Gilbert avisa: “En 2018 iré por Milán-San Remo y París-Roubaix”

Por @pmpalermo

Sin lugar a dudas, Philippe Gilbert fue una de las luminarias del 2017, o al menos de la temporada de clásicas, donde mostró una cara renovada a pesar de su edad, venciendo un Monumento con un ataque “suicida” de larga distancia.

Gilbert, que cumplió 35 años en julio, avisó lo que vendría con exhibiciones sin premio en Dwars Door Vlaanderen y E3, seguidas por el título en los Tres Días de la Panne, donde no se guardó nada pese a que las estrellas suelen levantar el pie allí pensando en De Ronde, donde también celebró.

El primer corredor en más de dos décadas que se impuso en una clásica adoquinada y una de las Ardenas dentro de un mismo curso -logró su cuarta Amstel Gold Race- bajó el nivel de allí en más, en parte afectado por una lesión. Pero lo realizado le valió para recuperar su estatus entre los clasicómanos top y, como tal, es una de las ruedas a seguir el año entrante.

“La primavera es mi parte favorita de la temporada, así que no hace falta ser un genio para saber que me enfocaré en pruebas de un día otra vez”, explicó. “Todos saben que sueño con ganar Milán-San Remo y París-Roubaix, para completar mi palmarés con esos Monumentos”, agregó el experimentado atleta.

“Son mis objetivos para 2018 y me mantienen motivado, pero claro está, no serán las únicas carreras en las que estaré competitivo durante las clásicas”, siguió “Phil”, quien renovó con Quick-Step Floors hasta 2019.

“He tenido éxito en las clásicas a lo largo de los años, y si gano otra antes de retirarme, seré feliz. Si no, lo tomaré como es. Aún si no gano todos los Monumentos, sabré que hice mi mejor esfuerzo, para poder retirarme sin arrepentimientos”, explicó el belga, que ya ostenta en su palmarés dos ediciones de Lombardía, una Lieja y la diana de Flandes 2017.

Vale la pena mencionar que Gilbert estuvo cerca de sumar la San Remo a su currículum, ya que fue dos veces 3° (2008 y 2011). Pero su relación con el “Infierno del Norte” es algo más compleja, ya que por características y calendario, sólo la corrió una vez, en 2007, llegando 52°.

Más rocoso en su veteranía, el ex hombre de BMC apunta a conseguir una de las carreras más prestigiosas del circuito, aunque la misión no será nada sencilla si apunta a explotar su pico de forma en la Classicissima.

En todo caso, Philippe Gilbert ha demostrado una enorme capacidad para reinventarse, no sólo a lo largo de los años, sino en sus cualidades. En el ocaso de su trayectoria deportiva todavía tiene fuelle, y será uno de los grandes animadores de la próxima primavera, fundamentalmente en las citas que él mismo marcó en rojo.

Pablo Martín Palermo

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