El duro aprendizaje del Imperial Cord en el Tour femenino San Luis

Por @pmpalermo

De un tiempo a esta parte, San Luis se ha convertido en el epicentro del mundo del ciclismo en enero, fundamentalmente por la gran cantidad de estrellas que acuden y la ansiedad de espectadores, periodistas y corredores por romper con la inactividad propia del invierno europeo.

Sin embargo, el fenómeno se profundizó con la aparición del Tour femenino, una prueba única en el reducido calendario del que gozan las damas, que no dejan pasar la chance de competir a un altísimo nivel, ya desde los primeros días de cada año.

En ese contexto, mezcladas entre las figuras más resonantes del pelotón “rosa”, se encuentran algunos conjuntos locales, mucho más modestos pero con ganas de salir adelante, mostrarse y, por qué no, de dar el gran salto al extranjero.

Una de esas escuadras pequeñas es el Imperial Cord, flamante equipo patrocinado por la empresa que le da nombre y manejado desde la gerencia por Sebastián y Daniela Donadío, quienes dejaron en Roberto Prezioso, la dirección técnica.

Un dato curioso que se desprende rápidamente al indagar sobre “Las Águilas”, es que sus integrantes no son ciclistas de ruta o, al menos, no en su origen, ya que la formación bonaerense resalta por su actividad en el Rural Bike, donde las pedalistas suelen estar en posiciones de avanzada casi sin excepción.

Pero el Tour femenino son palabras mayores, no sólo por nombres de la talla de Arlenis Sierra, Marta Tagliaferro, Anna Sanchís, Valeria Muller o Janildes Fernandes, todas allí presentes, sino porque la disciplina en sí misma exige técnicas diferentes a la del Rural.

Por ese mismo motivo, las integrantes del Imperial Cord bien pueden ser consideradas entre las más fuertes, porque batallan contra sus limitaciones primero y contra las exigencias de la competencia después. “Ir bien ubicado en el pelotón es fundamental y las chicas lo están sufriendo”, dice Prezioso a ciclismointernacional.com.

“Ellas ya saben donde deben estar, pero es difícil. Llega un momento en el que se les acaban las fuerzas y empiezan a sufrir caídas, cortes y bordes”, añade el ex corredor, quien acumula toda una vida sobre la bici, con lauros en campeonatos infantiles, juveniles o, ya en la ruta, en Vuelta al Valle, Mendoza, San Juan y Bragado.

En la misma línea, Ana Wulff, integrante del equipo de Mountain Bike y presente en el Tour, coincide con su DT. “Cuesta mucho estar adelante. No me vengo ubicando bien pese a que lo trabajé, nosotras estamos acostumbradas a tirar de cara al viento pero nos falta la parte táctica, manejarnos en el pelotón”, ratifica.

Lamentablemente, la carrera no espera por nadie, y las chicas deben sobreponerse rápidamente, aprendiendo constantemente. “Hay que enseñarles más porque tienen menos calendario durante el año y la base del equipo es del mountain bike”, sostiene Prezioso. “De a poco pierden el miedo y progresan; la mitad es físico y la mitad es mental”, añade.

Como en toda competencia por etapas y en verano, el desgaste se siente y las “bikers” se exprimen, casi heroicamente. “Por ser año olímpico el nivel es superior y se nota. Todos los días van gastando, las piernas pesan y el desgaste por la mala ubicación es clave”, remarca el entrenador.

“Nos hacemos masajes, baños con hielo, hidratación, pero el cansancio se siente”, acota Wulff con la sonrisa a flor de piel, para enseguida recordar la preparación que marcó su camino a enero. “Respecto del Tour anterior noto avances. Entrené mucho con Sebastián Donadío y Claudio Reybaud, son nuestros referentes, al igual que Roberto Prezioso. Hice pista para mejorar la técnica, corrí en élite para tener un ritmo más fuerte o hice otras pruebas master por los piques”.

Así y todo, la crueldad del ciclismo queda expuesta en los números, que muestran a las integrantes del Imperial Cord en la parte baja de la tabla. “Era de esperarse, aunque a nivel nacional, estamos entre las primeras 15. Tienen que sumar experiencia, puliendo detalles para el año próximo llegar mejor”, analiza Prezioso, quien también tiene a su cargo a las chilenas Daniela Guajardo y Valentina Monsalve, y las argentinas Marina Arce, Carolina Maldonado, Carolina Pérez y Lorena Fernández.

