Cinco motivos para creer en Horner

Por @pmpalermo

Terminó la segunda semana de la Vuelta a España, la prueba entra en su etapa de definición y el cansancio comienza a dejar huella en los protagonistas, tal como se vio en el Formigal cuando Nibali perdió terreno con respecto a sus principales oponentes.

Y entre éstos destaca, ya sea por su extravagante biografía o por sus prestaciones en la presente edición de la carrera, Chris Horner, segundo en la general a tan sólo 28″ del italiano de Astaná.

Pocos creían seriamente en las opciones del veterano corredor de RadioShack, justamente porque se antojaba imposible que cercano a cumplir 42 años pudiera hacer frente a un Nibali en la cima de su trayectoria en la temporada en que arrasó el Giro de Italia con un dominio memorable.

Y es que  la emotiva historia de Horner parecía encontrar sus límites en la juventud , el palmarés y el gran equipo formado alrededor del Tiburón del Estrecho. Pero tras lo visto ayer, es claro que el norteamericano va en serio y con permiso del resto de favoritos, a continuación expondremos los cinco motivos que ayudan a creer en las opciones del calvo ciclista, quién por cierto, no sabe donde correrá en 2014.

Frescura: es evidente en cada trepada, cuando quedan mano a mano, que el de RadioShack está en su pico de forma y goza de una frescura notoria y obligada, ya que pasó cinco meses en el dique seco y sólo compitió en Utah antes de la Vuelta; todo lo contrario que el líder, que empezó muy temprano la temporada en San Luis, ganó el Giro y ya acumula 79 días de competición en las piernas, 48 más que su “enemigo”.

Hambre de gloria: quién piense que Nibali no tiene ansias de triunfo no conoce al transalpino, pero lo concreto es que tras hacerse con un objetivo como la Corsa Rosa no corre con la misma rabia de un Horner que asemeja más a un depredador ávido de sangre que a un atleta, puesto que viene de estar lesionado y se encuentra con la oportunidad de su vida, ganar una ronda de tres semanas, algo que su contrincante, con la cabeza en el próximo Tour, ya consiguió.

Recorrido: el trazado juega a favor de Horner, quien gusta de subidas empinadas donde puede marcar diferencias claras. La crono quedó atrás y con ella posiblemente el día malo de nuestro calvo héroe, quien comprobó que el de Astaná es humano y no dudará en atacarlo en los imposibles desniveles venideros.

Equipo: en este apartado parece tener ventaja la formación kazaja, pero no se notó a la hora de definir en la alta montaña o de seleccionar el grupo, trabajo este último que Robert Kiserlovski realizó a las mil maravillas y casi sin ayuda. Con el rojo sobre su hombros, los dirigidos por Martinelli seguirán llevando el peso de la carrera, un punto más a favor del resto, que puede reservar energías.

Antecedentes: aquí es cuando las especulaciones alcanzan su punto álgido puesto que si la comparación se hace en torno al palmarés de cada uno, Nibali prima claramente con dos grandes en el bolsillo contra ninguna del yankee, quién por otra parte no tiene nada que perder.

Pero quizás sea interesante recordar las ediciones de 2010 y 2011 de la gran ronda ibérica, ya que en la primera el nacido en Messina logró imponerse tras sus excelentes prestaciones en el Giro en favor de Iván Basso, incluso logrando el podio.

En esa ocasión el italiano manejó el desarrollo a su antojo para flaquear en las jornadas finales, sobre todo en la Bola del Mundo, donde pudo limitar los daños para vestirse agónicamente de rojo.

Pero en la temporada siguiente, tras ser segundo en la carrera de su país, se desinfló en el tramo decisivo, justamente en el Anglirú, una de las cimas que quedan en el menú de la carrera en curso. Un dato no menor si se tiene en consideración la similitud de calendarios que realizó ese año y el presente.

Por su parte, fresco, feliz y motivado, el escolta de la competencia dice sentirse como un juvenil, toda una declaración de principios que deja en evidencia la realidad de cada uno, ya que en contraste, Nibali aseveró estar cansado del pesado maillot de líder y las obligaciones que eso acarrea.

Si bien son sólo conjeturas que pueden quedar desterradas apenas los pedalistas afronten el primer puerto, no es menos cierto que todos los factores influyen en una prueba de esta índole y que la cabeza juega un papel clave, por lo que, con los motivos antes expuestos en perspectiva,  no es descabellado apostar por Horner de cara al triunfo final.

Pablo Martín Palermo