Conclusiones del Tour de Flandes

Por @pmpalermo

Terminó el Tour de Flandes, segundo Monumento de 2014, que regaló un mar de emociones de la mano del triunfo de Fabián Cancellara, pero también de muchos otros que por sus buenas o malas prestaciones tiene su lugar en este análisis.

1-La inteligencia de Fabián Cancellara: imposible no comenzar por él, quién corrió con la presión de ser el número uno y demostró una inteligencia superior ya que en vez de exhibirse con un ataque lejano, seleccionó el grupo en el último paso por el Oude Kwaremont y de allí en más controló las acciones para llegar al sprint.

En el embalaje, el suizo impuso su potencia frente a un rival en teoría más rápido como es Van Avermaet (a quién el componente psicológico afectó una vez más) consiguiendo así su tercera edición en De Ronde, donde ahora ocupa un lugar de privilegio en la historia.

Lo concreto es que con 33 años, Spartacus lejos está de su final, y si la salud lo respeta tiene tiempo por delante para convertirse en el mejor de todos los tiempos en la prestigiosa competencia, que como se ve, no tiene secretos para él.

2-La presión puede con Sagan: ya hablamos en más de una oportunidad sobre el talentoso eslovaco, quién pese a que comenzó el 2014de un modo atípico y poco vistoso, parecía en franco ascenso con triunfos en Harelbeke y La Panne.

Pero el de Cannondale cambiaría todas sus victorias por conseguir un Monumento, que todavía le es esquivo y cada vez parece más lejano desde el momento que falla una y otra vez frente a los grandes como el suizo, que por el contrario, crecen en este tipo de competiciones.

Es cierto que se lo vio bien ubicado e incluso tensó el grupo de favoritos en el en el Kruisberg, pero en el momento clave, el ataque del vencedor en Oude Kwaremont, dejó a la vista sus falencias y quedó clavado, y aunque luego organizó la persecución, ya fue imposible para él acercarse, añadiendo más peso psicológico a su historial con los Monumentos.

3-¿El ocaso de Boonen?: parecía encaminado a otra temporada gloriosa pero, a excepción de su triunfo en Kuurne,  ha dejado mucho que desear sobre los adoquines, anulando incluso las opciones de Omega.

Tenía el mejor equipo, se probó con buenas sensaciones en el Molenberg y el Koppenberg y todo parecía de cara para él, pero en el Kwaremont quedó ridiculizado cuando Cancellara arrancó, dejándolo tirado como a Sagan y compañía.

Lejos de su época dorada, lo peor de todo es que el de Mol acota las chances de sus compañeros, sobre todo las de un Terpstra que en 2014 dio un salto de calidad increíble, y que gasta sus energías en vano.

4-Van Avermaet deja pasar la chance de su vida: ya hablamos hasta el hartazgo del belga de BMC, un talento único al que le cuesta rematar y que una vez más hizo gala de su falencia dejando pasar el tren en Oudenaarde.

Está claro que hoy perdió frente a uno de los mejores corredores de la historia y que atacó de lejos, gastando valiosas energías, por lo que quizás no es justo caerle con críticas.

Sin embargo, difícilmente tenga muchas oportunidades como las del sprint en el que en teoría era el más veloz (igual que en Omloop), y por eso sigue alimentando su fama como segundón, en parte positiva porque siempre está en los momentos decisivos pero muy dura porque no consigue imponer su talento y convertirlo en una victoria.

5-Vanmarcke, siempre en la pelea: en los últimos días hablábamos de el de Belkin y éste no defraudó, demostrando que era el más fuerte de la carrera a punto tal, que obligó a Cancellara a cambiar su modo de correr y apostar a un embalaje.

Vanmarcke tiene un Monumento en sus piernas y sólo el hecho de ser contemporáneo de un fuera de serie lo viene privando de conseguirlo, como ya pasó en la Roubaix de 2013, pero lejos de sentirse frustrado, debe confiar en sus opciones ya que es cuestión de tiempo para que concrete.

6-Omega falla estrepitosamente: una vez más, como acostumbra sobre los adoquines, el conjunto de Lefevere tenía todas las de ganar, con una superioridad numérica abrumadora sobre sus disminuidos rivales.

En cada corte colaban un corredor, incluso probaron con Vandebergh y tenían varias bazas para jugar, pero en vez de anticipar con una ofensiva, quedaron patas para arribas cuando Cancellara destrozó el pelotón en el Kwaremont.

De allí en más fue un sálvese quién pueda, con Vandenbergh en punta, Boonen tratando sin poder y Terpstra cazando con Kristoff aunque sin lograr la hazaña para una escuadra que tenía viento a favor para imponerse y se fue con las manos vacías, en parte debido al respeto por la capitanía de Boonen.

7-Kristoff, especialista en Monumentos: casi anónimo y con mucha mala fortuna e 2014, el noruego apareció recién en Milán San Remo con un histórico y prestigioso triunfo en condiciones climáticas adversas y frente a rivales de gran entidad.

En De Ronde confirmó su categoría al estar presente en los momentos clave del evento, y sobre todo, cuando se lanzó en solitario a perseguir a los cuatro que finalmente se jugaron la carrera, estando muy cerca de unirse.

No lo logró, y concluyó 5º, pero transmitió grandes sensaciones y mostró que no es sólo un velocista, ya que tiene un buen paso que le permitirá ser uno de los animadores del pavé en un futuro inmediato.

8-El orgullo y coraje de Devolder: no pudo estar en la pelea ni ayudar a su jefe, Cancellara, pero una vez más el ex Discovery no pasó desapercibido en una prueba que ganó dos veces.

Es que el veterano pedalista se cayó una y mil veces y pese a ello, y cuando todos lo daban por retirado, él se levantó y comenzó a perseguir, tal vez con algún hueso roto (esperemos que no), enseñando a los jóvenes una lección de coraje y ganas.

Y a esta altura de su trayectoria, con un gran palmarés y sin nada que probar, bien podría haberse bajado de la bici, pero lejos de ello se mantuvo estoico en competencia y arribó a casi 10´de su compañero y campeón, Cancellara, dando una muestra de profesionalismo y valor que emocionan.

9-Phinney sienta las bases para Roubaix: gran trabajo del portentoso yankee de BMC, escapado toda la jornada atravesando los muros y el pavé con facilidad y vendiendo cara su neutralización, ocurrida sólo en el final.

Ganador de la París Roubaix sub23 en 2009, el enorme rodador nunca ocultó sus ansias por repetir dicho logro en profesionales y hoy camino a Oudenaarde mostró que tiene con qué.

Claro está que, con un extraterrestre como Cancellara en el medio, y con corredores en gran forma como Vanmarcke no será nada fácil, pero que nadie se asombre si dentro de una semana el norteamericano está en la definición del Infierno del Norte.