Llegó la montaña a la Vuelta y Vingegaard cedió la camiseta roja de líder, algo que hizo con gusto según contó a TV2. “Creo que está bien”, comenzó, evaluando su actuación en la etapa 6. “Fue algo difícil meterle tiempo a los rivales hoy. Lo intenté y claro que perdimos la roja, pero no estábamos corriendo para defenderla así que estuvo bien para nosotros”, continuó el jefe de filas de Visma Lease a Bike, ahora 5to en la general con poca diferencia sobre sus principales amenazas.
“Hoy fue un buen día porque UAE tenía dos líderes y ahora uno de ellos perdió 12 minutos, algo muy bueno para nosotros”, remarcó, contradiciendo al propio Juan Ayuso, quien, tras su crisis, negó haber acudido con galones y hasta cargó contra la prensa por generar expectativas. La cuestión es que el polémico español llegó a 11:51 de Jay Vine, el ganador de la jornada, y quedó a 10:13 en la tabla principal.
“Mi forma crecerá durante la Vuelta”
“Me sentí bien sobre la bicicleta y tanto el equipo como yo tenemos confianza en que mi forma crecerá durante la Vuelta”, avisó Jonas, reconocido como el segundo mejor vueltómano del mundo, sólo por detrás de Tadej Pogacar. Sus dichos no son palabras al viento, es una realidad que se trata de un fondista top y que al no haber preparado específicamente la ronda española, aprovechando la base del Tour, lo normal sería que vaya a más de aquí en adelante.
Por lo pronto, aprovechará que cedió la roja para esquivar protocolos propios de un líder en grandes vueltas, algo que se conoce como el enemigo silencioso y que representa un drenaje constante de energías que, en tres semanas, acaban transformándose en horas de descanso perdidas respecto de sus rivales directos. Por eso querían entregar el liderato y dejaron que la fuga hiciera camino sin perseguirla. Además, Jonas dejó claro que así lo harían y que su único reparo era no darle el maillot distintivo a un hombre de la general. Ahora el puntero es Torstein Traeen, aunque hasta él mismo espera que el danés le arrebate la prenda más temprano que tarde.