Las principales características de los monumentos del ciclismo

Monumento es el nombre que recibe el quinteto de vueltas clásicas de mayor historia y prestigio del calendario del ciclismo internacional. Se celebran en un solo día y son consideradas como las citas más duras de toda la temporada, pues suelen tener un kilometraje muy elevado y presentan un recorrido que hace sacar lo máximo de los corredores. Por todo ello, dan una buena cantidad de puntos a la clasificación de la UCI World Tour y es todo un honor conseguir la victoria.

Estas cinco carreras se han convertido, junto con las tres grandes vueltas, en los eventos del mundo del ciclismo que más pasión desatan entre los espectadores y aficionados. Tal es el impacto mediático que generan que, más allá de la audiencia televisiva, registran un elevado número de pronósticos en las principales casas de apuestas. En los portales especializados, se puede consultar y leer más sobre Codere y sus promociones, así como qué deportes y campeonatos se recogen en su catálogo.

Carreras y características

La Milán-San Remo destaca por sus 300 kilómetros de recorrido, siendo así la más larga de toda la lista. Desde 1907 que sale de la capital de la Lombardía y también es conocida como La Classicissima o La Primavera. Este último apodo proviene, más allá de coincidir en fechas en Europa en el momento de su celebración, porque, como la estación, es impredecible su final. Pese a tener varios ascensos durante el recorrido, es un velocista quien suele ganar.

Sin salir de Italia, ni siquiera de la región, cabe remarcar el Giro de Lombardía. Tiene lugar en otoño, de ahí el nombre por el que se conoce: “la clásica de las hojas muertas”, y dispone de aproximadamente 250 kilómetros de recorrido. Se empezó a correr en 1905 y cuenta con un perfil más montañoso que otros monumentos, como los puertos exigentes de la Madonna del Ghisallo, Roncola, Berbenno o Passo della Crocetta.

Bélgica, otro país de gran tradición ciclista, tiene dos monumentos en su haber: uno de ellos es la Lieja-Bastoña-Lieja. Es la decana de este tipo de carreras, pues arrancó en 1894 como la primera carrera profesional con el objetivo de dar a conocer un periódico de la zona. Tiene unos 260 kilómetros y parte de su trazado recorre las Ardenas, una región con diferentes desniveles y puertos de primera categoría. Desde 2017 presenta su versión femenina.

Otra de las vueltas clásicas que ha apostado por la igualdad, desde 2004, es el Tour de Flandes, la más joven de las cinco al nacer en 1913. También con aproximadamente 250 kilómetros, su atractivo está en las fuertes subidas de corto recorrido y mucha pendiente. Además, algunas de ellas se dan encima de adoquines, lo que hace aumentar al máximo la emoción. Destaca, a su vez, por ser la que más veces ha cambiado de recorrido, ciudad de llegada y de salida.

Y cerramos con el monumento más famoso de todos: la París-Roubaix. Es el único de nacionalidad francesa y sus apodos son “el infierno del norte“ o “la clásica de las clásicas”. Su gran interés está puesto en la treintena de sectores con pavés o adoquines, que suman más de 50 de los 260 kilómetros y que complican las cosas a los corredores. A todo esto, se le debe sumar normalmente la lluvia y la vuelta final al velódromo de Roubaix. Nacida en 1896, desde 2021 tiene la modalidad femenina.

¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en @CiclismoInter

Copyright © 2012-2024 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved