Un salto de calidad para el ciclismo ecuatoriano
Por @jmhers
Cuando Richard Carapaz cruzó la línea de meta en el Parque Ayora de Tulcán por delante de Jefferson Cepeda, no solo consiguió su primer título nacional de ruta sino que cerró un evento que podríamos calificar como idílico en los anales del ciclismo ecuatoriano.
La importancia que ha tomado desde el año anterior el Campeonato Nacional de ruta es sin parangón en la historia del ciclismo. Ni la Vuelta al Ecuador, que tuvo sus orígenes en los años sesenta, en su época de oro a finales de los 80 y la década de los 90 podría rivalizar en trascendencia con lo que se está generando con los Nacionales y que se reflejó en Tulcán.
Frente a varios miles de personas, el desenlace de las dos categorías élite fue emocionante y lleno de suspenso. En la categoría femenina nadie habría podido apostar por el momento de debilidad de Miryam Núñez, cargada con la responsabilidad de llevar al pequeño pelotón durante toda la carrera, momento que terminó encumbrando a la estrella en ascenso que es Ana Gabriela Vivar, la más inteligente y la de piernas más fuertes de la jornada. Mientras tanto en la categoría masculina el previsible resultado del título de Richard Carapaz se puso por unos breves pero intensos momentos en duda ante la soberbia actuación de Jefferson Cepeda quien, incombustible, logró alcanzar al hombre del EF en el último repecho final y forzar la definición al sprint.
Esta calidad de participantes y la calidad de la carrera que se vivió son lo que coloca a este Campeonato Nacional en un pedestal especial, un pedestal que en cierto grado comparte con la edición del año anterior. La participación de 3 corredores de escuadras WordlTeam, acostumbrados a correr codo a codo con los equipos ciclistas más fuertes del planeta, se vio reflejado en la carretera: en lo rápido que se rodó y en lo exigente que fue para los equipos locales.
El recorrido trazado en la ciudad de Tulcán fue otro gran acierto. Intercalado con varios muros, cortos pero sumamente explosivos incluyendo varias rampas de doble dígito, prácticamente sin un metro llano ya que en todo momento la carretera picaba para arriba o para abajo, este perfil minó las piernas de muchos de los participantes más de lo que un puerto de varios kilómetros de longitud pudo haber hecho, y condicionó la carrera para varios de los favoritos del circuito local.
La afición de la ciudad de Tulcán, ciudad oficialmente declarada la Capital del Ciclismo Ecuatoriano, también estuvo a la altura en asistencia y en poner el color junto a la carretera. En la Panamá, el muro final con rampas al 20% que daba paso al último km, el ambiente no pedía favor alguno a las carreteras de Colombia o de Europa, con el rugido estrepitoso que surgía al paso de los corredores de cualquier categoría que negociaban ese repecho.
Es por todos estos elementos que estos Campeonatos Nacionales pueden considerarse un gran éxito, y en la evolución que vive el ciclismo ecuatoriano dicho éxito es aún más significativo que solamente el haber vivido una bonita carrera bien organizada. El hecho de haber dado continuidad al éxito de los Nacionales 2022 realizados en Quito fue un primer triunfo, el haber demostrado que lo del año anterior no fue una excepción sino que este es el segundo eslabón en la cadena que ojalá termine posicionando esta competencia (que hasta hace poco no se realizaba) como uno de los eventos masivos del ciclismo ecuatoriano.
Hay que reconocer que, por el momento, la popularidad del campeonato nacional depende mucho de la figura de Richard Carapaz. Sin la presencia del campeón olímpico el interés fuera de Tulcán por esta cita hubiese sido muy limitado y lo más probable es que el nivel de espectadores hubiera sido menor y que no hubiese habido la transmisión por TV. Pero lo atractiva que resultó la jornada ayuda mucho a posicionar poco a poco el espectáculo ciclista por encima del nombre de Carapaz, para que cuando él ya no esté sobre la bicicleta profesionalmente sigamos teniendo expectativa y auspicio para el Campeonato Nacional y otras competencias.
Que valioso será que la inspiración en la figura y los logros de Carapaz, a nivel de ciclistas y de aficionados, vaya manifestándose en mayores auspicios e impulsos a la organización de carreras de este nivel. Esta vez son los campeonatos nacionales, con participación de los corredores de equipos europeos, mañana ojalá que sea la Vuelta al Ecuador y nuevas y mejores pruebas por etapas o de un día.
Y para los corredores de equipos nacionales qué mejor forma hay de medir su estado de forma y de ir monitoreando su progreso que el medirse (así sea una vez al año por ahora) con corredores World Team. Para ejemplo vimos a dos muy aguerridos Stalin Puentestar y David Villarreal, del equipo amateur CyS Technology, que superaron a los corredores de los dos equipos profesionales nacionales en un más que auspicioso inicio de temporada para ellos.
El título de Campeón Nacional lo ganó Richard Carapaz, pero con él ganó todo el ciclismo ecuatoriano.
Marcelo Hernández¿Te gusta lo que hacemos? Puedes seguirnos en Instagram y TwitterSúmate en Facebook: Ciclismo Internacional
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Pero no se ve futuro para el ciclismo ecuatoriano, solo destacaron los que corren en Europa no se ve relevo para los Carapaz y Caicedo que ya van para 30 años y en pocos años ya no estarán en las rutas del mundo