Giro d’Italia 2024: Análisis del recorrido

Por @jmhers

Este 13 de Octubre en la ciudad de Trento fue presentado el recorrido del Giro 2024, con algunas variantes que llaman la atención del mundo del ciclismo. La primera, los kilómetros contrarreloj, y la segunda la reducción de dificultad en cuanto a longitud de etapas y en metros de desnivel. ¿Podrán estos cambios sacar a esta carrera del estancamiento que ha vivido las últimas temporadas?

Cinco etapas de las 21 del Giro d’Italia 2024 sobrepasarán los 185 km, ese es el menor número de etapas largas de los últimos 14 años en esta carrera. Así mismo los 42900 metros de desnivel positivo del próximo Giro son la menor cantidad desde la edición de 2010. Estos datos ya han encendido las alarmas para muchos aficionados y especialmente los puristas del Giro que mantienen en alto la máxima de que el Giro es (y lo ha sido a lo largo de un siglo) ‘la carrera más difícil de correr’.

Pero mientras la influencia de longitud y desnivel se puede debatir, una indiscutible buena noticia es el aumento de los kilómetros contrarreloj a 68 en total, y es que una Gran Vuelta se supone debe ser la prueba más difícil de este deporte, donde los que busquen ganar deben demostrar que son los mejores no solo yendo para arriba, sino en el llano, descendiendo y claro que sí, en la crono.

A continuación repasemos lo más relevante del recorrido del próximo Giro, esperando que cuando llegue el momento las condiciones climáticas u otras circunstancias no obliguen a modificarlo.

Primer bloque

Conforme a lo que está poniéndose de moda y que resultó tan bien en el Tour de este año, el Giro comienza con etapas en línea y de media montaña.

Decimos media montaña por que los puertos no son tan exigentes ni en longitud ni en altitud, lo cual es verdad para el primer día con llegada en Turín, pero ya en la segunda etapa tendremos el primer final en alto y en el Santuario de Oropa, puerto complicado en el que se hará homenaje a Marco Pantani, ganador allí en 1999. Con un final de etapa en un puerto de entidad como lo es Oropa, ¿Veremos los fuegos artificiales al estilo de lo que vimos en el País Vasco en el Tour, o los favoritos querrán no poner la carne en el asador tan temprano?

Tras estos dos primeros días en Piamonte donde, con grandes batallas o no, ya tendremos las primeras diferencias, vienen tres etapas para los sprinters incluyendo la etapa 4 que ingresa en territorio Milán – San Remo, pero sin Poggio naturalmente sino con llegada en Andora, justo después del Capo Mele.

Otra característica de este Giro es que habrá varias oportunidades para los velocistas con 9 o 10 etapas que pueden terminar al embalaje masivo, contrario a lo que está siendo el Tour y a lo que siempre ha sido la Vuelta.

La etapa 6 de 177 km entre Viareggio y Rapolano Terme incluirá 11,6 km de sterrato en la parte final. La carretera descubierta siempre es una promesa de espectáculo y lo ondulado del terreno también es una oportunidad para que los ciclistas con aptitudes ene ste terreno se atrevan, ya sea a por tiempo o por la etapa.

El 7mo día de competencia llega la primera contrarreloj individual. De 37,2 km entre Foligno y Perugia. Los primeros 30 km serán totalmente llanos, y en el último tramo la carretera se inclinará hacia arriba con algunas rampas duras intercaladas con tramos menos empinados. Un recorrido traicionero pues pesadez en las piernas en ese ascenso final puede hacer perder toda la ventaja que se pudiese haber ganado en el llano.

La 8va etapa nos trae el segundo final en alto de la competencia, en Prati di Tivo que es una cumbre muy común en la Tirreno Adriático. Antes de llegar al puerto final no hay casi terreno llano, con algunas subidas duras para generar mucho desgaste.

Finalmente el primer bloque de la carrera culmina con una etapa mayormente llana con final en Nápoles, una de las 4 etapas que supera los 200 km. No hay grandes puertos de montaña pero si varias cotas pequeñas encadenadas en los últimos km para hacer un final que puede ser nervioso y muy caótico tanto en la lucha por la etapa como si alguno de los favoritos decide probar suerte.

Un primer bloque con un poco de todo, con dificultades de montaña desde el día uno y en el que ya habrán diferencias relevantes en la general, el Giro apuesta a desterrar ese concepto de esperar a la tercera semana para moverse, con lo cual esperemos haya más espectáculo.

Segundo bloque

La segunda semana del Giro comienza muy dura con una décima etapa corta y con un final en alto complicado en Cusano Mutri, puerto de 18 km de largo. Un día pensado en ser explosivo y no dar tregua a los de la general.

Las siguientes tres etapas: 11, 12 y 13 son algo más inocuas. La 11 es otra de las jornadas largas y para los sprinters, a menos que haya pronóstico de viento. La 12 es más dura y aunque no tiene grandes puertos de montaña, al estilo de la etapa 9, tiene bastante desnivel acumulado en las colinas de los últimos km donde puede haber cortes si los principales equipos no andan atentos. La etapa 13 un día absolutamente plano y sin muchas amenazas para el sprint masivo.

