Pello Bilbao resuelve con éxito una complicada fuga de otra etapa intensa del Tour

Por @amatiz12

Pello Bilbao (Bahrain-Victorious) celebró en la décima etapa del Tour de Francia 2023, diseñada sobre un terreno ratonero de 167.2 kilómetros entre Vulcania e Issoire con cinco ascensos categorizados en el perfil. El vasco fue el mejor de una compleja fuga y supo adaptarse a la perfección a la situación de carrera, que de paso, le permitió escalar en la general. 

El arranque de la jornada fue una completa locura. Una multitud de ataques destrozaron al pelotón en lo que se presumía, sería un día de transición. Esto es el Tour y nada se negocia, más aún con un cartel de insaciable hambre de victoria.

Un primer movimiento sorprendió a propios y extraños, liderado por Tadej Pogacar (UAD), que ingresó en un corte junto a Jonas Vingegaard (TJV) a 150 km del arribo. Por supuesto, el factor sorpresa es un arma válida para el descuento, lo cual no da margen de despiste para alguno de los dos.

BORA e INEOS se vieron obligados a cerrar el hueco al estar sus líderes en ese segundo colectivo. El salvaje paso puso en aprietos a Romain Bardet (DSM) y David Gaudu (GFC), quienes se rezagaban en un tercer grupo con 2′ de desventaja sobre los mejores.

Ante tal insistencia, los dos extraterrestres tuvieron que desistir y dejarse atrapar, aunque ello no fuera sinónimo de que entrar en fuga sería fácil.

Tras una incontable serie de movidas, siete ruteros lograban conservar un margen: Esteban Chaves (EFE), Mattias Skjelmose (LTK), Warren Barguil (ARK), Kasper Asgreen (SOQ), Georg Zimmermann (IWC), Nick Schultz (IPT) y Pello Bilbao (TBV), siendo este último la gran amenaza al estar a 7’37” en la general, lo cual metía presión a los aspirantes al podio.

Progresivamente fueron abriendo más gas, a la par de que nuevos integrantes se sumaban a cabeza. Entre ellos, Ben O’Connor (ACT), Julian Alaphilippe (SOQ), Harold Tejada (AST), Michal Kwiatkowski (IGD) o Antonio Pedrero (MOV).

La fusión de ambos grupos motivó a Chaves a salir a la ofensiva en solitario, acción valiente pero sin rédito alguno, que por máximo, le permitió sumar puntos para la montaña pero nada más, un gasto de más con 100 km por recorrer.

Conforme los punteros alcanzaron los 3’30” de avance, inesperadamente otros equipos decidieron tomar cartas en la persecución. Primero sería Alpecin, luego Jayco -para cuidar la plaza de Yates en la general- y a la postre ambos, con Van der Poel siendo el elegido para reducir esa brecha.

Sin embargo, una extraña acción ocurriría en la penúltima bajada. Mathieu abrió una pequeña luz junto a Wout van Aert y ambos decidieron dar continuidad a ese inesperado corte sin sentido alguno.

Se pensaba que el belga podía ser usado como puente para un ataque sorpresa de Vingegaard, pero lejos estuvo de ello. Hicieron un innecesario esfuerzo que pudo ser mejor empleado para sus líderes y para colmo, una vez atrapados, el neerlandés perdió contacto junto a Jasper Philipsen (ADC), lo cual hizo injustificable el trabajo de Alpecin.

De regreso a la escapada, se daba una aceleración fundamental en el ascenso final a cargo de Krists Neilands (IPT). El letonio se desprendía del marcaje de los demás y conseguía una renta de 40″ sobre un quinteto con Bilbao, Chaves, Zimmermann, Pedrero y O’Connor y 1′ con respecto a un cuarteto conformado por Skjelmose, Barguil, Alaphilippe y Kwiatkowski.

Su desafío era sostener esa ventaja en el descenso y llano frente a gente que rodaba muy bien en esos terrenos. Ese colchón se iba achicando poco a poco, aunque tampoco bajaba tan fácil, pues Neilands aunque no sea el mejor en algo, tiene varias habilidades y la fuerza para ser un adversario de consideración.

Para demostración de ello, sus más inmediatos perseguidores tuvieron que ir a tope y con una sincronizada cooperación para poder neutralizarlo, lográndolo hasta falta de 3500 metros para la sentencia. Eso sí, pese a cazarlo, no podían relajarse, pues el grupo de Alaphilippe estaba a apenas 20″.

O’Connor y Zimmermann procuraron anticipar al no confiar en su punta de velocidad, pero tenían al frente a un atento Bilbao, que respondía a cada aceleración consciente de que era el más veloz del grupo.

Controlando los movimientos llevó la definición a un sprint donde confirmó su favoritismo y se llevó un brillante triunfo que premia la calidad de ciclista que es, que con diferentes armas y una gran lectura de carrera, ha sabido jactarse un palmarés que no se valora como debe. Es de los pocos que es una garantía para grandes cosas.

Mañana, probable sprint en un parcial de 179.8 kilómetros desde Clermont-Ferrand hasta Moulins. Pronto podrás acceder a más detalles y predicciones en la SECCIÓN PREVIAS.

Clasificaciones:

Alejandro Matiz

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