Corredores a seguir en 2016 (II): Miguel Ángel López

Por @pmpalermo

Pocos ciclistas despiertan tanta expectativa en torno a su futuro como el colombiano Miguel Ángel López. El talentoso escalador de Astana es cosa seria y, según varios expertos, tiene un potencial similar al de Nairo Quintana, con quien comparte el origen boyacense y una genética y timidez únicas.

Camino de los 22 años, López apenas si corrió en suelo europeo, pero lo realizado le bastó para deslumbrar a los “gringos”, que todavía alucinan con algunas de sus demostraciones, propias de un superhombre, como indica su apodo.

Nacido en Pesca, este hijo de agricultores despuntó en el viejo continente con su título en el Tour de l’Avenir 2014, curiosamente, su primera experiencia internacional y trampolín para el fichaje por el todopoderoso conjunto de Vincenzo Nibali y Fabio Aru.

Explosión

Y no decepcionó a los kazajos, que lo llevaron -acertadamente- con mucha cautela en el 2015, su campaña de neo profesional. En apenas 33 jornadas de competición, el cafetero retribuyó la confianza recibida con magníficas prestaciones, limitadas por una fractura de escafoides en febrero y una lesión en el muslo derecho en la Volta a Catalunya.

No obstante ello, López pudo desplegar sus alas en Turquía. Fue en la etapa reina con arribo en el alto de Selçuk (4.6km al 7.8%), donde sólo el pletórico Bilbao pudo con él, que había desatado las hostilidades casi en la base del puerto.

Pero ‘Superman’ tenía preparada una sorpresa mayúscula para junio. Sucedió en el Tour de Suiza, cuando el pelotón enfrentó la monumental ascensión a Sölden (13.3km al 10%), nada menos que a 2.700 metros de altura y frente a rivales de la talla de Pinot, Pozzovivo, Spilak, Thomas y Fuglsang, testigos de su 4° plaza en la cima y del 7° en la general final.

Descartado para revalidar su corona en el Avenir o estrenarse en la Vuelta a España, el sudamericano fue enviado a la Vuelta a Burgos, donde dio un paso más en su progresión. Es que en la subida al Valle del Sol, primera oportunidad que ofrecía la ronda burgalesa a los escaladores para lucirse, Miguel no dejó pasar el tren, estrenando su palmarés por delante de Dani Moreno.

Posteriormente, ya vestido de líder, flaqueó en las Lagunas de Neila y cayó hasta la 4° posición, pero la faena estaba hecha y su presentación en sociedad completa, cimentando las bases para un 2016 en el que no son pocos los que sueñan con verlo volar en las montañas, dejando un tendal a sus espaldas.

Tras los pasos de Nairo

Los más escépticos podrán dudar de eso debido a su corta edad, pero su forma de ser es un escudo perfecto para la aventura emprendida. Es que la vida del joven colombiano no ha sido un lecho de rosas, algo que lo ayudó a forjar un temperamento férreo, tanto, que se valió de él y de su fuerza física sobrenatural, para defenderse de dos delincuentes que lo apuñalaron durante un asalto, ganándose el mote que hoy lo acompaña.

En realidad, esto no es ninguna novedad en el país sudamericano. La región donde se crió este virtuoso atleta ha sido habitada históricamente por personas temperamentales, como los indígenas que se opusieron varias veces a las invasiones españolas.

Su entrenador, Rafael Acevedo, brinda algunas claves que trazan cierto paralelismo con Nairo Quintana, a quien López admira pero no idolatra. “Es de una zona con altura (NdR: entre 2500 y 4000 msnm) y viajaba en la bici de sus hermanos al colegio. Así fue como empezó, por necesidad”.

Necesidad o gusto, la cuestión es que López se forjó rodando en trepadas como El Alto del Calvario, con rampas de hasta del 16%, o El Humilladero, una pared al 10% que, a su entender, “es normal”.

“Tiene una fuerza impresionante que heredó de su padre, Santiago, un campesino que, además de cultivar la tierra, tala árboles. Y por otro lado, cuando Miguel Ángel pedalea por una cuesta empinada, es tan rápido que pareciera que tuviera encendido un motor invisible”, explicó alguna vez, en una nota concedida a El País.

Por contrapartida, López es, también, muy inocente, y eso le ha servido para correr con desparpajo allí donde otros hubieran sucumbido ante los nervios, lo mismo que Quintana en el Tour de 2013. De cara a su segunda campaña en la élite, será interesante saber si Astana le dará mayores responsabilidades, con la presión que eso acarrea.

Lo que sí es seguro, es que se estrenará en una competencia de tres semanas, algo que como indicó hace unos meses a biciciclismo, le llegará en el momento oportuno porque “tendré más experiencia, más edad y tranquilidad”.

Proyección

No hay ninguna garantía porque el ciclismo no es matemática, pero si en su primer año se comportó como lo hizo, las expectativas para el 2016 son mayúsculas, especialmente porque se maneja mejor con el lenguaje (el italiano predomina), los métodos de la estructura y el modo de correr y vivir en Europa.

Con un programa basado en vueltas de una semana (Tour de San Luis, Tour de Langkawi, Volta a Catalunya, Vuelta al Pais Vasco, Tour de Romandía, Tour de Suiza, Tour de Austria y Vuelta a Burgos), López trabajará en su forma para la última grande del curso, donde conocerá sus límites reales.

Será entonces, cuando él y su escuadra sabrán realmente qué esperar en el futuro, que se augura fenomenal, al punto de que ya se hablaba en agosto de una extensión del contrato que lo une con la formación de Vinokourov.

Además, con Landa fuera y Nibali encaminado a eso, podría encontrar mayores oportunidades en 2017, cuando todavía seguirá siendo un jovencito de apenas 23 años, con toda una carrera por delante y un margen de mejora más que interesante.

El punto negativo es, cómo no, la crono. Con 60 kilogramos de peso, este escalador puro sufre en el mismo apartado que casi todos los de su clase, y apenas si se defiende cuando está en forma y el trazado lo ayuda.

En Suiza, se dejó alrededor de tres minutos (2:57) con Dumoulin en 38.4 kilómetros y un terreno ondulado, lo que lleva a pensar en una sangría considerablemente superior en recorridos planos, como el que le costó el título de la gran ronda ibérica a Joaquim Rodríguez.

Sus esperanzas sobre la cabra residen en el Túnel del Viento de Morgan Hill, en California, donde Rigoberto Urán suele pasar sus inviernos. Allí mismo, Martinelli y compañía pulieron a Fabio Aru, de notable avance en la lucha contra el tiempo, clave para los podios obtenidos en Giro y Vuelta.

De cualquier forma, son más sus virtudes que defectos y, con mucho trabajo y un calendario bien seleccionado, Miguel podrá seguir volando en Europa. Astana lo sabe y lo llevará en consecuencia, por lo que sólo resta esperar el próximo paso adelante del colombiano que amenaza con ser el heredero de Quintana, o mejor dicho, el primer ‘Superman’ López.

Pablo Martín Palermo

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