Conclusiones de la Vuelta a España 2014

Por @pmpalermo

*Froome y Contador, en otra liga: no hace falta ser un experto para marcar esto pero hay que hacerles justicia al reconocer que estos dos corredores están un escalón por encima del resto y corren en otra liga en la que podríamos sumar a Nairo Quintana y Vincenzo Nibali. Contador y Froome ocuparon las dos primeras plazas de la Vuelta sin estar en plenitud y luego de llegar con complicaciones a la misma, hecho que no les impidió marcar la diferencia. No en vano era el duelo esperado en el Tour, y así será una vez más en 2015, pero al menos los espectadores lograron presenciar la batalla más esperada en terreno español y los intérpretes no defraudaron.

*Todos temen a Froome: desde su salto al estrellato en la Vuelta a España 2011, el keniata ha ido creciendo a pasos agigantados y el año pasado su dominio fue abrumador en casi todos los terrenos. Tal es la sombra que genera su figura que, aún estando en una disminuida y evidente condición física el resto de los jefes de fila no se animó a eliminarlo cuando tuvo la oportunidad. Así fueron dejando pasar oportunidades en San Miguel de Aralar o Lagos de Covadonga, puertos en los que el de Sky subió a ritmo mirando el SRM, limitó daños y cuando encontró sus piernas pasó al frente aplastando a todos menos al campeón. Tras un 2014 a los tumbos Froome sale reforzado puesto que superó los problemas, volvió al podio de una grande y comprobó el respeto que gente de contrastado nivel le tiene.

*La Vuelta, otra vez la mejor de las grandes: pasó de nuevo y ya es tendencia. Hace varias temporadas que la ronda española es la mejor de las grandes en lo que a espectáculo refiere. A diferencia de Giro y Tour, donde hemos sido testigos de victorias abrumadoras de Wiggins, Nibali o Froome, en España se libran verdaderas batallas y no sólo de gente que va a salvar el año, porque hay que reconcoer que Valverde y Rodríguez acuden por deseo y no decepcionan. La presente edición tuvo un poco de todo y encima con el condimento que le dio el esperado duelo el Tour entre Contador y Froome. De a poco la última grande del año se volvió más interesante y ya no sólo la disputan los aplazado, hecho que da más valor a sus vencedores.

*El Mundial condiciona la carrera, una vez más: lamentablemente esto seguirá pasando por una cuestión de calendario, pero no por ello debemos aceptarlo. La Vuelta a España es una carrera tan importante en si misma que los que allí acuden deben disputarla a tope y no para preparar otra cita. Además, el hecho de que los atletas piensen en la cita por el arco iris condiciona la competencia, y si no qué mejor ejemplo que los sprints o la crono final. Nadie discute el poderío de John Degenkolb pero fue obvio que le quedó vía libre desde el momento que Bouhanni se bajó pensando en Ponferrada. En esa misma línea se puede pensar a la hora de ponderar lo sucedido en la contrarreloj de Santiago, donde Malori difícilmente hubiera batido a Tony Martin y Cancellara, ambos retirados por el mismo motivo.

*¿Hasta cuándo van a criticar a Valverde?: sería interesante conocer el motivo que lleva a los españoles a criticar al ciclista murciano, un talento como hay pocos que, una vez más (y van…) volvió a brillar de febrero a septiembre y se trepó al podio de la gran ronda de su país. De hecho, Valverde ya es uno de los más grande de la Vuelta, donde su palmarés lo respalda: 1º(2009), 2º(2006-2012), 3º (2003-2013-2014), 4º(2004), 5º(2008) y 8 etapas. Llegó cansado tras ser 4° en el Tour y dispuesto a trabajar para Quintana, pero los acontecimientos lo obligaron a tomar los galones y no sólo se hizo cargo sino que plantó batalla frente a dos de los mejores pedalistas del mundo. El de Movistar tiene 34 años y no nos cansamos de afirmar que cuando se retire esos que hoy lo entierran van a llorar recordando sus gestas.

*La Vuelta de los milagros: título casi obvio que resume lo que fue esta Vuelta, en la que los dos primeros llegaron convalecientes y temrinaron por demostrar al mundo por qué son considerados como superdotados. Polémicas al margen (para nosotros no la hay), lo hecho por esta pareja supera los límites y es para aplaudirlos de pie en vez de ponerlos en duda, porque se entregaron al 100% cuando cualquier otro en su posición y ya sin nada por demostrar, se hubiera bajado de la bici hasta 2015. En vez de eso acudieron a la siempre exigente Vuelta y terminaron coronando una gran temporada que reafirma que son dos de los más grandes.

*Menos cuestas y más puertos: eso podría resumir el malestar general respecto al recorrido, que falló (a nuestro entender) en disponer demasiados finales de etapa de los denominados “cuestas de cabra” debido a sus empinadísimas rampas y cortas longitudes que poco margen dejaban. Si la organización hubiera puesto más puertos largos, tendidos y encadenados, quizás hoy estaríamos hablando de otra general pero sin dudas que el aficionado estaría más satisfecho con respecto al espectáculo, que para nosotros se vio acotado por la falta de ataques lejanos que el trazado complicó.

*Los tres amigos, ¿no tan amigos?: fueron marcadas las diferencias y marcajes entre Contador, Valverde y Purito, en una novela que tuvo su último capítulo durante la ascensión a Ancares cuando el murciano le arrancó casi que insultantemente a Rodríguez dejándolo tirado. Pero lejos de querer llenar espacios con notas amarillistas hay que resaltar que aquí cada uno corre para un equipo y no para su selección, por lo que es lógico que defiendan sus intereses. Está claro que a 180 pulsaciones puede haber pica entre ellos y con cualquier otro, pero lo más probable es que no haya disputas reales y esto quede reflejado en el Mundial cuando todos corran en beneficio del más fuerte.

*Aru, una realidad: hace rato que Astana cuida a su joya y finalmente ésta explotó con un magnífico 3° puesto en el Giro de Italia. Con las dudas lógicas de correr dos grandes por primera vez en un mismo año, el joven escalador respondió con creces, se quedó con dos etapas, fue 5° en una general más prestigiosa que la de la Corsa Rosa pasada y, lo mejor de todo, es que su progresión amenaza el reinado de los monstruos que hasta hoy dominan el pelotón mundial.

[poll id=”20″]

Pablo Martín Palermo