Por @pmpalermo

El título, que podría ser tomado por muchos como obvio, se ajusta a la perfección en el que caso que hoy nos atañe, el de la victoria en la 13° fracción de la Vuelta por parte Dani Navarro, un sacrificado ciclista español que pasó casi toda su trayectoria al servicio de otros y que hace un par de temporadas emigró a Francia para ser capitán. navarro2

Si bien hablamos de un corredor con características de vueltómano que llegó a ser 9° en el Tour de Francia 2013, Navarro no es reconocido en su justa medida y por eso nos vemos obligados a hacerle justicia en el día que consiguió su gesta individual más brillante.

El de Cofidis lleva un año magnífico en el que fue 8° en Vuelta a Andalucía y 9° en Dauphiné, pero que lo vio abandonar justamente la etapa 13 del Tour aquejado por un golpe de calor y un fuerte malestar estomacal. El asturiano, que se regaló un premio enorme en su tierra, llegó a la Vuelta con sed de revancha y no en vano se lo vio como uno de los hombres más activo en las montañas.

Dani fue 8° en La Zubia, llegó a 10″ de Valverde en Valdelinares y se cansó de arremeter contra el conservador pelotón de favoritos en San Miguel de Aralar donde fue 9°, injusto resultado para su coraje y todo el espectáculo que brindó.

Muchos dirán que en la llegada a Obregón Tinkoff no tiró con la misma fuerza tras él, que fue compañero y gregario fiel de Contador en Astana y Saxo, y tal vez algo de eso sea cierto, pero el de Gijón burló igualmente la vigilancia de Katusha, Orica y demás interesados con un poderoso y certero ataque en las rampas ubicadas a 2200 metros de meta confirmando su excelente forma y un espíritu envidiable del que muchos debieran contagiarse.

Está claro que con 31 años no hablamos de una sorpresa, más aún si tomamos en consideración que fue 13° en la Vuelta 2009 o, como mencionamos antes, 9° en la Grande Bouclé de la campaña pasada, pero así y todo el de Cofidis no suele ser tenido en cuenta.

Otro dato interesante es que el jefe de filas del histórico conjunto francés rompió una racha adversa sin triunfos en grandes vueltas para su escuadra, ya que la última alegría fue la de David Moncoutié en la Manzaneda en 2011.

En plena madurez, este escalador que afronta su 11° grande, levantó los brazos en la que ya es su más importante jornada individual (está claro que el 9° del Tour tapa todo) pero lo mejor aún es que se quitó la presión de encima y su forma podría llevarlo más arriba en la general, tabla en la que hoy ocupa el 12° escalón perjudicado fundamentalmente por la espantosa crono por equipos inaugural en la que entregó 51″ y la desatención que lo dejó cortado camino de Albacete (8° etapa) con otros 53″.

El resto de las pérdidas respecto al líder Contador se reparten así: 7″ en Arcos de la Frontera, 25″ en La Zubia, 33″ en Valdelinares, 1´40″ en la crono y 16″ en San Miguel de Aralar, en tanto que él descontó 5″ en Cabárceno.

Navarro no va a ser campeón de la Vuelta y su premio será el top 10, pero su combatividad y el hecho de haber obtenido lo que buscaba con ansias a poco más de un mes del amargo abandono en Francia merecían una mención, más aún ahora que coronó el año en lo individual y le regaló algo de aire a un castigado Cofidis, ausente en las grandes hace mucho.

Por eso y pese a que las carreras se ganan y no se merecen, celebramos el justo triunfo de este atleta que acostumbra animar el calendario y deja ver su doliente figura cada vez que las rutas pican hacia arriba.

Pablo Martín Palermo

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