fichaje para las dos próximas temporadas.

Cortado por RadioShack sobre el final del 2012, Gerdemann no encontró acomodo por los limitados cupos en las escuadras y su decisión de no fichar a cualquier precio, ya que aunque no ganó carreras, terminó con buenas actuaciones: segundo en el campeonato nacional, quinto en Polonia y octavo en Castilla y León.

Gerdemann, de 30 años, saltó a la fama en 2007 al ganar la etapa 7 del Tour de Francia además de vestirse de amarillo al tiempo que gritaba al mundo su limpieza, en claro contraste con lo que se vivía en torno a su equipo, el T-Mobile.

Señalado como el sucesor de Ullrich, nunca llegó a confirmar sus condiciones de hombre para la general de las grandes, con un 16° lugar en el Giro 2010 como mejor resultado.

Tras esa temporada emigró al Columbia, donde debutó con mal pie debido a una caída en la Tirreno que lo marginó hasta julio, cuando regresó con triunfos en Tour de l’Ain, Coppa Agostini y Tour de Alemania.

En 2009 pasó a Milram para liderar la escuadra junto a Markus Fothen y siguió con buenas actuaciones como en Tirreno, donde culminó séptimo, antes de imponerse en la Bayern Rundfhart y completar el Tour en el 23° lugar de la general.

Su año final en esa estructura estuvo marcado por el doblete en Giro (16°) y Tour, donde tras una buena semana inicial, desapareció para terminar perdido en la general.

Con el 2011 llegó Leopard, el dinero y la propuesta de trabajar para otros, algo que el nacido en Münster aceptó, corriendo como nunca antes para completar 92 días de actividad, destacando en  California y Romandía dónde fue 11° y el triunfo en el Tour de Luxemburgo.

Con semejante trayectoria, los africanos le hicieron un hueco para conseguir invitaciones a las grandes del calendario con el alemán como buque insignia de cara a las clasificaciones generales.

Si bien es un talentoso deportista, no destaca en ningún apartado en particular, y fue necesaria la intervención de su ex compañero y amigo, Gerald Ciolek, uno de los líderes del MTN, para concretar la firma.

Lo claro es que, sea por los motivos que sea, el ciclismo recupera con este fichaje un talento y un símbolo, uno de los pocos que se animó a levantar la voz en contra del dopaje en una época negra en la que todos callaban.

Tras la injusticia de RadioShack hace casi un año, el alemán vuelve al sitio del que nunca debió irse, el ciclismo de alto nivel, al que todavía tiene mucho para darle.

Pablo Martín Palermo