Valverde gregario y un premio a la grandeza

Por @pmpalermo

Mucho se habló siempre sobre Alejandro Valverde, un ciclista que no es reconocido en su justa medida y sólo pasará al Olimpo de los más grandes del deporte español una vez que se retire y no haya quién tome el relevo.

Criticado permanentemente por sus compatriotas, acusado de utilizar tácticas incorrectas en competencia o hasta de ser poco ofensivo, no podemos dejar de marcar que se trata en realidad de un talento único capaz de vencer de febrero a octubre y en todo tipo de pruebas y terrenos.

Pero ahora, con 34 años de edad y sin nada que demostrar, añadió un nuevo apartado a su curículum, el de gregario de lujo y buen compañero, algo que debieran reconocer aquellos que dudaban de su fidelidad para el equipo o hacia el propio Nairo Quintana.

El de las Lumbreras regaló hoy una demostración de fuerza y generosidad que, afortunadamente, tuvo una recompensa impensada con un triunfo de etapa que no debía ser para él, que está en la ronda de su patria como el factor clave que inclinará la balanza en favor de su escuadra.

Es que el murciano se colocó de cara al viento para su jefe de filas y llevó a todos los favoritos con el gancho bajo la pera hasta que a 700 metros de meta se animó Purito Rodríguez; fue entonces que Froome respondió y su aceleración cortó a Quintana, provocando la reacción de Valverde que los dejó tirados a su antojo.

Así fue como levantó los brazos, obtuvo su 8 diana individual en la Vuelta y es nuevo puntero de la misma, cita que ya atesora en su palmarés y en la que nunca antes tomó la salida como segunda espada, rol que ni a propósito lo deja pasar inadvertido.

Valverde no ganará la Vuelta, no está aquí para eso y la trepada de hoy tampoco debe ser tomada del todo en serio ya que casi fue un muro más que un puerto y sabido es que Quintana, Froome o Contador se desenvuelven mejor en otros ámbitos, pero su actuación ha sido toda una declaración de principios y un mensaje involuntario para esos que se empecinan en no reconocer sus virtudes.

Seguramente Quintana se destapará más adelante y todavía es el máximo favorito, pero no hay que dejar de lado que a su inmenso talento sobre la bici le sumará el apoyo del mejor “gregario” de toda la carrera, el generoso Alejandro Valverde que en la Zubia manipuló el grupo a sus anchas y reveló una nueva faceta que enaltece todavía más su ya ilustre trayectoria.

Pablo Martín Palermo