Tras los pasos de Hushovd

Por @pmpalermo

Está claro que Thor Hushovd es el mejor ciclista nórdico de la historia gracias a un inigualable talento para vencer en sprints y clásicas que lo llevó a acumular una decena de triunfos en el Tour de Francia, el campeonato del mundo, Gante Wevelgem y Omloop Het Nieuwsblad, el título nacional en línea y contra reloj o parciales en Giro y Vuelta.

Hecha la aclaración y salvando las distancias, ya sea por compartir nacionalidad, características físicas o modo de correr, Alexander Kristoff parece señalado para ser el sucesor del ya mítico Hushovd, puesto que finalmente dio un paso adelante en 2013 y se hizo cargo de lo que hace tiempo se esperaba de él.

Es obvio que al talentoso atleta de Katusha le falta muchísimo para acercarse al palmarés de su referente y que incluso podría no lograrlo jamás, pero su escuadra confía y por ello, en una clara muestra de apoyo, será la punta de lanza en la próxima Grande Bouclé.

Curiosamente nuestros dos protagonistas entre cruzaron sus caminos hace tiempo, en 2007 y casi como en un anticipo del relevo que vendría, el novato de 19 años se impuso en la carrera nacional por delante del gran Thor repitiendo el guión en 2011, aunque el incombustible veterano logró tomarse revancha esta temporada.

Kristoff tiene 26 años, llegó hace tres a la máxima categoría cuando fichó por BMC y, comparaciones al margen, ya empezó a escribir su propia historia con una medalla olímpica, galardón que le fue esquivo a Hushovd.

En 2013 se vieron las caras en Omloop Het Nieuwsblad,  Milán San Remo, Dwars Door Vlaanderen, París Roubaix, campeonato noruego, Tour des Fjords y Vattenfall Cyclassics, con amplio dominio del joven ya que el de BMC sólo terminó mejor clasificado en la carrera nacional y en la clásica organizada por el diario belga en la que ganó Paolini.

Por su lado, en lo que fue el mejor año de su acotada trayectoria, el fornido atleta del conjunto ruso finalizó tercero en la mencionada Vattenfall Cyclassics, cuarto en el Tour de Flandes y en la París-Bruselas, quinto en Scheldeprijs, octavo en San Remo y noveno en la Roubaix, fue subcampeón nacional y logró seis victorias: una etapa en La Panne (acabó segundo), tres en el Tour de Noruega y una en el Tour de Suiza, por delante de Sagan, y otra más en el Tour des Fjords.

Como si eso fuera poco, en el Tour de Francia fue segundo en la primera etapa en Bastia y acumuló cinco puestos más entre los diez primeros para culminar quinto en la clasificación por el maillot verde de puntos, una de sus metas para la próxima edición.

Hushovd, en cambio, empezó el curso recuperándose de un virus que lo dejó incapacitado en 2012, pero con su salud de regreso, el correr de los meses dejó en claro que no es el mismo de antes y que si bien levantó los brazos varias veces, fue en competencias de menor valía como Tour de Polonia o Haut Var.

Así las cosas, el proceso de recambio generacional entre las dos moles noruegas parece avanzado y, pese a que nunca puede descartarse al talentoso “Dios del Trueno”, Kristoff sigue creciendo a las órdenes de Ekimov y es de esperar que en el 2014 dé el paso definitivo que le permita ser el nuevo referente del ciclismo nórdico, galardón simbólico que Hushovd cargó sobre sus hombros durante la década pasada y que ahora parece, será para su joven compatriota.

Es difícil conjeturar como será el porvenir de uno y el epílogo del otro, pero lo que es seguro es que el deporte pedal escandinavo  cuenta con un nuevo talento y que quién fuera en otro momento un solitario exponente del mismo, ya puede marcharse en paz.

Pablo Martín Palermo