Eduardo Sepúlveda, listo para el World Tour

Por @pmpalermo

Con el final de la temporada 2014 del ciclismo europeo llegan los balances y, entre muchos otros que realizamos, toca repasar el año de Eduardo Sepúlveda, pedalista argentino que se confirmó en la máxima categoría de este deporte a un punto tan alto que ni siquiera él es consciente de ello.

Si bien ya hablamos hasta el cansancio de este joven talento argentino, nunca está de más recordar algunos de sus lauros, al menos los obtenidos en el curso que llega a su epílogo: 6° en el Tour de San Luis, 4° en el Tour del Meditarráneo con exhibición en el mítico Mont-Faron, 20° en la París Niza (enfermo) o 5° en un Criterium Internacional plagado de figuras.

De hecho, Sepúlveda compartió gran parte del calendario de inicio de año con Jean-Christophe Peraud, 2° en el Tour de Francia, peleando con él codo a codo en reiteradas ocasiones y haciéndolo transpirar más de lo esperado, convirtiéndose de ese modo, en una de las sensaciones de esos meses.

A punto tal fue así que, con un largo camino por transitar hasta julio, el Bretagne Seché lo confirmó como uno de los titulares para la mejor carrera del mundo, el Tour, que nuestro protagonista finalmente se perdió por una lesión que encima lo lastró gran parte de la campaña y le impidió recuperar su nivel.

De todos modos, la tarea estaba cumplida. Eduardo llamó la atención de las estructuras World Tour y tenía la posibilidad de cerrar un acuerdo por tres temporadas con el Cannondale, algo que lamentablemente quedó trunco debido a la fusión de los de verde con Garmin.

Esa movida burocrática y la imposibilidad de volver a competir hasta muy tarde en el 2014, dejaron al argentino descolocado, pero afortunadamente el Bretagne abrió las puertas nuevamente y hoy es una de las cabezas visibles y portador de gran parte de las esperanzas de los de Emmanuel Hubert de cara a 2015.

Otra prueba de su nuevo status de corredor peligroso fueron las reiteradas menciones en las previas de los medios especializados europeos que, lejos de conocer que su forma no era idónea, lo pusieron como posible aspirante en las clásicas de septiembre y octubre.

Concluido el año abruptamente por otra seria lesión (se rompió la clavícula en el Mundial de Ponferrada) el chubutense comenzó a trabajar para volver lo más pronto posible con sesiones de trote, gimnasio, bici fija y kayak que lo fortalecieron y, al mismo tiempo, le permitieron mantener el peso.

Incluso, Sepúlveda sorprendió a propios y extraños cuando dio la campanada en la Copa del Mundo en Londres a principios de diciembre, cita en la que consiguió la medalla de bronce en la prueba por puntos aún sin estar fino, tal como confirmó a esta web apenas acabado el evento.

Cumplida su labor con los colores nacionales, el de Bretagne sigue exprimiéndose; tanto es así que incluso debe contener sus bríos para no llegar a tope al inicio de año, puesto que sus objetivos están más adelante en el calendario.

Y en este punto, ya no es ningún secreto que retomar el camino del éxito y conocer el Tour de Francia son las metas fijadas para el año en el que debe despegar definitivamente y alcanzar el sueño de militar en el World Tour.

Claro está, tiene con qué, porque no es ningún secreto que hablamos de un ciclista completo, un eximio contrarrelojista forjado en las rutas expuestas al viento patagónico que encima perdió peso y trabajó en su escalada, dejando en el pasado los retos autoimpuestos cuando entrenaba en el Centro Mundial de la UCI y “sólo” aspiraba a progresar en lo repechos.

Joven, humilde, talentoso, con hambre de gloria y mucho que probarse a sí mismo por su historia de vida, el argentino tiene todo para brillar y si la suerte lo acompaña lo va a conseguir, por lo que es cuestión de tiempo para que dé el salto definitivo a la categoría que sus virtudes ya merecen.