“Compañeros y rivales lloraban, pensaron que estaba muerto”
“Compañeros y rivales lloraban, pensaron que estaba muerto”. La brutal historia de esta leyenda que se salvó de milagro.
El ciclismo es uno de los deportes más peligrosos y sobran historias y ejemplos trágicos, pero también de los otros. Es que hubo varios milagros a lo largo de la historia, y uno de esos lo protagonizó una leyenda.
Tom Boonen hoy puede narrar cómo no sólo no murió de milagro sino que una fractura en el cráneo le salvó la vida. Fue en una caída en Abu Dhabi y la única secuela que le quedó fue una pérdida parcial de audición y un zumbido.
Así lo revelo a Humo. “En octubre de 2015 me caí en el Abu Dhabi Tour. Una varilla golpeó la bici de Theo Bos y al esquivarlo él me chocó. Salí despedido de la bici y caí de cabeza”, recordó. “El casco se me salió y el impacto fue casi por completo en la sien”, siguió.
“Quedé inconsciente de inmediato y sangrando por el oído. Los que estaban allí presentes temieron lo peor. Mi compañero Wisniowski y el propio Bos lloraban, convencidos de que estaba muerto en el asfalto”, expresó con crudeza.
“Luego de unos minutos recuperé la consciencia y empecé a correr como un loco, un reflejo del cuerpo. Enseguida volví a desmayarme. La tercera vez que desperté estaba atado a la camilla dentro de la ambulancia”, señaló Boonen.
“Tenía una hemorragia cerebral, una contusión y una fractura de 15 centímetros en el cráneo. Yo no recuerdo nada, todo esto me lo contaron”, se sinceró el histórico clasicómano. “La fractura de cráneo salvó mi vida porque la sangre salió por allí y hacia el oído, entonces no hubo presión cerebral y no tuve secuelas. Sólo la audición, pero eso me salvó”, cerró.
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