Con la etapa 14 llegamos al segundo fin de semana y a la segunda crono: 31 km planos entre Castiglione delle Stiviere y Desenzano del Garda. En el pelotón no faltan hoy por hoy los vueltómanos con grandes aptitudes de contrarrelojistas comenzando con Evenepoel y pasando por Roglic, Pogacar, Vingegaard, Thomas, Ayuso, etc. ¿Cuáles de ellos estarán presentes en el Giro para aprovechar esta crono larga (para estándares modernos) que les puede poner más cerca del trofeo Senza Fine?

En un golpe de astucia de los organizadores en el día siguiente a la crono tenemos la etapa de montaña más dura de la competencia: la etapa con final en Livigno. 220 km de longitud, 5 puertos categorizados, 5200 metros de desnivel acumulado, una muestra de estas etapas míticas del Giro de décadas pasadas como para no perder las tradiciones. Aquí si deben sacar la casta los hombres de la general, sobretodo aquellos escaladores que hayan cedido tiempo el día anterior.

Tercer bloque

Como ya hemos dicho, las apuestas recientes del Giro por tratar de mantener las diferencias cortas hasta los últimos días han salido muy mal porque eso degeneró en carreras totalmente bloqueadas donde durante 17 o 18 días no pasaba absolutamente nada.

Ahora, con dos cronos largas y la etapa reina en las primeras dos semanas, el Giro 2024 llegará a la tercera semana con diferentes equipos y ciclistas en distintas situaciones y les brindará más oportunidades para que busquen la recuperación.

La etapa 16 que abre la última semana de competencia es la que nos trae la Cima Coppi: el ilustre Paso dello Stelvio. Esta etapa ha sido la que más polémica ha creado entre los aficionados ya que el coloso Stelvio se sube en la primera parte de la etapa, que tiene 202 km de longitud, y tras descender hay casi 90 km de terreno llano hasta los últimos dos puertos encadenados, casi garantizando que la Cima Coppi pase desapercibida. En los últimos dos puertos pude haber algún ataque de escaladores que tengan la urgencia de recuperar tiempo.

La siguiente etapa, la 17 es otra con recorrido muy interesante: 5 puertos categorizados, dos de ellos de primera categoría, se comienza subiendo y no hay ni un kilómetro llano en los 154 de longitud de este día entre Selva di Val Gardena y el Passo del Brocon. Un día ideal para que un equipo ambicioso (y fuerte) busque reventar la carrera y destronar a algún rival que esté ostentando el liderato.

Sí hay oportunidades para los sprinters en esta última semana (además de la etapa final en Roma) que deben llegar muy sufridos a la etapa 18 tras tantos días de montaña, pero que de seguro se disputarán la victoria en esa jornada.

La etapa 19 es una de media montaña con la mayor parte del desnivel acumulada en el último tercio de sus 155 km. Un perfil llamativo con final en Sappada pero que no se presta tanto para grandes movimientos entre los de la general, a diferencia del día siguiente.

Etapa 20, la penúltima del Giro y la última para buscar la maglia rosa antes del paseo en Roma. Se subirá dos veces al duro Monte Grappa. Concedido, esta etapa no es un encadenado de montaña mítico como los que nos gustan del Giro (mismos que es probable se recorten por nieve) pero hay terreno para que algún valiente del Top 5 o Top 3 lo intente, sobretodo si las diferencias no son demasiado grandes. Cada ascenso será de 18 km de longitud a. 8,1% de pendiente promedio y máximas del 14% y es absolutamente posible que alguno de los hombres de la general, con 19 días de competencia en las piernas, se hunda. El descenso es casi tan complicado como el ascenso, así que será otro factor a tomar en cuenta en las tácticas del día.

Y finalmente la edición 107 del Giro, la del 2024, terminará con una etapa llana, paseo triunfal, en las calles de la Ciudad Eterna: Roma.

Se ha discutido mucho acerca de que al recorrido de este Giro le falta espectacularidad de aquella que durante décadas hizo célebre a esta carrera. Pero también hay que tomar en cuenta lo que ha cambiado el ciclismo en los últimos años y que cada vez más el pelotón, con la vista pegada a los datos y el potenciómetro, le teme a la acumulación de dureza y están cada vez más dispuestos a esperar hoy para atacar mañana (salvo un par de honrosas excepciones). Por eso es válido que la organización haya querido repartir la dureza entre las tres semanas, dejar sin escondites a los equipos de la general con dificultad desde el día uno y haya prescindido de esos míticos trípticos de tercera semana que hacen que los corredores no se muevan durante 17 días porque ‘queda mucha dureza por delante’.

Esperemos que haya mucho espectáculo en esta edición 2024, recordando siempre que los recorridos pueden ser buenos o malos, pero los que hacen los etapones son los ciclistas.

Marcelo Hernández

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