Lobato se hace grande
Por @pmpalermo
Si hubiera que hacer una división en el pelotón según los roles de cada uno, podrían diferenciarse grupos definidos en ganadores y gregarios, y dentro del primero, resaltar a los fuera de serie por encima del resto, ya que sólo unos pocos consiguen destacar en las grandes citas.
Ahora bien, en el caso que hoy nos compete con Juan José Lobato, la situación podría definirse como en estado de transición, ya que el joven pedalista de Movistar está punto de dar el salto de calidad que lo convierta en una estrella.
Es que el ex Euskaltel viene dando avisos de un tiempo a esta parte, y si bien en 2014 parece haber explotado, la temporada previa fue uno de los mejores del desaparecido conjunto vasco, con los que ganó el Circuito de Getxo y un parcial en Castilla y León, aunque sin dudas, sus mejores prestaciones fueron durante el Tour de Francia, donde luchó codo a codo con los mejores velocistas del mundo.
Juanjo no se impuso en ninguno de esos embalajes (fue top 10 en tres de ellos), pero su juventud y arrojo le valieron el puesto en el equipo de Unzué, que una vez más acertó en una elección y ya tiene réditos.
El de Cádiz debutó con los telefónicos en Down Under sin nada destacable para reseñar pero unos días más tarde brilló en el Dubai Tour, donde acabó 2°, 4° y 10° en las tres volatas de la incipiente competencia árabe donde Kittel o Sagan fueron de la partida.
En Algarve no estuvo tan fino y apenas fue top 10 en la jornada inaugural, pero ya en la Clásica de Almería evidenció un cambio de chip, se hizo cargo del peso de ser favorito y rozó la gloria al ser superado apenas por Sam Bennett.
En GP Nobili fue 4° aunque la baza era Ventoso y finalmente llegó el día, la temible Milán San Remo, Monumento del ciclismo mundial al alcance de pocos debido a su historia, longitud, clima y las estrellas allí aglutinadas.
Nada de eso amedrentó al de Trebujena, que soportó estoicamente siete horas de frío y lluvia y disputó el reñido embalaje final frente a glorias de este deporte que poco pudieron hacer frente a su empuje, sólo superado por Kristoff, Cancellara y Swift.
Con todo esto en perspectiva es obvio que, si bien no ganó, su progresión es meteórica y su estirpe única, ya que no son pocos los casos de buenos corredores que se cansaron de vencer en pruebas secundarias o que tenían un talento impresionante pero que fallaban a la hora de las citas cúlmines.
No es este el caso y ya desde el Tour pasado que nuestro protagonista dejó en claro que está llamado a grandes gestas, sobre todo si se toma en consideración que apenas cuenta con 25 años y unos pocos de experiencia en la categoría.
Ayer, en su primera Classicissima, Lobato regaló una muestra de lo que vendrá, asegurando el relevo español en carreras de esta índole, algo que parecía perdido tras el retiro de Freire y el envejecimiento del resto, que ya pueden retirarse en paz sabedores de tener las espaldas bien cubiertas.
