Organizadores vs. ciclistas: ¿quién tiene la razón?

Por @pmpalermo

Nacer Bouhanni ganó la cuarta etapa del Giro de Italia 2014, tramo que lamentablemente para él, será recordado por el bochorno protagonizado entre organizadores y corredores debido a la decisión de éstos últimos de no disputar a tope ante el peligro del trazado y el clima adverso.

Lo peor fue que hubo diferencias notorias en el propio seno del pelotón y que por lo bajo se escucharon diversas teorías sobre una posible venganza de parte de los ciclistas tras el paso por Irlanda, el traslado y otras cuestiones que no vienen al caso pero que opacaron la fiesta en el 105º aniversario de la carrera.

Es que pese a las conjeturas que se tejieron, la realidad dejó bien claro que los atletas tenían la razón por no querer acelerar en el peligroso camino a Bari y mucho menos en el circuito callejero dispuesto, un atentado contra la salud de los protagonistas, aún con buen clima, debido a la presencia de varias curvas cerradas que finalmente se cobraron sus víctimas.

Neutralizados los tiempos en el ingreso a la última vuelta, restaba definir el vencedor de la jornada y ni bien aumentaron el ritmo se sucedieron los viajes al suelo, a punto tal que la volata se disputó entre 10 unidades, la mitad el tren del Giant (que se salvó de la montonera producida a poco más de 1000 metros de meta) y unos pocos más.

No es la primera vez que el grupo se revela, todavía están frescas las imágenes del Giro 2009 cuando Armstrong y compañía boicotearon un riesgoso parcial (casualmente un circuito en Milán donde venció Cavendish) secundado por los demás referentes o en 2011, cuando sin llegar a tanto, los pedalistas presionaron para que no se pasara el  Monte Crostis debido a su peligroso descenso.

Que le pregunten a Horrillo qué piensa tras caer 80 metros por un barranco o a la familia de Weylandt, a quién el mundo del ciclismo todavía llora tras perder la vida en una bajada que no era tan técnica y en la que igualmente dejó todas sus ilusiones y una hermosa familia atrás.

Los casos abundan y los traemos a colación para destacar la importancia de la opinión de los que se juegan el cuello sobre la bicicleta, que es la que debiera primar sobre cualquier interés económico o la pasión de los espectadores.

Muchos dirán que son riesgos implícitos en este deporte y es cierto, pero si se puede evitar, ¿para qué forzar situaciones?; hoy mismo se vio que ante el primer acelerón serio medio pelotón se fue al suelo.

Mala suerte para los aficionados que vivieron un espectáculo pobre o para las autoridades de Bari que pusieron mucho dinero para recibir el paso de la Corsa Rosa y finalmente vivieron un papelón, pero para ellos también corren las “reglas del juego”.

Desde Ciclismo Internacional no nos ponemos en abogados del pelotón, pero a la larga, todo el show se monta en torno a ellos y su palabra debe ser respetada, ya que no van a inventar excusas sin motivos verdaderos.

Es más, aún con un sol radiante y asfalto seco, el circuito de Bari era una trampa sumamente peligrosa, como las que habitualmente prepara el Giro durante su primera semana, y eso es lo que debiera cuestionarse en primer término.

Ben Swift resumió la jornada apenas llegó a meta, cuando criticó en las redes sociales la decisión de resguardar a los hombres de la general pero no a los sprinters acompañando su queja con algún insulto y una foto de su maltrecha bicicleta.

En definitiva, todo fue un despropósito en el que nadie tuvo lo que quería y que debiera servir de lección definitiva para el futuro, cuando ante una situación similar, la salud de los corredores sea tenida en cuenta y además, para que la organización no diseñe recorridos de este estilo que sólo alimentan el morbo.