Como todo proceso lógico, era impensable que Imperial Cord pudiera batallar por un podio. La empresa, que ya tuvo dos chicas en el Tour hace un año, apostó con más fuerza y plantó un equipo entero en la largada, esfuerzo que podría verse recompensado en el futuro. “Espero que este equipo tenga continuidad en lo deportivo”, sueña Wulff en voz alta.

“También sería increíble que fabriquen cubiertas para poder proveernos de material propio y correr en el Tour con componentes nacionales. Lo importante es que en la empresa entienden que el apoyo es clave y, gracias a eso, esperamos pasar de la mitad para adelante en breve”, sigue la rodadora de Monte Hermoso, quien al igual que muchas otras, no es profesional del ciclismo al 100%.

“Llegué con una expectativa superior a la de hace un año, hice un esfuerzo tremendo, porque además tengo mi trabajo fuera de la bici”, relata esta Diseñadora gráfica. “Estoy agradecida con Sebatián y Daniela Donadío. Ella fue mi primera entrenadora y la que me invitó a su equipo, y Seba me dio una mano enorme entrenando, pero sobre todo, en la parte psicológica”, concluye la pedalista.

“Ya programamos para el año que viene y, en agosto, las chicas iniciarán de lleno la preparación para el Tour. La parte técnica se logra sólo con carreras, especialmente las situaciones de riesgo”, avisa Prezioso, igualmente optimista para lo que queda de competencia.

El respaldo de los Donadío, la clave

A la distancia, mientras las atletas afrontan su particular Tour, dos de los principales responsables de este sueño hecho realidad para el Imperial Cord, entregan sus sensaciones. “Si bien el equipo fue pensado para el rural y mountain bike, de a poco pudimos ir mostrándole a nuestro sponsor la importancia y calidad del ciclismo de ruta”, asevera Sebastián Donadío, 11 veces campeón nacional en diversas modalidades.

“Desde Imperial Cord nos dieron el visto bueno para estar aquí y tener un director deportivo de gran experiencia en la ruta como Roberto Prezioso. Estamos trabajando cada día para lograr un equipo versátil que rinda en los terrenos que nuestro sponsor nos propone”, continúa el ex profesional de las bielas y actual cantautor.

“Nos escuchan y nos dan libertad, como con el caso de Tomás Contte, que me permiten prepararlo otra vez para el mundial juvenil de pista junto a la selección argentina. Trabajar así da gusto”, concluye, satisfecho por el trabajo realizado y expectante por el que vendrá.

Finalmente, pero no por ello menos importante, es imprescindible el testimonio de Daniela Donadío, hermana de Sebastián y, al igual que él, con un extenso pasado en los circuitos profesionales. “Me llamaron de Imperial porque me conocían desde mi época de corredora, cuando representaba a Keops, la otra marca de la empresa”, rememora.

“Nunca perdimos el contacto y me comentaron que les interesaba ver si podíamos armar un equipo de mountain bike y que yo fuera la Mánager, eligiendo a los corredores y armando un calendario anual”, narra con entusiasmo. “En un año, el equipo se consolidó como uno de los mejores del país, con muy buena presencia en todas las carreras que participan”, cierra la emprendedora directora del Expo Bici.

A horas de concluir el Tour femenino, Lauren Stephens, Arlenis Sierra y compañía acaparan los flashes y, probablemente, se disputarán la corona, pero a su sombra, las modestas y pujantes “Águilas Blancas” de Imperial Cord siguen expectantes, y es cuestión de tiempo para que den un paso al frente.

Encabezadas por Prezioso desde el coche y Daniela Donadío desde la gerencia, seguirán aprendiendo a los golpes, sin prisa pero sin pausa, gestando las bases de futuras conquistas que dejen en el olvido los momentos agrios y conviertan en triunfos las lágrimas, retribuyendo de modo contundente, el apoyo recibido para llegar a lo más alto.

Pablo Martín Palermo

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