Por @pmpalermo
Tal vez muchos recuerden la delgada figura de un pedalista bielorruso levantando los brazos en solitario en la etapa ocho del Giro de Italia 2009 y el motivo, más que la victoria o la entidad del propio ciclista, es sin dudas que el hecho en cuestión sucedió en una jornada marcada por el terrible accidente de otro miembro del pelotón.
La victima de aquel día no fue otra que el español Pedro Horrillo, quién cayó al precipicio en pleno descenso del Culmine di San Pietro y el victorioso protagonista en Bergamo fue Konstantin Siutsou, por entonces enrolado en las filas del Columbia.
Siutsou es dueño de una clase notable y está dotado con capacidades físicas extraordinarias con las que es capaz de batir casi a cualquiera en la lucha contra el reloj siempre y cuando esté en forma y no acumule fatiga por haber trabajado para otros, algo que se volvió una constante en su carrera y que, a criterio de Ciclismo Internacional, es un derroche de talento.
Es que si el ahora gregario de Froome recibiera más libertad podría ser jefe de filas en una gran cantidad de pruebas, sobre todo de una semana, en las que haría gala de su habilidad como rodador y su resistencia en la montaña, algo de lo que pese a sus ataduras actuales, ha dejado sobradas muestras a lo largo de su trayectoria.
A modo de ejemplo, nada más obvio que el noveno lugar en el Giro de Italia de 2011, edición en la que consiguió cinco top ten, incluyendo la llegada al Zoncolan y la crono decisiva del vigésimo parcial, terminando la ronda italiana más fuerte que nunca, a punto tal, que llevó su forma a Francia unos días después y clasificó octavo en el Dauphiné.
Es claro que sus facultades sobre la cabra exceden la media y así acumula en su palmarés varias cronometradas por equipos y algunos buenos resultados individuales cuando no gastó sus fuerzas en beneficio ajeno, aunque su gesta más grande fue la mencionada jornada ocho de la Corsa Rosa de 2009 en la que atacó a 15 kilómetros de meta y consiguió una ventaja que sostuvo en solitario.
Su currículum se completa con campeonatos nacionales, un 17° lugar en el Tour 2008, varios finales entre los diez mejores en diversas pruebas como Tirreno Adriático, Tour de Romandía o Bayern Rundfhart y además en clásicas, italianas en su mayoría, en las que fue protagonista y le faltó una mejor punta de velocidad para definir.
Pero la faceta más popular de Siutsou no es ningún triunfo ya que es recordado por su doliente imagen tirando durante horas en cabeza del pelotón, por lo general cubierto de vendas debido a las caídas que su oficio de gregario implican, pero siempre haciendo su trabajo ya que es raro que abandone, algo que sí le sucedió en su primera Grande Bouclé para SKY en 2012, cuando se rompió la tibia en una montonera.
Pese a todo, el ya veterano atleta de 31 años, se las ingenia cada tanto para mostrarse y sin ir más lejos, este año en el Giro del Trentino consiguió una victoria en solitario en el final en alto de Vetriolo Terme, tras atacar a 8000 metros del arribo junto a Rolland y Pirazzi.
Por lo pronto, Kosta como lo conocen en sus círculos íntimos, es feliz con el rol secundario que le toca y que se ajusta más a la personalidad tímida que este admirador de Indurain profesa y que le ha valido el reconocimiento de sus directores, para los que es una carta fija en el nueve de la ronda gala.
Difícilmente el nacido en Gómel vuelva a ofrecer prestaciones como las de antaño ya que SKY tiene gran cantidad de líderes de contrastado nivel para afrontar el calendario, por lo que al igual que lo que sucede con Kiryienka, seguirá entregando su talento al servicio del equipo y tendrá, cada tanto, su jornada libre para buscar la sorpresa y reverdecer glorias pasadas.
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Siempre sera poco lo que se hable de los incondicionales gregarios