Rogers, una estrella caída en desgracia
Por @pmpalermo
Es indudable que la trayectoria de Michael Rogers ha sido sumamente destacada ya que llegó a ser toda una estrella dentro del firmamento ciclista, sobre todo gracias a sus tres títulos mundiales contra reloj hace una década y a su potencial como vueltómano.
Producto del Instituto Australiano de Deportes, dio el gran salto al mismo tiempo que Fabián Cancellara en el mítico Mapei del año 2000 al ingresar como stagiaire proveniente de la pista y con diversos lauros en categoría junior y sub 23.
Poco a poco se labró un nombre y comenzó a adornar su palmarés con carreras de una semana como el Tour Down Under, Tour de Bélgica o Tour de Alemania, pero fueron sus preseas mundialistas contra cronómetro las que lo hicieron subir de nivel e incluso ganarse un fichaje por el poderoso T-Mobile.
Allí, pese al desconcierto generalizado por los coletazos de la Operación Puerto, el de Nueva Gales del Sur se las ingenió para terminar en el top ten en el Tour de Francia, generando grandes expectativas a futuro.
Pero desde entonces comenzó la debacle de nuestro protagonista, ya que en la Grande Bouclé de 2007 se vio forzado a retirarse en la primera semana tras sufrir una fractura de clavícula en el descenso del Cormet de Roselend y desapareció un largo tiempo puesto que luego contrajo mononucleosis.
En 2009 volvió por sus fueros, se coronó campeón nacional sobre la cabra, concluyó en el podio del Tour de California y entre los diez mejores en el Giro de Italia y se encaminó con la moral alta hacia el Tour, pero una vez más, falló.
La temporada siguiente mantuvo la misma tónica: un gran inicio en el que se impuso en California y Andalucía, rozó el triunfo en Strade Bianche, Criterium Internacional, Tirreno Adriático y Romandía para nuevamente fracasar en Francia, hecho que motivó su renuncia a seguir buscando resultados en pruebas de tres semanas.
Ya en SKY y centrado en competencias más cortas, se reencontró a sí mismo en 2012, curso en el que ayudó a Wiggins a obtener su victoria en la gran ronda gala y además levantó los brazos en Bayern Rundfarht y brilló en objetivos como Dauphiné, Critérium Internacional, Down Under o Romandía.
Pero una mejor oferta de parte de Saxo y un mal clima en torno a su reconocida vinculación con Michele Ferrari derivaron en la salida del conjunto británico para convertirse en gregario de lujo de Contador, al que ayudó a batallar contra Froome y compañía hace tan sólo unos meses.
Está claro que el palmarés de Rogers es brillante y al alcance de pocos, y que su adaptabilidad es genial ya que tras ser un rodador extraordinario en los albores de su trayectoria, se convirtió con el tiempo en un firme candidato en vueltas de una semana y en una pieza valiosa para sus líderes.
Pero el talentoso australiano recibió un duro golpe del que tal vez no pueda reponerse a sus casi 34 años, ya que inocente o no, el caso Contador sentó un precedente en torno a resultados anómalos con clembuterol, por lo que podría ser suspendido, algo que a su edad sería letal.
Hace tiempo que el nacido en Barham dejó de ser el mejor contra relojista o un candidato en las grandes, pero su ilustre recorrido, sus prestaciones en las pruebas más prestigiosas y su valor para los jefes de fila hacen de él una pieza fundamental que, pendiente de una resolución a su situación, podría encontrar un agrio final a su destacada trayectoria convirtiéndose así, en la última gran estrella caída en desgracia.
Pablo Martín Palermo
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