Lágrimas de campeón

Por @pmpalermo

Lloraba desconsolado Purito en el podio mundialista de Toscana, tragando lágrimas amargas por la ocasión perdida a sus 34 años, porque se le escapó a España tras una carrera de manual y porque uno tras otro acumula grandes resultados en las máximas citas del ciclismo pero no consigue rematar.

Lejos de estar feliz por estos lauros fuera del alcance de la mayor parte del pelotón, entre los que destacan sólo en las dos últimas temporadas un segundo lugar en el Giro y el tercero en Vuelta y Tour, el escalador español masticaba bronca.

Y es que el catalán no se conforma y la medalla de plata le sabe a derrota, no mira, tal vez obnubilado por su llanto, que sólo uno de los 205 que tomaron la salida es mejor que él o que terminar el recorrido es una hazaña en sí misma, dada la dureza y el clima.

Rodríguez no piensa que sigue escribiendo capítulos importantes dentro de la historia del deporte de su país y que, por ejemplo, en lo inmediato tiene la chance de transformarse en el primero en ganar tres veces el joven ranking World Tour.

Sí, el frustrado capitán de Katusha optará a dicha hazaña en unos días cuando tome la salida en el Giro di Lombardía, carrera en la que, por cierto, es el campeón defensor merced a su exhibición de hace un año cuando también fue el primer español en obtenerla.

Claro que luego quedará el Tour de Beijing, pero la cita italiana tiene olor a definición y el trazado le va de maravillas al de Parets, quién todavía tiene buen ciclismo en las piernas y una vez superado el mal trago probablemente enfocará su mirada en el 2014, que termina con la prueba arcobalena en Ponferrada, una nueva ocasión para soñar.

En lo inmediato, tendrá su oportunidad de revancha en la Carrera de las hojas Muertas, donde saldrán a relucir sus piernas de campeón, esas que quedaron al borde del título Mundial que aunque no tiene de hecho ostenta día a día exhibiéndose sólo como los más grandes pueden hacerlo, vistan o no el maillot arco iris.

Por eso sus lágrimas, por su grandeza, y gracias a ella será recordado pese al axioma que indica que sólo se reconoce al que gana, ya que nuestro protagonista brilla en las máximas citas de este deporte en temporadas tumultuosas en las que pocos pueden levantar la cabeza con gallardía, aunque más no sea para llorar una derrota.

Pablo Martín Palermo