Valverde 2014, ¿la versión más ofensiva de su carrera?
Por @pmpalermo
Poco más de dos meses pasaron del debut 2014 de Alejandro Valverde el 5 de febrero en el Dubai Tour y desde entonces el murciano no deja de brillar, pero sobre todo, de atacar allí donde toma la partida, a punto tal que lleva a preguntarnos si estamos frente a la faceta más agresiva de toda su trayectoria.
Pero antes de profundizar en conjeturas mejor repasar los hechos, que marcan que el jefe de filas de Movistar comenzó más Caníbal que nunca cuando, en la misma competencia árabe y en su tercer día de actividad oficial del presente curso, intentó sorprender (con poco suceso) a sus rivales en el tramo de repechos del final con Peter Sagan a rueda.
Días más tarde ganó el prólogo, dos etapas en línea y la general en la Vuelta a Andalucía, aunque su superioridad fue tan grande que no necesitó acometer a sus contrincantes, algo que sí hizo en la Vuelta a Murcia, cuando se marchó en el descenso del Collado Bermejo con Coppel. Allí y pese a que fueron neutralizados más adelante, el pupilo de Unzué se quedó con el evento gracias a otra demostración de fuerza y furia, tras alcanzar y luego rebasar a Machado, quién saltó a 1000 metros de la meta y parecía tener el triunfo en sus manos.
En Strade Bianche acabó 3º y recibió un aluvión de críticas puesto que no ganó pese a tener las mejores piernas, como demostró cuando arremetió en Monte Sante Marie (-50km) rompiendo el pelotón junto a Evans y luego encabezando la cacería tras Sagan y Kwiatkowski.
Al día siguiente nuestro protagonista realizó una exhibición cuando se quedó con la Roma Máxima donde también hizo gala de su agresividad con una brillante acción a 36 kilómetros de meta, manteniendo a raya él solo al pelotón, ya que Pozzovivo a duras penas podía mantenerse a rueda e incluso se descolgó en el embalaje y fue engullido por el grupo.
Su periplo siguió en GP Nobili y como no podía ser de otro modo, dejó la tranquilidad del paquete en un tramo plano a 50 kilómetros de meta, para ser atrapado a 8000 metros del arribo y aunque no levantó los brazos, la prueba quedó marcada por su presencia más que por la del vencedor, Ponzi.
El estreno sobre el pavé fue la siguiente parada y no pasó desapercibido en Dwars door Vlaanderen, competencia en la que se mostró a rueda de Boonen en el Taaienberg y encabezando las acciones en el Eikemberg pero sobre todo, colaborando activamente con el experimentado Devolder en la infructuosa cacería de quién se llevaría la gloria, Niki Terpstra
Más acá en el tiempo, el GP Miguel Indurain también fue testigo del hambre del Bala, que se impuso tras seleccionar el pelotón en el Alto de Eraul, marchándose luego en solitario a falta de 13 kilómetros e incluso aumentando su ventaja en el descenso, presentándose en la Basílica de Puy con más de un minuto de margen.
Las últimas muestras que alimentan nuestra teoría llegaron en la Vuelta al País Vasco, evento en el que Valverde rompió el grupo en la subida final de la primera jornada y sólo el imbatible Contador de esta temporada pudo con él. El día posterior atacó en la zona de repechos cercana a la conclusión aún sabiendo que era imposible descolgar al pelotón allí y su única falla llegó en la etapa reina, donde justamente, no atacó al puntero.
Horas más tarde, en el quinto parcial, sí tensó en la ascensión, se fue con Contador y Poels y aunque fue neutralizado embaló y concluyó 2º.
Lejos de querer aburrir a nadie, el extenso pero necesario repaso ayuda a entender mejor por qué afirmamos que 2014 nos regala la faceta más insaciable del de Las Lumbreras, quién tal vez sintió tocado su orgullo tras las feroces críticas recibidas en las postrimerías de 2013, año en el que brilló sobremanera pero no levantó los brazos tras las tempranas y habituales dianas en Andalucía, redondeando pese a ello, un curso histórico con puestos de honor en todas las grandes competencias donde se lo esperaba.
También es cierto que sus siete triunfos de la presente campaña no fueron en el World Tour y será interesante ver si mantiene la línea que llamó nuestra atención en las Ardenas, pero en tiempos en los que se ve a muchos grandes nombres consultar el potenciómetro hasta en el avituallamiento, los ataques lejanos del capitán de Movistar son un soplo de aire fresco que se agradecen.
Poco tiene que demostrar con casi 34 años el español, al que tal vez sólo puede criticársele su historial con el Tour, pero lo concreto es que los fanáticos disfrutan en 2014 de la versión más voraz de Valverde, que gane o no y sin importar la categoría del evento, salta con furia cada vez que encuentra la ocasión y se exhibe con actuaciones más propias del ciclismo de antaño.
Pablo Martín Palermo¿Te gusta lo que hacemos?seguínos en
Sumate en facebook https://www.facebook.com/CiclismoInternacionalLatinoamerica?fref=ts …