La diferencia entre Nairo y Valverde no es una rueda

Por @pmpalermo

Nadie puede negar que hasta que quedó fuera de carrera el día de los abanicos, Alejandro Valverde era, después de Chris Froome, el más fuerte del Tour de Francia.

Segundo en la general, con el mejor equipo y grandes sensaciones, el murciano parecía destinado a cumplir con lo que de él se espera desde su debut, pero una vez más el destino se interpuso y el español vio como sus esperanzas se escapaban al ritmo de Omega, Belkin y Saxo camino de Saint Amand Montrond.

Pero Movistar tenía un as bajo la manga, el pequeño colombiano de Tunja que plantó cara a un sistema robótico como el de SKY a sus inocentes 23 años y demostró que la Grande Bouclé está a su alcance.

Lo que hay que aclarar es que la explosión de Nairo Quintana, pues de él se trata, no está directamente relacionada a la desgracia de su, por ese entonces, capitán.

Sí la oportunidad de recibir los galones, pero hay que tener piernas para refrendar esa responsabilidad, y el humilde sudamericano derrochó calidad, la misma que en las montañas asturianas en la Vuelta 2012, o que en la llegada del octavo parcial del Tour, todavía trabajando para otro.

Esto significa que la nueva estrella del ciclismo no llegó donde está porque Valverde rompió la rueda como algunos mal intencionados expresaron; quedó bien claro la diferencia entre ambos no es un desperfecto mecánico.

Y si alguien tiene dudas, vale la pena recordar jornadas como la del Mont Ventoux, Alpe d’ Huez o Annecy-Semnoz, que fueron una muestra clara de la diferencia actual entre el mejor Valverde (por sensaciones) en su historia en la ronda gala y un Quintana del que no se conoce el techo.

Por eso, y si bien no hay disputa entre ellos, para algún desprevenido o para aquellos que expresaron lo contrario, bien valía la aclaración, porque era una injusticia pensar que el colombiano llegó hasta el podio del Tour porque el murciano rompió una rueda.