El gravel sí marcó diferencias: La mala leche entre “aliens”, lo mejor que le pudo pasar al Tour
Finalmente la etapa de gravel sí marcó diferencias entre los principales favoritos al título. Es que si bien no se picaron segundos entre ellos, se produjo un cambio radical que puede conducir a algo mucho más grande en los días por venir. Sí, los siempre afables jovencitos que hoy encabezan el ciclismo mundial, están mosqueados entre ellos.
Si algo caracteriza a esta nueva generación, además de su precocidad para batir récords y ganar carreras, es el trato personal que tienen. Siempre sonrientes y amables los unos con los otros, comentándose fotos en redes sociales sin un atisbo de rivalidad, algo que más de una vez han resaltado sus antecesores. Y no como algo bueno.
Eso no ha impedido que los “aliens” -como se los conoce- luego se dieran palos a mansalva en carretera. Pero sí es cierto que se echaba en falta un poco de “mala leche” deportiva al declarar o manejarse, algo un poco más coherente con la imagen de batalla que históricamente se tiene en los deportes. Eso, de todos modos, ya es cuestión de gustos.
Retomando un poco el hilo principal, lo que sí genera expectativas es qué harán de ahora en adelante los que se juegan la general. Porque si en plan amables regalaban espectáculo, será sumamente interesante lo que hagan enojados.
En la coyuntura actual, todo luce como que los ofensivos Pogacar y Remco quedaron de un lado del río, mientras que el defensivo chuparruedas Vingegaard ocupa la otra orilla. Y que quede claro, hasta ahora desde ambos bandos han hecho lo que debían. No estamos evaluando eso sino comentando lo que se percibe en el ambiente en torno a los protagonistas.
Y apenas iniciando la segunda semana, lo que también se siente es que Visma y Vingegaard creen en la teoría de crecer a lo largo del Tour y apostar a los puertos largos de las últimas jornadasa, mientras que en UAE la premisa es liquidarlo cuanto antes para evitar que eso pase. Si se añade el mosqueo del gravel a la fórmula, el resultado puede ser un Pogacar en plan “asesino en serie” que salga a dinamitar la competencia tan pronto como mañana.
Otra cosa es que lo consiga, pero para aficionados y periodistas, nada mejor que ver a algunos de los ciclistas que ya tienen un hueco reservado en los libros de historia, castigándose sin piedad ni buenas vibras.
Ninguno es mal tipo, aunque Remco es más conocido por su palabrería pedante, y él sería la chispa que necesitaba Pogi para explotar del todo contra el impasible Jonas, un corredor que no transmite nada en su rostro a un punto tal que podría exasperar a una piedra.
Y eso trae a colación la cuestión de las tácticas, porque si bien hay cierta molestia real, las declaraciones también son parte del trabajo de desgaste. Los “ofensivos” buscaron la reacción del capo de Visma tildándolo de cobarde con un rótulo que a nadie le gusta como es el de carente de huevos. Éste, por su parte, sigue en el juego de no caer y hasta replicó recordando los siete minutos que metió en dos días de la pasada edición.
Por el bien del espectáculo y los amantes del ciclismo de antaño -con sus épicas luchas dentro y fuera de la carrera- esperemos que esta pica siga. La competición ultra ofensiva, un poco más alejada del robotizado y tecnológico deporte actual, será un respiro. Incluso, puede conducir a errores y desfallecimientos.
Y si nada cambia sobre el asfalto, al menos nos tendrán dos semanas más atentos a los micrófonos, algo que se había perdido con las habituales frases de compromiso y camaradería actual. Por todo eso, las diferencias en el gravel son lo mejor que le pasó al Tour (y con suerte al ciclismo) si esto perdura en el tiempo.
Pablo Palermo
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Vinge “Transformer”, tiene a sus dos rivales de postín, hablando por fuera de carretera, los está desequilibrando emocionalmente, el danés sabe que sus piernas van tomando la forma ideal y llegará con todas las fuerzas intactas y el tanque sólido para romperlos en las últimas tres etapas. Mientras tanto, el esloveno, que se siente en plena forma, buscará incrementar su ventaja, un par de minutos más, al final del segundo tercio, para estar tranquilo sin afugias, porque la orca danesa lo tiene con insomnio.
Totalmente desacertado el artículo al decir que se extraña que se tiren entre los deportistas, es más honorable llevarse bien y respetarse fuera de la carretera, e “irrespetarse” con ataques en carrera, que lo que le ponga emoción y motivé sean las declaraciones, mal ahí Ciclismo Internacional