Momentos que marcaron el Tour de France 2015
Por @pmpalermo
Como ya es habitual en nuestros análisis posteriores a las grandes vueltas, realizamos una selección de momentos que marcaron la carrera, en este caso del Tour, ya sea porque resultaron decisivos o pintorescos y difíciles de olvidar.
*Tormenta y abanicos en Zelande: pocos, por no decir nadie, imaginaron que el Tour de France de 2015 se decidiría en el llano y en otro país, pero así fue, y apenas iniciado el evento. Sucedió en la segunda jornada, camino de Zelande, cuando el clima se les fue encima a los pedalistas, que debieron aguantar ráfagas de viento y lluvia tremendas, de las que sólo unos pocos sacaron rédito. Y entre estos Chris Froome, quien a la postre sería campeón, fundamentalmente, por las rentas obtenidas aquí. El británico demostró que venía más enfocado que nunca y acabó adelante (7°) en un terreno totalmente adverso donde, sin ir más lejos, Quintana naufragó. Pocos momentos más importantes y decisivos que este en la recién finalizada edición, que será recordada por los “4 fantásticos” pero también por lo acontecido en suelo holandés.
*Froome no tiene piedad en la Pierre Saint Martin: Terminada la primera semana, en la que pasó de todo debido a la presencia del pavé, la CRE, los muros o la ya citada fracción de Zelande, llegó la montaña. Fue en los Pirineos, más precisamente en la Pierre Saint Martin, puerto inédito como final de etapa que acogió el cierre del 10° parcial, la toma de contacto con las trepadas. Con el siempre peligroso día de descanso 24 horas antes, los corredores tomaron la salida en una sencilla fracción donde el único escollo era la montaña en cuestión, escenario elegido por el keniata para terminar de sepultar a sus oponentes. Movistar tomó la iniciativa, preparando el lanzamiento de Quintana, pero los hombres de Sky los reemplazaron, dando paso al fulminante arranque de Froome, quien se paró en los pedales y ya no miró atrás, dejando a todos los jefes de filas clavados. El tunjano fue el más destacado de los mortales a sus espaldas, limitando los daños a 1:04, pero la sangría fue notoria y, a la larga, le permitió al líder de Sky administrarse durante las posteriores 11 jornadas.
*MTN hace historia en el Mandela Day: Los africanos fueron novedad desde que se conoció su invitación, concretando la primera participación de un conjunto del “continente negro” en la ronda gala. Como si eso no fuera suficiente, los hombres del MTN fueron de lo mejor de la carrera, consiguiendo varios logros a lo largo de la misma, como vestir de lunares a Teklehaimanot o el 5° puesto final en la general por equipos, sin olvidar que Pauwels coqueteó con el top 10 y finalizó 13°. Pero lo más resonante por parte del conjunto sudafricano llegó en la 14° fracción con arribo a Mende, donde Stephen Cummings apareció de la nada y birló la victoria a Pinot y Bardet, sumidos en un duelo personal que los dejó con las manos vacías. El ex BMC se retorció en la empinada ascensión al aeródromo y aplicó sus virtudes como rodador en el llano kilómetro conclusivo, cruzando la meta en vanguardia, justo en el día de homenaje al difunto Nelson Mandela.
*Hooligans en el Tour: lamentablemente, el ciclismo no está exento de violentos y es deber de la prensa denunciarlos antes que fogonear su accionar con artículos sobre dopaje sin fundamentos sólidos. Pues bien, eso fue lo que sucedió, provocando múltiples reacciones adversas hacia los hombres de Sky, hostigados por algunos miembros del público. Así, Porte fue golpeado en las costillas un día, y Froome fue llamado “dopado” recurrentemente. Pero lo peor de todo fue que le arrojaron orina en Mende o lo escupieron en los Alpes, conductas reprobables desde cualquier punto de vista que sólo perjudican al ciclismo, ya bastante mancillado por los problemas del pasado que aún hoy sobrevuelan al renovado pelotón.
*Sagan se exhibe y Froome responde en el descenso rumbo a Gap: cada vez que el Tour llega a Gap se encienden las alarmas, especialmente si se hace desde los Col de la Manse o La Rochette, escenario de incontables caídas donde, por caso, se torció la trayectoria de Joseba Beloki. La técnica bajada de este año tuvo dos grandes focos emotivos, el primero, Peter Sagan buscando la esquiva victoria en fuga (una de tantas) haciendo gala de su habilidad sobre la bici. El eslovaco estuvo cerca de alcanzar a Plaza y arribó 2°, pero eso no opacó su brillante demostración de habilidad y valentía.
