Otro corredor confiesa que sufrió anorexia: “no podía escapar”
Tratnik admitió trastornos que casi lo dejaron fuera del deporte. Otro corredor confiesa que sufrió anorexia: “no podía escapar”
Otro corredor confiesa que sufrió anorexia: “no podía escapar”
Tratnik admitió trastornos que casi lo dejaron fuera del deporte. Otro corredor confiesa que sufrió anorexia: “no podía escapar”
En una era de ganancias marginales, los trastornos alimenticios son un problema frecuente, aunque pocas veces hablados públicamente en el pelotón de primer nivel. Sin ir más lejos, vemos como los ciclistas top tienen que fijarse detenidamente en el peso y llegar, en ocasiones, de forma raquítica a la previa de cada gran vuelta. 1 o 2 kilos hacen la gran diferencia: Remco Evenepoel, por ejemplo, habló sobre como tuvo que perder un kilo y medio en las dos semanas previas al último Tour de France. Corredor cuyo peso fue recurrentemente mencionado por su ex jefe, Patrick Lefevere.
Un problema reiterado: los casos de Cattaneo y Hayer
Otro ejemplo reciente fue la confesión de Mattia Cattaneo, corredor también del Soudal-Quick-Step. El italiano, uno de los mejores gregarios de Mikel Landa en la última Vuelta de España y bronce en el campeonato europeo de crono, mencionó que durante toda la primera parte de su carrera en Lampre (actual UAE) “comía mal porque quería estar lo más delgado posible”. “Yo veía a los profesionales de 30 años, les admiraba por estar delgados y estaba convencido de que debía estar ‘chupado’ para andar como ellos”, señaló el año pasado a Relevo.
Un caso que resonó fue el de Leo Hayter, hermano de Ethan, quién decidió colgar las bicicletas por una depresión que lo llevó a problemas alimenticios “Cuando estoy en estados de alta ansiedad, el método de afrontamiento al que siempre he recurrido es la comida. Obviamente, como atleta profesional esto no es lo ideal, pero para mí es incontrolable. Me doy atracones de todo lo que tengo frente a mí y, con bastante frecuencia, me enfermo. Luego me siento culpable por el atracón, me muero de hambre, antes de quedarme completamente vacío y luego como un montón de comida nuevamente”, señaló en una carta publicada en su sitio web.
Tratnik y la bulimia que casi lo deja fuera del ciclismo
Hoy llegó el caso de otro ciclista que tuvo estos problemas. Se trata de Jan Tratnik, gregario destacado que tiene buenos resultados en clasícas y que pasó este año del Visma al Red Bull Bora. En una entrevista a CyclingWeekly, Tratnik admitió que en sus primeros años sufrió trastornos alimentarios y estuvo a punto de abandonar el deporte.
El esloveno señaló que entró en un círculo vicioso en la temporada 2011, cuando entró al Quck-Step. Su primera experiencia en el World Tour iba a durar tan solo un año y luego retornaría al equipo continental Radenska. “Hicimos algunas pruebas y cuando vimos mis vatios por kilo, alguien sugirió que si perdía otros dos kilos podría ser muy, muy bueno en las subidas, así que les hice caso”, dijo.
Lo que Tratnik, que entonces tenía 20 años, no sabía era que, con 65 kg, no le sobraban kilos que perder. “La verdad es que no tenía mucha grasa, así que fue muy difícil perder este peso. Así fue como empezó, porque no sabía qué hacer”. Es así como Tratnik, para buscar un mejor rendimiento en las subidas, hizo una búsqueda de pérdida de peso a niveles extremos, algo que era aún más frecuente en el pelotón en aquellos días, tras la era del EPO.
“Me moría de hambre”
“Reduje mi alimentación a casi nada para perder esos dos kilos de más, pero fue realmente difícil porque estaba perdiendo músculo. Tenía hambre todo el tiempo, me moría de hambre. Estaba comiendo tal vez una o dos comidas al día, pero solo pequeñas cantidades”, recordó. La falta de alimentación también le llevó a comer en exceso de vez en cuando y luego a obligarse a vomitar para no engordar. “No soportaba el hambre, así que me desmoronaba y comía demasiado. Tenía miedo de engordar… Era un círculo del que no podía escapar”.
“La vida no era fácil. Todo sucedía muy rápido y yo no tenía ninguna experiencia. Hubo muchos altibajos, que casi acabaron con mi carrera”, dijo Tratnik. En 2014, cuando Amplatz-BMC le ofreció un lugar, recibió un último salvavidas. “No tenía dinero, solo una bicicleta y un equipo. Decidí darle una última oportunidad”, dijo Tratnik. Finalmente, comenzó a sentirse mejor. “No tenía tanta presión, así que gané peso”, dice. “No seguí ningún plan de nutrición; era más o menos comer lo que quisiera y hacer lo que quisiera. Montaba en bicicleta y comía lo que había en mi plato; eso me ayudó mucho”.
Su perseverancia dio sus frutos y a fines de 2014 se había recuperado por completo. En 2019 regresó al WorldTour con Bahrain-Merida, después de una ausencia de siete años. En 2023 se uniría al Visa y ahora llegó al Red Bull ¿Cómo recuerda ese tiempo perdido? “Fue duro”, admitió, “pero lo he superado mentalmente mucho más fuerte”.
Los trastornos en el ciclismo
Los estudios han demostrado de forma sistemática que los ciclistas y otros deportistas de resistencia tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar un trastorno alimentario en comparación con la población general, pero el tema es tan delicado que pocos hablan de él.
“En los deportes sensibles al peso, donde el peso corporal es importante para el rendimiento, parece haber una alta prevalencia de trastornos alimentarios y desórdenes alimentarios”, afirmó Jack Hardwicke, profesor titular de sociología del deporte en la Universidad de Nottingham Trent. “Muchos ciclistas se preocupan por lo que comen y cuánto comen, y eso suele ser a expensas de una relación saludable con su cuerpo”, afirma Hardwicke, y añade que “los comportamientos que vemos en los profesionales se reflejan y se reflejan entre los aficionados”.
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