Si los días previos había quedado una sensación de victoria moral para Jonas Vingegaard, hoy fue todo lo contrario. No sólo en eso, sino sobre el asfalto, donde Tadej Pogacar le metió 43 segundos al danés entre la ventaja real y las bonificaciones.
Aún así, el líder de Visma Lease a Bike insiste en que su adversario sólo sigue sacándole ventaja en terrenos que no son en subida pura. “Él tiene un ataque muy fuerte”, tiró. “Lo hice muy bien, asi que no estoy tan decepcionado, pero sí es una pena haber cedido otros 40 segundos”, añadió.
“Los últimos tres kilómetros tenían un tramo plano y hasta una bajada, eso lo benefició. Yo recuperé tiempo en los tramos más empinados, mientras que él hizo diferencia en llano y descenso porque tiene más potencia absoluta”, analizó. Esa misma teoría ya había sido expresada por su equipo.
“Mañana se termina en otro tipo de puerto”, avisó, de cara a Plateau de Beille. “Él tiene un gran equipo, pero yo también y siempre tuve a alguien conmigo. Por supuesto que extrañamos a Kuss, pero todos lo están haciendo genial”, refirió.
Aún a casi dos minutos del amarillo, Vingegaard todavía cree en sus opciones. “Es posible ganar el Tour. Recuperé tiempo en los tramos empinados, es una gran señal”, cerró.
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