Por otra parte, y con las falencias de Froome para estas cuestiones en contexto, se esperaban ataques por parte del resto de favoritos, pero una vez más, el líder de la competencia demostró que no ocupó ese lugar por casualidad, bajando a tumba abierta en los primeros puestos y dejando de lado sus temores. Así como en el pavé, el keniata ratificó una mentalidad arrasadora que le valió la victoria, cimentada en Zelande y la Pierre Saint Martin y consolidada con pequeños detalles como este que redondearon una actuación sin fisuras.
*La cadena de Froome: Lamentablemente para el espectáculo, Quintana se acordó tarde de atacar en serio y no hubo mucho show en los puertos, al menos no hasta la etapa 19. Por ese motivo, un salto de cadena del líder en la Croix de Fer generó algunos minutos de incertidumbre, puesto que el británico puso pie en tierra y luego debió perseguir. En el interín, Nibali lanzó su ofensiva y se marchó rumbo a una notable victoria tras 60 kilómetros en fuga, pero el percance del puntero es digno de mención, ya que dejó a la vista la pobreza de ofensivas de los demás, en una competencia que ya comparamos con una partida de ajedrez por lo estratégico de la misma.
*El emotivo abandono de Van Garderen: Con perfil bajo pese a que avisó lo que vendría durante el Dauphiné, Tejay Van Garderen realizó un Tour excepcional, manteniéndose en el podio durante dos semanas. Pero la sorpresa estalló luego del segundo día de descanso, cuando el capitán de BMC cedió ante los primeros ataques del día, hundiéndose a varios minutos del pelotón. Un parón y la labor de sus gregarios le permitieron conectar, pero minutos más tarde empezaron nuevamente los saltos entre los gallos y el norteamericano no pudo seguir. Aquejado por una infección respiratoria desde la etapa 13°, el talentoso pedalista tocó sus límites y dijo basta con gran pesar, llorando ante los ojos de millones de espectadores. “Estar peleando por el podio en el Tour de Francia y después al siguiente minuto sentado en el coche, fue muy duro”, dijo el estadounidense. “Fue difícil mirar a mis compañeros a los ojos. Fue difícil llamar a mi mujer y explicarle lo que estaba pasando. Fueron muchas emociones”, resumió.
*Francia mantiene la hegemonía en Alpe d´Huez: El evento se decidió en las 21 curvas del mítico puerto alpino. Allí, hubo dos historias, una por la etapa y otra por la general, ambas con protagonistas notables que dejaron la piel sobre el asfalto y se brindaron 100% al público.
Empecemos por el parcial, que tuvo a Geniez como cabeza de carrera durante largo rato, hasta que explotó en las duras rampas de la trepada, dando paso a Hesjedal y Pinot, éste último 3° hace un año en París y relegado desde el inicio en 2015 por caídas y mala forma. Sin embargo, lo que no se puede reclamar al pupilo de Madiot son ganas, porque lo intentó una y otra vez hasta que dio en el blanco, justamente aquí. El virtuoso escalador reventó a Hesjedal y se fue sin compañía hacia la cima, mientras que a sus espaldas y en medio de un mar de gente, se acercaba el explosivo Quintana, quien trataba de voltear el Tour. Finalmente, Pinot aguantó con lo justo y cruzó la línea en primer lugar, relevando a sus compatriotas Riblon y Rolland, anteriores ganadores en Alpe d´Huez.
*Colombia acapara las miradas en la montaña mágica: Por otra parte, en la misma subida, Quintana tenía la dura tarea de desplazar a Froome y para ello lanzó una serie de ataques en el puerto hasta que pudo despegarse. El desatado tunjano voló cuesta arriba, siendo lanzado por Valverde primero y Serpa después. Sí, el veterano “León de Sucre”, miembro del Lampre, se calzó la tricolor por un rato y trabajó lo que pudo por su compatriota en Alpe d´Huez, maniobra que no pasó inadvertida a nadie y puso a Colombia en boca del mundo.
Pero aún quedaba un cafetero para auxiliar a Nairo, porque Anacona justificó su fichaje por el Movistar aquí, descolgándose de la escapada para trabajar en beneficio de su paisano. Winner voló en las duras rampas de la montaña francesa, dando un tremendo impulso a las opciones de Quintana, que luego se quedó corto. El Alpe d´Huez siempre queda en la memoria, y el paso de la edición 2015 se recordará con acento colombiano.
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Pablo Martín Palermo
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