Pese a que se anunció la incorporación de 450 policías, 300 de ellos encubiertos, para interveniren caso de que los manifestantes se metieran en competencia, todo indica que eso no fue suficiente. Con fuertes amenazas de los manifestantes y diferentes llamados a cruzarse en el camino de los pedalistas en la etapa 18, la organización no tuvo más remedio que achicar el recorrido para poder cubrirlo de un modo más efectivo.
“Con el objetivo de dotar de una mayor protección a desarrollo de la etapa, la organización de la Vuelta, en coordinación con el Ayuntamiento de Valladolid y tras consultarlo con el Colegio de Comisarios, ha decidido que la etapa contrarreloj de mañana se dispute sobre un recorrido de 12.2 kilómetros, manteniendo la salida y la meta inicialmente previstas”, explicaron desde la competencia.
Una crono (ya no) decisiva
Vale la pena recordar que la etapa original era prácticamente un calco a la de la edición 2023. En esa ocasión se marcaron algunas diferencias interesantes, especialmente con Almeida metiendo tiempo a Vingegaard. Ahora, con el nuevo recorrido, eso se antoja prácticamente imposible, por lo que los manifestantes -aún si la jornada se completa- volvieron a ganar. La Vuelta queda completamente desdibujada y todavía está el riesgo latente de cara a las etapas madrileñas, donde habrá un refuerzo de 1500 efectivos de las fuerzas de seguridad.
Con la general prácticamente cerrada entre Vingegaard y Almeida, la crono se esperaba como un día clave. El danés aventaja a su rival en 50 segundos y es bueno mencionar que el portugués tiene superioridad (4 a 3) en el historial mano a mano en la especialidad. Con esta decisión se le quita al luso una de las pocas oportunidades de achicar la brecha, más aún con el líder del evento algo débil, como se vio hoy en el Morredero.