Los mejores momentos de 2014

Por @pmpalermo

Terminó el 2014 y en Ciclismo Internacional recibimos el 2015 trabajando, como siempre. Por eso, y antes de meternos de lleno en la nueva temporada y, especialmente, en el Tour de San Luis, queremos compartir con ustedes los que, a entender de esta redacción, fueron los momentos que marcaron el año anterior.

Aquí encontraremos situaciones curiosas, alegres o tristes, pero todas quedaron en las retinas del los espectadores o tuvieron injerencia en el desarrollo de las carreras y por eso se ganaron un hueco en este listado:

*Grand depart en Inglaterra: no es raro ver que las grandes vueltas comiencen en otros paises y por ello, no fue extraño cuando se anunció que el Tour 2014 arrancaría en Inglaterra. Pero lo que realmente llamó la atención fue el modo en el que el público británico se volcó con la prueba, copando los costados de las rutas durante los tres días que el eventó transitó el suelo de la reina. En un trazado sin montañas, los aficionados hicieron una fiesta de cada colina en el camino y regalaron un espectáculo pocas veces visto, aglutinando cifras siderales que se calculan entre los 7 y los 9 millones de espectadores.

*El aprendizaje de Nairo en la  Vuelta: así como lo destacamos en el Giro lo criticamos en la Vuelta. Nairo Quintana padeció dos días fatales, donde la mala suerte y la desconcentración se unieron para dejarlo fuera de combate. Tras haberse ido al suelo la etapa previa, cuando perdió una minutada en la crono por  ajustarse las trabas en una curva, el tunjano se rompió la clavícula camino de San Miguel del Aralar, duro golpe que le servirá en el futuro. Quizás muchos piensen que sólo fue mala fortuna, pero lo colocamos en la lista porque su salida del evento cambió el desarrollo del mismo, que hubiera tenido otro campeón con el cafetero sano.

*Locura en Dauphiné: una increíble, corta y emocionante jornada que definió el evento francés en favor de Talansky, hundió a Chris Froome y revitalizó a Contador, que cerca estuvo de la gesta con un kilométrico ataque luego de quedar aislado en los primeros compases del día.

*El récord de la hora de Voigt: si bien es cierto que Brändle lo desbancó poco después, el intento exitoso del alemán es el que marcó la temporada. Por haber conseguido quebrar el registro previo, vigente hacía largo rato, y por haberlo obtenido con 43 primaveras en su último día activo sobre una bicicleta. Así vivimos su hazaña

*Contador, el rey vuelve en Guardiagrele: ya dijimos que Contador es el Mejor Corredor del año y uno de los motivos fue que superó la enorme presión por volver a ser el de sus mejores épocas. Para nosotros, ese momento se dio durante la Tirreno Adriático, cuando lanzó un kilómetrico ataque que destrozó al por entonces líder Kwiatkowski en Passo Lanciano. Lo que siguió fue épico, ya que ni Quintana logró atraparlo, permitiendo al de Pinto presentarse solo en la meta, tras haber superado también a los escapados.

*Banderas rojas en el Stelvio: algunos dicen que no existieron (las fotos marcan lo contrario) pero la jornada en la que se subió al mítico coloso italiano quedará en la historia. Ese día Nairo fue el más valiente e inteligente y se lanzó en la bajada. Urán, líder hasta entonces, se confió pensando en un neutralización que no fue tal. El de Movistar, para no dejar dudas, sacó más tiempo subiendo en la trepada final que en el descenso, se vistió de rosa y ya no lo dejó más, firmando una gesta inolvidable.

*Wiggins y su cabeza, campeones mundiales de crono: probablemente, el mejor día de los mundiales de Ponferrada. Sir Bradley, un hombre que funciona por objetivos, se había marcado una medalla en su última participación arcobalena y no falló. La sorpresa fue que se colgó el oro y derrocó al intratable Tony Martin, tricampeón mundial de la especialidad, que no tuvo más remedio que agachar la cabeza por primera vez desde que es rey sobre la cabra. Una jornada emotiva hasta el último instante.

*La etapa de pavé, el día que Nibali ganó el Tour: apenas presentado el recorrido se supo que este día sería clave en el desarrollo final de la ronda gala, pero lo acontecido esta jornada superó todas las expectativas: Nibali 3° rodando como un clasicómano para sacar una minutada a sus rivales, todos retrasados a excepción de Froome, quién no llegó a pisar el pavé y se retiró antes mermado por las caídas. El Tiburón luego hizo lo que quiso las siguientes dos semanas pero los adoquines fueron, sin dudas, el punto en el que comenzó su gesta.

*Froome y Contador abandonan: Nibali arrasó el Tour y nadie lo discute, pero es innegable que las bajas de Contador y Froome modificaron el desarrollo y por eso sus lamentables accidentes forman parte de los momentos que marcaron la 101° edición. Señalados como los dos máximos favoritos al cajón en París, debieron dejar la competencia abruptamente: Froome en la quinta etapa y Contador en la décima, dando vía libre al de Astana, que nunca encontró oposición seria en el resto de los competidores.

*Andy Schleck, el peor final: no queremos ser injustos y olvidar a todos los grandes que dijeron adiós en 2014, como por ejemplo Jens Voigt o Thour Hushovd y un largo listado que compartimos aquí, pero sin lugar a dudas, el retiro más resonante fue el de Andy Schleck. El luxemburgués lo dejó en la mejor edad, tras haber sido uno de los escaladores más brillantes de la década y el único que puso en entredicho a Contador. La lesiones y una cabeza frágil lo pusieron contra las cuerdas y por eso, su anuncio de despedida quedó como uno de los momentos del año. 

*La estupidez humana no tiene límites: parece increíble pero es real que un espectador que aguardó incontables horas para ver a sus ídolos de cerca se dé vuelta al paso del líder y no conforme con dejarlo ir, casi lo tire al suelo. Es que ese fue el lamentable caso que se vivió en Hautacam cuando una dama (por no llamarla de otro modo) se concentró más en saludar a la cámara con su teléfono en mano, que en disfrutar del privilegio de estar a centímetros del Tiburón; privilegio que pudo ser tragedia si el habilidoso atleta no hubiera conseguido esquivarla. De ese modo, lo que no lograron sus rivales sobre la bici, casi lo consigue ella, a quién seguramente sus allegados le decían lo bien que se veía por televisión.

*Froome se exhibe en Col du Béal: el Dauphiné tuvo otro momento impactante: la etapa 2. Allí, el mejor Chris Froome soltó un concierto de ataques sostenidos y destrozó al pelotón. Sólo Contador aguantó, agarrado de su rueda con lo que tenía, dejando una sensación ambigua de debilidad por un lado, y de esperanza por otro, ya que el keniata a tope no pudo cortarlo. El de Sky ganó la fracción y esa fue la última ocasión en la que pudimos verlo como en 2013.

*Un espectador baja a Bongiorno de la bici: se repite hasta el cansancio pero la situación no cambia: los espectadores empujan a los ciclistas en las etapas de montaña con el convencimiento de estar ayudándolos, pero en el Giro quedó a la vista el error de dicho concepto. Sucedió en el Zoncolan, donde un tiffosi tiró a Bongiorno de la bici en el momento clave, cuando estaba mano a mano con Rogers, a la postre vencedor en la mítica cima. Es difícil saber si el de Bardiani hubiera ganado, pero el de Tinkoff quedó con la gloria servida gracias a la ayuda de un estúpido que hizo caso omiso de las indicaciones.